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            Nunca, desde su muerte, se había sentido tan desolado. Ni siquiera cuando estaba en la escuela y absolutamente nadie se enteraba de que él estaba ahí, o cuando supo que su novia había atentado contra su vida ante lo difícil que era superar su muerte, o cuando descubrió que sus amigos habían seguido adelante, ni siquiera cuando vio a su hermano menor deshecho por su muerte... nunca, nunca había sentido algo tan indescriptible como lo que sintió cuando vio a Frank besar a ese idiota.

Porque, vamos, tenía todo el sentido del mundo. Frank tenía 15 años ahora y ya sabía quién era y qué quería, y al parecer lo que él quería era un imbécil que se creía punk y se rapaba la cabeza él mismo. Eran diez meses los que Gerard había estado afuera, casi todo un año y no podía culparlo por seguir adelante, sobre todo porque creía que él no iba a regresar y aun si lo hacía... era un fantasma.

Y Frank estaba vivo. Y merecía a alguien vivo... no a él, era estúpido siquiera pensarlo. Frank le tenía estima porque vamos, no todos los días tienes un amigo fantasma pero todo se quedaba ahí, no había nada más allá. Eran amigos e iban a serlo hasta que descubriera por qué estaba ahí todavía y entonces iba a desaparecer para siempre y Frank iba a conocer a más personas e iba a amar alguien y se iba a casar e iba a tener una familia y él... estaría flotando en la inmensidad del cosmos por toda la eternidad o algo así.

* * *

— ¿Vas a hablarme o qué?

Gerard vio la mochila de Frank rodar sobre la cama y caer al piso, y luego lo vio tomar asiento sobre la misma. Se quedó mirándolo desde su posición cerca de la puerta, estaba ahí pero Frank no podía verlo porque él no quería que lo viera.

— Gerard... sé que estás en alguna parte. Y yo... ¿qué quieres que te diga? Ni siquiera entiendo por qué te enojaste.

Gerard se quedó mirando la lámpara sobre la mesita de noche de Frank, la idea de lanzarla lejos era bastante interesante pero decidió que asustarlo no era la mejor salida a eso porque la ley del hielo estaba funcionando bastante bien. Avanzó por la habitación y se detuvo cerca de la ventana, recargándose sobre la misma con cuidado de no atravesar el cristal. Frank, por otra parte, estaba cambiándose de camiseta frente al espejo. Gerard no podía dejar de mirarlo.

Se acercó a él y posó su dedo sobre el espejo, escribió.

"¿Por qué él?"

A través del espejo vio como el gesto en el rostro de Frank se relajaba al ver esas palabras escritas en el cristal. Le pareció divertido e interesante, Frank siempre era divertido e interesante. Cualquier otra persona hubiese enloquecido al ver palabras aparecer de la nada en el cristal, pero Frank se mostraba totalmente tranquilo ante eso. Y esa era una de las razones que lo hacían tan genial.

— ¿Así que no quieres hablar pero sí escribir?

En respuesta, Gerard subrayó su pregunta que ya comenzaba a borrarse.

— Muy bien... —Frank suspiró, y llevó una mano a desordenar su cabello—. ¿Recuerdas nuestro beso? —Gerard no respondió, y una pequeña sonrisa se formó en los labios de Frank, antes de adivinar qué significaba, Frank siguió hablando— Bueno... fue una especie de revelación para mí. Realmente me hubiese gustado hablar de eso contigo o ensayar un poco más pero te fuiste y... nunca me había sentido tan jodidamente solo, ¿Sabes? Pero llegué a la escuela un día y decidí que ya no quería ser quien solía ser, porque ya no me sentía como él. Lo primero que hice fue poner en su lugar a esos imbéciles que solían hacerme bromas y luego, bueno, comencé a pensar en quién era yo realmente. El beso que nos dimos me dio una idea, y un día me invitaron a una fiesta y estaba este chico...

"Baker" Gerard escribió.

— Zacky, sí —Frank sonrió— y bueno... nos besamos. Ya llevamos seis meses juntos y aunque parezca un idiota es bastante genial. Tiene una banda con sus amigos y me encanta ir a los ensayos, me enseñó a tocar guitarra, ¿Sabes? Y son mis amigos ahora, y Zacky me pidió que fuera su novio y yo acepté porque, no lo sé, me parecía lo correcto. Ha sido un gran apoyo para mí, Gerard. Y no entiendo por qué no te agrada.

"Vengeance" Gerard escribió.

Gerard tenía las cejas enarcadas, entendía y respetaba totalmente el relato de Frank. Era genial que se hubiese abierto sin miedo a su sexualidad y era genial que la gente respetara eso pero... ¿Zacky? ¿En serio? ¿El tipo que pedía a todos que lo llamaran por ese apellido inventado? Era un idiota. Y Frank merecía más que un idiota, eso seguro.

— Es un buen tipo —dijo Frank—, y me quiere.

"Yo te quiero."

Frank abrió la boca para hablar pero ningún sonido salió de ella, estaba en blanco y Gerard también lo estaba. ¿Por qué demonios había dicho eso? Era un idiota... quiso borrar sus palabras que ya comenzaban a borrarse solas pero no serviría de nada, ya estaba dicho. Así que no le quedó más sentido que actuar.

Frank se sobresaltó cuando Gerard se materializó detrás de él, y lo hizo con tantas ganas que pudo ver su reflejo en el espejo, a pocos centímetros de Frank. Se acercó a él y lo abrazó por la espalda, Frank tenía los ojos fijos en los del reflejo de Gerard, pero los cerró cuando los fríos labios fueron a besar su cuello. Gerard rodeó el cuerpo ajeno con ambos brazos y dejó que recargara la cabeza en su pecho, simplemente disfrutando ese instante que podía ser ínfimo o durar para siempre.

— Yo igual te quiero —suspiró Frank, aun con sus ojos cerrados— y te odié cuando te fuiste... me diste mi primer beso y te marchaste, y ahora sé que no fue culpa tuya pero en ese momento estaba tan enojado contigo, Gerard. Y lo estuve las semanas siguientes y cuando Zacky me pidió salir acepté porque sentía que tú estabas mirándome desde algún lugar y quería hacerte sentir mal por dejarme y yo... yo te quiero, Gerard. Yo te quiero a ti. Te quiero como nunca voy a querer a nadie.

Gerard se sintió peor por esto, no era justo hacerle sentir esas cosas... él iba a desaparecer en cualquier momento, era un jodido fantasma... ni siquiera podía darle algo normal y aun así quería atesorar ese momento y esas palabras en su corazón e intentar darle lo que tenía para ofrecer; lo cual claramente no era mucho.

— Bésame —susurró Gerard.

Frank abrió los ojos, se quedaron mirando durante un largo minuto y luego se giró en el abrazo para encararlo correctamente. Sus manos fueron a acariciar las mejillas de Gerard quién, mirándole a los ojos, dejó caer dos lágrimas que dejaron marcas en su pálida piel. Frank las quitó con los pulgares, y le dedicó el esbozo de una sonrisa antes de acercarse a besarlo.

El contacto lo hizo estremecer, presionó el cuerpo de Frank contra el suyo y compartieron un largo y apasionado beso que se interrumpió sólo cuando Frank tuvo que apartarse para respirar. Y luego de mirarse a la cara durante otro par de segundos, iniciaron un nuevo beso. Frank lo guió hacia su cama, y juntos se subieron a ella, recostándose para seguir besándose. Gerard sentía el cuerpo de Frank bajo suyo, sentía sus labios y sus caricias, era todo tan real y tan cercano que incluso podía escucharse a sí mismo jadear o sentirse acalorado, pero, de pronto todo acabó. Su cuerpo perdió consistencia y vio a Frank abrir los ojos con sorpresa. Y volvieron a mirarse a la cara, aunque esta vez había algo más en los ojos de Frank.

Supo de qué se trataba segundos después, cuando las luces se apagaron y dejó de sentir en lo absoluto. Frank tenía miedo de perderlo. Y ahora él tenía miedo de no poder volver a verlo. 

can you see me? ・ frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora