CAPÍTULO XII (parte 1)

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El AVE nos dejó a eso de las 4 de la tarde en Gijón. El plan del día era el siguiente: organizarse en el hotel, prueba de sonido, cena con el equipo y descansar. Y para el viernes otra prueba de sonido por la mañana para dejarlo todo bien cerrado y prepararse para EL concierto.

En el hotel nos recibió más gente si cabe que cuando estuvimos en Huelva. Al entrar en la recepción, Anya se acercó al mostrador, donde sacaron las tarjetas de nuestras habitaciones y nos las repartió.

- ¿En qué piso estás? –Le pregunté a Lexa mientras entrábamos las tres en el ascensor.

- En el quinto. ¿Tú?

- También. – Nos sonreímos.

- Esa planta es para nosotros. —Anya iba muy callada para ser ella. Algo tramaba. Quinta planta.

Empezamos a andar por el pasillo hasta que me detuve en la puerta con el número que marcaba mi tarjeta.

- Yo me quedo aquí.

- No, esta es la mía. –Nos quedamos mirándonos y nos volvimos a la vez hacia Anya, que sonreía de una manera más típica suya.

- A ver qué hacéis. –Nos guiñó un ojo y siguió andando hasta su puerta—En 10 minutos nos espera el coche para ir al recinto.

Dejamos nuestras cosas en un rincón y me tiré en la cama.

- ¿Qué tal lo ves? ¿Estás nerviosa?

- ¿Por el concierto? No. Llevo peor lo de conocer a tu familia. –Me dijo, tímida, mientras rebuscaba en su maleta.

- ¿Por qué? Seguro que no se lo creen. Mi madre te adora. A ver, no a ti, a ti como artista, a Lexa Woods. Tus discos ha sonado siempre en su coche. De momento no han atado cabos. Ya veremos qué dicen.

Estaba bastante positiva sobre ese encuentro, a pesar de que sabía que a Lexa no le hacía ni pizca de gracia que más gente supiera de nuestra relación. Igual se lo tenía que haber comentado antes de soltárselo. Y aunque el motivo principal de invitarlas había sido mi cumpleaños, ¿Por qué no aprovechar la ocasión?

Cuando llegamos al recinto, estaba ya todo listo para la prueba. A diferencia de otros conciertos, Lexa venía acompañada de su guitarra. Normalmente uno de sus técnicos se encarga de tenerlas listas para cada canción.

- Clarke, ¿Me haces un favor? Afínala y la dejas donde mi micro. Voy a dejar las cosas y ver cómo me han puesto el camerino.

- Sí, claro. – Estrellas. Lógicamente no se la iba a afinar ella. Pero ¿Por qué yo? Demasiadas confianzas estás cogiendo, Lexa Woods.

Me acerqué al escenario, saqué esa guitarra que me era tan familiar ya, y comencé a afinarla.

- ¿Nos han cambiado a la jefa o qué? –los chicos de la banda se fueron poniendo en sus sitios y uno de ellos se acercó a mí con una sonrisa.

- No, no, no. Yo solo soy una mandada. – Seguí con mi tarea mientras ellos hacían lo mismo con sus instrumentos.

Desde ahí pude ver a Anya acercándose a la estación de los técnicos del medio del recinto para hablar con ellos.

- Clarke. Habla por el micro, por favor. – Sonó por una de las pantallas que apuntaban al escenario.

Empezaron la prueba antes de que Lexa apareciera. Acerqué la boca al micrófono y empecé a hablar. Primero en vano, luego resonando en todos los rincones del lugar. Apareció otro técnico, me enchufó la guitarra al amplificador y me dijo que fuera tocando algo.

[Clexa AU] Cuando me elegí a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora