[Clexa AU] Cuando me elegí a mí

CAPÍTULO XII (Parte 2)

Las luces se apagaron y los músicos ocuparon su sitio y crearon una atmósfera increíble entre el humo, las luces y los sonidos que iban tocando. Se fueron animando poco a poco y el momento de Lexa para empezar estaba casi ahí. Me miró por encima de su hombro, me guiñó un ojo y comenzó a cantar antes de salir. La muchedumbre comenzó a gritar más que antes y ella poco a poco fue saliendo al escenario. Ahora sí, comenzaba el espectáculo.

El concierto estaba siendo mucho más increíble que al otro que tuve la oportunidad de acompañarles. No sólo por los cambios que habían hecho con respecto a la gira anterior, si no por el ánimo que se palpaba entre toda la banda. Estaban allí para pasárselo bien ellos y hacer disfrutar al público. Y eso Lexa lo tenía más que claro. Cada vez que movía la cadera o se mordía el labio mientras agitaba su pelo yo dejaba de escuchar toda la música que sonaba alrededor. En una de esas se acercó de más al lado del escenario en el que Anya y yo estábamos y empezó a hacer ese baile que ya me había vuelto loca en más de un ensayo—y que ella lo sabía—mientras me miraba bastante provocadora. Hora y media de concierto y toda tuya, Clarke. Según iba avanzando el concierto, mis ganas de estar con ella a solas iban aumentando. Parecía que su único objetivo de la noche era provocarme. Y sin duda lo consiguió.

Unos minutos antes de que llegara la media noche se hizo el silencio. El concierto estaba a punto de terminar. Sólo dos canciones más según el programa.

- Gijón.—Empezó—sin duda hoy es una de las noches más mágicas de todo el año. –Según iba hablando se escuchaba "¡guapa!" o "¡Eres lo mejor!" de entre el público a lo que ella contestaba con una de sus mejores sonrisas—Pero justo ahora, también es un día muy especial para alguien que se ha convertido en una persona muy especial para mí. Porque ella sí que es magia.—Lexa. Qué. Coño. Haces. Según iba hablando, yo me fui poniendo roja y congelándome —Hoy es su cumpleaños y seguro que si le cantamos entre todos sale aquí conmigo. ¡Felicidades Clarke!

Los músicos empezaron a tocar el cumpleaños feliz y todo el público a corearlo al unísono—más o menos—, y tras los empujones de Anya para hacerme salir no me quedó más remedio que hacerlo. Me acerqué a ella y me regaló un abrazo que sin duda duró más de lo que dura un abrazo corriente y me susurró un "no sé qué hora es pero felicidades, guapa". Hubo un segundo en el que me olvidé de dónde estábamos y de cuánta gente nos estaba mirando e hice amago de besarla. Pero ella sí sabía dónde estábamos, y al ver su cara yo también. Intentó cambiar de tema muy rápido, y continuó hablando con el público que ya estaba cansado de ese cumpleaños feliz.

- Y ya que la tenemos aquí,—se giró y me habló directamente a mí—¿Nos va a obsequiar con su bella voz?—Debió de ver mi cara de pánico y continuó hablando de nuevo al público—Y puede que no os lo creáis, pero la he hecho practicar, que no cualquiera puede cantar aquí conmigo—.

Me guiñó el ojo y pasó su brazo por encima de mi hombro, acercando su boca a mi oído. "Sorpresa. Te dije que te arrepentirías de no haber querido terminar de ensayar esa canción". Mi única respuesta fue una mirada de bastantes pocos amigos que ignoró una vez más, cómo lo mal que lo estaba pasando en ese momento.

- Pero ya que es una noche tan especial para todos, vamos a tocar esta canción de una forma también muy especial; de una forma más... acogedora.

Los músicos empezaron a abandonar el escenario. Un técnico se acercó y colocó otro pie de micro al lado del de Lexa en lo que ella se acercó a coger su guitarra y se puso enfrente de mí, más cerca de lo que podía soportar en una situación como esa. Me volvió a guiñar un ojo mientras pasaba la correa por detrás de mi cabeza. Nos hablamos a la vez: "te voy a matar", "no me mates". Y estaba claro que no podía hacerlo. Volvió a acercase al micro.