La segunda prueba

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Allí estaba de nuevo, dejándose llevar por el contacto con los labios del chico, disfrutando del enfrentamiento de sus voluntades, los brazos de Draco la rodeaban por la cintura mientras los de ella lo rodeaban por el cuello. No estaba segura del por qué se dejaba llevar no era algo a lo que quisiera ponerle nombre ni definir, tampoco le interesaban moralismos y estaba más que segura que al Slytherin menos. Por más que disfrutara de aquel contacto seguía siendo consciente de su entorno, por lo que cuando una conocida y molesta presencia mágica hizo aparición su cuerpo se tensó automáticamente en respuesta, sin embargo no se separó del chico. Al menos hasta que un carraspeo los interrumpió, ambos voltearon a ver a Dumbledore que los veía con una sonrisa divertida.

–Hermosa noche ¿no les parece?

–Profesor– la voz de Malfoy denotaba sorpresa.

–Sí profesor, así parecía– soltó la joven molesta por la presencia del anciano.

–Ahora, por mucho que me alegre de lo bien que está resultando la “comunicación” entre los colegios, me parece que es hora de que la señorita Silver regrese a sus dormitorios ¿no cree joven Malfoy?

–Claro, Director– contestó el Slytherin en parte agradecido por ser descubiertos por su Director y no por Filch y su gata.

Rose rodó los ojos, incluso Malfoy le tenía cierto respeto al viejo ¿qué les lavaba el cerebro a todos sus estudiantes o qué? Negó para sí, el hombre era muy inteligente, probablemente si ella no tuviese conocimiento en cuanto a lo sucedido cuando era una bebé tampoco sospecharía de él.

El día siguiente pasó sin más sobresaltos que la pesadilla que la recibió en la mañana, entraba a la Casa de los Gritos, y allí justo en la habitación en la que había hablado con Sirius Black por última vez estaba Vinish, su hermano intentaba decirle algo pero en ese justo momento su uniforme comenzaba a mancharse de sangre, ella intentaba acercársele pero era inútil, gritó su nombre pero no había sonido alguno, la sangre escapaba ahora de las comisuras de los labios de Vinish, la escena cambiaba, estaba en el bosque, atado a un árbol, la cabeza colgando sobre su pecho, el uniforme desgarrado sucio y teñido de carmín. Rose despertó con lágrimas en los ojos y dedicó el resto de las horas a seguir como una sombra a su hermano, no sabía si aquel sueño había sido obra del obsequio o si su mente estresada y agotada, pero no pensaba correr riesgos. Harry intentó acercársele para hablar varias veces pero a ella no le preocupó darle el esquinazo, a fin de cuentas su gemelo tuvo tiempo de sobra para que charlaran pero estaba demasiado ocupado aplicándole la ley del hielo, pues ahora ella estaba demasiado ocupada intentando evitar que se cumpliera ese mal presentimiento que se asentaba en su pecho con más fuerza a medida que la cuenta atrás para la segunda prueba terminaba.

La mañana en cuestión el frío le calaba hasta los huesos y eso que ni siquiera habían entrado al agua aún, esperaba que la transformación que había escogido no sufriera mucho por las bajas temperaturas, aunque siendo una criatura capaz de nadar en aguas profundas no creyó que presupondría algún problema. Estaban todos reunidos, las gradas frente al lago repletas de público, sólo faltaban sus hermanos, sí ambos hermanos y eso la tenía de los nervios. Lorian debía haber entregado la pócima a Harry en tiempo y con suerte le habría explicado algo. Estaba inquieta, tanto que pellizcaba su labio inconscientemente, buscó a Draco entre la multitud de Slytherin, tampoco estaba allí, el mal presentimiento se aferraba con fuerza en la boca de su estómago. Víktor estaba a unos pasos de ella, con semblante adusto, apenas habían hablado desde la noche que la había visto besarse con Malfoy, en parte porque sus fans regresaban a rodearlo como enjambre y en otra porque estaba algo enojado con ella; el por qué a Rose se le escapaba y había decidido no tomárselo muy a pecho. Apenas dedicó una mirada a Harry cuando llegó, estaba demasiado ansiosa por lo que solo se concentró en lo que debía hacer, si sus instintos estaban equivocados, Vinish estaría allá abajo, si no lo estaban… no quería pensar en la alternativa. Silver no estaba allí, no lo veía desde hacía tres días cuando él había salido en busca de pistas de Voldemort, Chandra estaba en su lugar pero luego de lo que la chica había sentido esa mañana al verla antes de ir hasta el lago no se atrevía a preocupar a su madre.
Cuando sonó el silbato se quitó los zapatos, la capa y tomó la varita en una mano, tan pronto entró en contacto con el agua una gran cantidad de burbujas comenzó a envolver las partes de su cuerpo que iban sumergiéndose hasta que finalmente para los espectadores había desaparecido en las aguas. Bajo la superficie, sin embargo, la chica sintió su cuerpo arder en llamas a pesar de lo helada que estaba el agua, lo siguiente fue una especie de corriente eléctrica que agarrotaba sus músculos, le costó todo su autocontrol el mantener la calma mientras la transformación tomaba lugar.

Black's RoseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora