Ritual

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Sirius no estaba feliz con como las cosas habían resultado  y tampoco  lo estaba Rose. Desde el escape el año anterior de Sirius de Azkaban esperaban que los enredos se solucionasen y en parte fue así, Harry Potter sabía de su padrino y la verdad en cuanto al asesinato de sus padres pero Rose le había hecho prometer al hombre que no haría al chico saber de su existencia, mientras ella trabajaba en las sombras con Dumbledore, era la mejor forma de proteger al chico, al menos de eso lo había convencido ella.

-Este sitio es escalofriante, Sirius- protestó la adolescente pelirroja- Kreacher, tráeme café, sabes cómo lo prefiero-ordenó severa, el elfo doméstico apareció trayendo el pedido de la chica.

Sirius vio a Rose atravesar el umbral hacia la oficina, ya no lo sorprendía el hecho de que el elfo la obedeciera aunque no tenía idea de por qué sucedía, Kreacher respetaba a la joven Potter.

-Finalmente alguien digno en la mansión Black, la señorita Silver debería volverse la nueva señora de la casa- el elfo trajo el pedido de la chica rápidamente.

-Suficiente, Kreacher- espetó Sirius- continúa con tus labores.

Cuando el elfo se marchó, Rose se sentó en el escritorio de Sirius, el mayor estaba sentado del otro lado, evitó deliberadamente ver la línea por encima de la que se alzaba la falda de su sobrina, se sentía un bastardo pedófilo y algo le decía que esa chiquilla sentía una oscura diversión con eso. Miró al rostro de la joven, los sonrosados labios húmedos por el café, tiene catorce años POR MERLÍN.

-¿Qué sucede Sirius?

-N...Nada..

-Pretenderé que te creo- ella tomó otro sorbo de café.

-Nunca he entendido cómo le haces para que Kreacher te obedezca.

-Le mostré lo que le sucedería si no lo hacía, digamos que tu elfo es un M extremo.

Suspiró cansado, aquella chiquilla parecía determinada a sacarlo de sus cabales cada vez que la veía, a veces se preguntaba si los recuerdos intercambiados tiempo atrás la habrían influenciado permanentemente.

-A lo que vine, algo grande sucederá este año, como de costumbre involucra a Harry, pero no quiero que Albus sepa.

-No puedo decir que me fíe del anciano, pero mientras Harry sea necesario no le sucederá nada.

-Lo que me preocupa es precisamente la utilidad que le encuentre a Harry.

-Podrías decirle, ponerlo sobre aviso, de paso decirle que eres su hermana.

-Puedo apoyarlo mejor desde las sombras, él no necesita saber quién soy.

-Eres tan testaruda como tus padres.

-No vine a discutir Sirius, - ella alzó su mano, sujetando el cordel negro con los dedos mostró una moneda con grabados que nunca antes había visto.

-¿Qué es?

-Es para tí- ella puso la taza vacía a un lado y desató el cordel preparándose para poner el collar en el cuello del hombre.

-No uso joyería.

-Ahora sí lo haces, Sirius, esto evitará que te maten, es magia ritual muy antigua, me ha tomado muchísimo tiempo terminarla. Es la primera de su clase- añadió con orgullo- no puedes ayudar a tu ahijado si estás muerto, Sirius.

El hombre se oprimió el puente de la nariz con dos dedos, pero un peso sobre sus piernas lo hizo abrir los ojos con sorpresa, la chica le colocaba el medallón sentada a horcajadas sobre sus piernas, Sirius intentó protestar pero escuchó los acelerados murmullos que pronunciaba Rose, no entendía del todo las palabras pero le pareció escuchar algo de egipcio, pronto todo sonido excepto la suave voz de Rose desaparecieron, Black se hundió en los irises de la chiquilla que parecían refulgir. Ella dibujó símbolos en la frente del hombre con un dedo, se mordió el borde del labio y luego los puso sobre los de Sirius, éste apenas sintió cuando ella lo mordió, mezclando la sangre de ambos, y recitando otro conjunto de estrofas sobre su boca, cuando el mundo volvió a moverse ya Rose estaba de pie junto a él limpiándole el labio con un pañuelo blanco.

-¿Cómo te sientes, Sirius?

-¿Qué hiciste, Rose?- tomó la mano que lo atendía con un poco de fuerza de más pero ella no se quejó.

-El año pasado evitaste la muerte por muy poco, sé que el tiempo fue manipulado con ese fin, cuando la rueda vuelva a girar podrías ser incapaz de evitarla.

La vió con asombro por unos segundos, ella tenía los ojos vidriosos pero se compuso de inmediato, unos golpes en la puerta los sacaron del momento.

-Adelante.

-¿Está hecho?- Vinish entró haciendo la pregunta, Sirius lo observó con atención, era un muchacho apuesto, de buena clase y más que un cariño fraternal, el mayor estaba seguro de que ese chico estaba enamorado de su hermana de crianza.

-Sí, ya está hecho.

-Black.

-Silver.

- Debemos irnos, al parecer el colegio fue invitado a asistir a la Copa de los Magos– anunció el muchacho a su hermana.

-¿Moonacre? Supongo que es obra de Albus- murmuró la chica- será mejor que nos vayamos.

-Antes de eso, necesitamos hablar, Vinish ¿puedes darme un momento con tu hermana?.

-De acuerdo.

Cuando quedaron solos Sirius se acercó a la chica con aire severo.

-No juegues de esa forma con un hombre, Rose, eres demasiado joven.

-Era un ritual, Sirius, sabes tan bien como yo que los rituales antiguos suelen tener un cierto carácter -ella apartó la vista un poco sonrojada.

-Aún así, no lo repitas.

Rose dejó escapar un suspiro y se dirigió a la puerta, de pie en el umbral se volteó y dijo una frase que descolocó al último heredero Black.

-No entiendo por qué te alteras tanto Sirius, sólo te besé en los labios, no puede haber sido tan malo.

Sirius palideció y calló de vuelta en su asiento.

-James y Lilly me despellejarían vivo- dijo sintiéndose un completo imbécil, era parte de un ritual y por supuesto el no veía a la niña de esa forma, era una niña por Merlín, pero no siempre lo será, le aseguró su subconsciente y la certeza de esas palabras lo hicieron estremecer.

Black's RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora