Black's Rose

Lazos

-Ronald es un idiota, Harry, así de simple- la voz de Hermione no daba cabida a la duda, el trigueño no pudo evitar sonreírle con cariño.

Casi era hora de regresar a los dormitorios pero ellos se habían quedado conversando en algún pasillo entre el Gran Comedor y la torre Griffindor, no se preocuparon en identificarlo, a fin de cuentas Hogwarts era su hogar. El pasillo estaba vacío y con eso les bastaba, con todo el revuelo del torneo era un poco difícil encontrar algo de paz.

-Gracias, Herms- ella sonrió en respuesta- por creer en mí.

-Siempre Harry- contestó ella y el chico sintió la aplastante honestidad en sus palabras- pareces más tranquilo que ésta tarde.

-Sí, supongo que Rose tuvo algo que ver en eso.

-¿Rose?- la curiosidad y el recelo tiñeron la voz de la castaña, Harry notó la mirada suspicaz que le lanzó y casi podía escuchar girar los engranajes dentro de la mente de su amiga- Rose Silver, supongo, la campeona de Moonacre. ¿Dónde la encontrarse, Harry? ¿De qué hablaron? Debo decir que encuentro su participación en el Torneo incluso más inquietante que la tuya, quiero decir, sabemos que tienes "enemigos", Harry, eres "el niño que vivió", sí ya sé que no te gusta que te digan así Harry, no pongas esa cara. Aún no me respondes- exigió la castaña frunciendo ligeramente en seño, Harry volvió a sonreír, algo que solía hacer bastante alrededor de la castaña.

-Eso es porque no me has dejado hablar, Herms- la castaña rodó los ojos y cruzó los brazos, cunado notó que él no seguía le hizo una seña con la mano algo exasperada, a Harry la mueca se le antojó un tanto, tierna; espera ¿tierna? La definición lo sorprendió- Hablé con ella hace unos días acerca del Torneo, me dijo algo muy parecido a lo que acabas de asegurar. Volví a hablar con ella hoy en la torre de las lechuzas- le resumió la charla que había sostenido con la pelirroja, asegurándole que aunque algo fuera de lo común, la chica parecía agradable y que probablemente ella pensaría igual si la conociera.

-No estoy segura, Harry, hay algo diferente en ella y a la vez, en ocasiones se me hace familiar ¿sabes? Como si se pareciera a alguien que conozco pero no logro ubicarla. En cualquier caso, Harry, sé precavido por favor, no sabemos nada de ella.

La preocupación en la voz de su amiga era evidente, tanto que antes de pensarlo siquiera había envuelto una de sus manos con la suya en un intento por brindarle algo de seguridad, ella devolvió el gesto con un ligero apretón y una sonrisa.

-Tendré cuidado, pero las presentaré si se da la oportunidad ¿de acuerdo?

-De acuerdo- concedió la castaña con un suspiro resignado- ahora que lo pienso, no estaba en la cena hoy, pero su hermano sí.

-Quizás lo esté evitando- aventuró Harry.

-Quizás- la mirada de la chica decía algo muy distinto al falso tono despreocupado en su voz- te veré luego Harry, voy a la biblioteca- ella hizo amago por soltarse del agarre del trigueño, él no la dejó.

-Iré contigo.

-¿A la biblioteca? ¿Por voluntad propia? ¿Te sientes bien, Harry?

-Oh, muy divertida, pues sí, Hermione Granger, pretendo acompañarte a la biblioteca, por voluntad propia. Estoy bastante seguro de que ya has hecho todos los deberes así que supongo que vas a investigar algo más; además la Sala Común debe estar repleta ahora.

-Está bien, y tienes razón, quiero investigar acerca de Moonacre, de los Silver, entre otras cosas, como por ejemplo alguna referencia que pueda darnos una pista sobre la primera prueba.

En todo ese tiempo no habían soltado sus manos, y no lo hicieron hasta que, en su camino a la biblioteca, voces de otros alumnos les anunciaron que su momento de privacidad había terminado.

...

Se alejó del Bosque con pasos inseguros, su cuerpo había regresado a su edad original como decía el acuerdo, el cambio era, desconcertante, por decir lo menos y tropezó más de una vez al dar pasos con piernas que llevaba cerca de diez años sin usar. Sumado a la tormenta en su cabeza cortesía del obsequio de Titania, la misma capacidad que poseían los fae de ver los hilos del tiempo, aquello no era siquiera adivinación, ella realmente podía ver el futuro, y todas las decisiones que podrían afectarlo pero saber qué cuerdas tocar, qué hacer en el presente para hacer el futuro más favorable, era demasiado para que su maltratada alma y destrozado corazón atendieran.
Apoyó su peso contra el tronco de uno de los árboles que hacían de frontera imaginaria entre el bosque y la escuela. Gritos y explosiones de una batalla que aún no se libraba, muertes que aún no sucedían se agolparon en su mente una vez más, era tan bizarro regresar a aquel justo momento luego de casi una década en el "reino de las hadas", tanto que está realidad se le comenzaba a teñir de pesadilla.
Había extrañado terriblemente a su familia a pesar de saber que para ellos no habría pasado más de unas horas desde la última vez que la vieron. Y Sirius, oh Sirius, tenía que verlo, necesitaba verlo vivo, después de verlo atravesar el velo, antes de que considerara lo peligroso que sería en su actual estado usar magia tan poderosa su cuerpo adoptó la forma de un cuervo que desapareció envuelto en sombras para reaparecer en el recibidor de Grimauld Place.

...
Una fuerte presencia mágica apareciendo en la casa puso a los antiguos Merodeadores en alarma, en un instante se dirigieron a la entrada, varitas en mano. Sirius se sintió palidecer al verla, en el suelo, el uniforme blanco manchado de tierra, su cabello cubriendo su rostro, sus brazos sin fuerza junto a su cuerpo, quieta, tan quieta.
No le importó que pudiese ser un engaño, que la presencia mágica de Rose hubiese cambiado haciéndose mucho más, intensa, en un instante se había arrodillado junto a ella, la recostó contra su pecho incorporándola lo suficiente con un brazo para que estuviese semisentada mientras que con la otra mano le apartaba el cabello del rostro y le acariciaba las ahora heladas mejillas, ella respiraba gracias a Merlín, simplemente parecía exhausta.

Lupin observaba la escena atónito, desde su posición no lograba ver bien el rostro de la chica que estaba cobijada en el protector abrazo del Black, Sirius despedía una preocupación casi desesperada, Remus lo conocía bien, demasiado bien, tanto que había algo que lo incomodaba de aquella escena.

-Rose- ahora el hombre lobo estaba francamente atónito, aquel nombre era sin dudas, y la voz de Sirius desprendiendo una infinita ternura, Lupin se cuestionó su cordura, o al menos el hecho de estar despierto.

-Sirius, oh por Dagda, Sirius- la chica finalmente habló con una angustia que hizo que a los mayores se les encogieron el corazón.

Una mano femenina acarició el rostro del Black antes de que su dueña intentará fundirse en el pecho del hombre, aferrándose a él. Los hombros de la joven temblaban mientras ella intentaba inútilmente de controlar ambos, temblores y el silencioso llanto.

Sirius sólo atinó a envolverla en un abrazo protector, deseando borrar al menos un poco de la angustia que la atormentaba.

Remus no pudo más que observar atónito la escena, hasta que sintió sus piernas fallar ante la evidente confirmación de su anterior conversación con Sirius, podía ver a Lilly y a James en aquella chiquilla, tuvo que apoyarse en una pared, se tomó la cabeza con las manos, qué rayos estaba sucediendo, por qué ocultarla. Volvió la mirada a las dos figuras que permanecían abrazadas, Sirius acariciaba las ondas rojizas susurrando frases tranquilizadoras, Remus volvió a sentir aquella incomodidad, como si algo se le escapara, algo que su subconsciente le quería gritar y que él por un motivo u otro, prefería no escuchar.

Hasta aquí por el momento, en realidad no esperaba publicar tan pronto pero no me he podido contener, ésta historia me ha estado dando tantas vueltas en la cabeza que no me deja concentrarme en otras cosas y he descubierto que la mejor forma de librarme de la distracción es justamente escribirla. Es que aunque no me crean, ahora mismo estaba tratando de estudiar pero mi MUY inoportuna musa piensa diferente 😒. Y son las tres de la madrugada 😑... Y el examen es el viernes... 😱
Espero que disfruten el capítulo. Voy a tener una charla muy seria con mi musa...