CAPÍTULO VII

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Hasta ese momento todo había fluido sin ninguna dificultad. No nos habíamos comprometido a nada, no habíamos mencionado la existencia de una potencial relación, ni siquiera nos habíamos prometido exclusividad.

Ahora que puedo pensar con claridad después de tantos meses siguiendo un juego que no iba a ninguna parte, cada vez me queda más claro que estaba viviendo una mentira. Sus gestos, su secretismo... teníamos una relación indoor, y de puertas para fuera, no dejaba de ser la asistente que le acompañaba a todos los conciertos, o la amiga con la que iba a tomar un café alguna que otra tarde.

En esos tiempos a penas llevábamos unas semanas viéndonos, y yo no me paré a pensar más allá que en la curva de sus labios. Mira que eres idiota, Clarkie... pero el problema era que todo era fácil. Bueno, lo parecía: me había creado una burbuja de pseudo-amor que me ocultaba de la realidad.

Octavia, la única en saber de nuestra relación, aparte de Anya, siempre me apoyó con toda esa mentira, con sus gestos de incredulidad, sus miradas cómplices cada vez que coincidíamos en algún sitio... pero creo que lo único que pasaba es que estaba igual de ciega que yo. La emoción del momento. Joder, me estaba tirando a una famosa.

El problema es que para mí, pasó muy rápido de eso. Cada vez que compartía un rato con ella, me hacía reír, me hacía sentirme bien, estaba a gusto con ella. Demasiado... y eso es lo que más me dolió de todo el asunto: ¿Cómo dejas ir a la persona que quieres sin que haya algún motivo aparente?

No, ¡Sí que había motivos, joder! Salí del armario con apenas diecisiete años, no estaba para aguantar las dudas de nadie. Y menos, cuando me prometía una y otra vez que no las había. Era miedo. Miedo al qué dirán, miedo al rechazo, miedo a perder todo lo que tenía. Estrellas.

En el trabajo también estaba cómoda. Haber tenido esa oportunidad por parte de the Ark había sido lo mejor que me pudo pasar. Mis horarios eran una locura, pero también lo era lo que estaba aprendiendo, la cantidad de gente que estaba conociendo y, para qué negarlo, me pagaban bastante bien.

Pero no adelantemos acontecimientos, de momento, sigamos con la historia.

***

Quedaba una semana para mi primer viaje "serio" en solitario, y quería tenerlo todo en orden y bien organizado lo antes posible. Cuantas menos razones diera a Anya para que pensara que no estaba centrada en el trabajo, mejor sería.

El alcohol que corría por mi cuerpo la noche anterior no me afectó tanto como esperaba. Estaba como una rosa. ¿Efectos secundarios del sexo al amanecer, quizás? Llegué a casa y me di una ducha rápida. Encendí el ordenador y me puse a hacer las reservas que me quedaban pendientes.

La verdad es que eran unos conciertos bastante pequeños en comparación a otros a los que me había tocado acompañar a Anya. El formato era otro, desde luego: cambiamos los recintos feriales por salas con un aforo máximo de no más de cuatrocientas personas. Lo bueno es que era mi responsabilidad que todo saliera a la perfección. No se puede pretender llenar estadios antes de llenar terrazas. Poco a poco, Clarke.

Escribí a los chicos informándoles de las referencias del hotel, y del programa que llevaríamos: comidas, alojamientos, pruebas de sonido... creo que lo tenía todo controlado.

Brr brr. Mi móvil empezó a vibrar.

-        Te parece bonito? Echas un polvo a tu chica y despareces antes de que se despierte? Si no fuera por la nota creería que fue un sueño... — sonreí. Entonces me di cuenta. Tu chica. ¿Había leído bien? Sí. Mi chica...

[Clexa AU] Cuando me elegí a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora