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            Gerard dejó ir un suspiro, quizás fue solo para hacerle saber a Frank que seguía ahí o porque su mente estaba tan lejos que simplemente estaba actuando por inercia. Había muchas cosas que no sabía en ese momento, cosas que nunca iba a saber realmente y le aterraba en sobremanera todo lo que sucedía en su cabeza. Uno de sus hilos de pensamiento era su hermano porque sus palabras seguían tan frescas que parecía que aun estaba diciéndolas. Se arrepintió por no haber intentado ser visto por él, se arrepintió por no haber intentado irse con él en lugar de volver con Frank a su hogar y luego simplemente sintió mucha ira porque no tenía sentido que estuviese anclado a él en lugar de su hermano menor. Porque, vamos, si alguien tenía problemas ese era su hermano. Lo estaba pasando pésimo a raíz de su muerte, y había sucedido hace ya más de un año pero el dolor seguía fresco en él y algo le decía que seguiría siendo así durante muchos años más. Mikey estaba deshecho y si lograba suicidarse entonces qué, ¿sería un fantasma también? ¿A dónde iría su alma?

No era justo que por el acto de un tercero todas esas vidas se estuviesen arruinando y sobre todo, él mismo no sabía qué tan fuerte había sido el impacto en las vidas de su entorno. Siempre había creído que su hermano menor no lo quería porque sus propios padres los habían puesto en contra desde niños, pero no era así. Y sus padres... ¿En serio había pensado que ellos seguirían adelante como si nada? Que tonto había sido al pensar eso... ellos más que nadie estaban destruidos, tenían todos sus sueños puestos en él y el destino había actuado en contra de sus planes.

El destino... ¿De verdad él estaba destinado a morir de forma tan repentina? Incluso eso carecía de sentido o al menos eso quería creer. Porque ciertamente dudaba que su destino fuera morir a los 17 años para convertirse en el amigo imaginario de un adolescente con problemas con sus padres. Aunque claro, los problemas de Frank eran más de los que se podían notar a simple vista.

— Perdóname —dijo Frank luego de un rato, apartando su cara de la almohada—. Yo solo... pensé que era lo correcto, creí que él estaba tan desesperado que iba a creerme pero no fue así y yo... lo arruiné, lo arruiné tanto.

— Está bien —dijo Gerard. Pero no estaba bien. Nada estaba bien.

— De verdad lo lamento —repitió Frank—, soy tan imbécil.

Gerard no respondió nada, en lugar de eso se hizo visible ante los ojos de su amigo, vio a Frank pestañear varias veces y luego se acercó a él, notando como una lágrima se deslizaba por la mejilla ajena. Frank estaba mal, emocionalmente. Lo había notado cuando volvió pero no quiso decir nada porque pensó que él iba a decírselo directamente, pero nada pasó. Y no sabía dónde buscar para averiguarlo por sí mismo. En la escuela las cosas iban bien, y además tenía un novio. En casa, sin embargo, no estaba seguro. Había escuchado a la madre de Frank discutir con Daniel, pero entonces Frank le había subido el volumen a la música para evadir aquello. Y aparte de eso... no había notado nada más. Así que quizás la casa tampoco era el problema, ¿Entonces cuál era? ¿Por qué Frank estaba tan triste?

— Ten cuidado... —suspiró Frank, cuando Gerard se concentró para hacerse corpóreo y poder abrazarlo sin que la temperatura de Frank decayera por culpa suya.

— Está bien, creo que estoy manejando esto —respondió Gerard, dándole una vaga caricia en el brazo más lejano. Frank recargó la cabeza en su hombro y luego dejó ir un suspiro, y Gerard le imitó. Fue un suspiro sincero porque realmente tenía muchas cosas por las cuales suspirar en esos momentos.

Su hermano... seguía sin poder quitarse esa imagen de la cabeza, verlo así de mal era un golpe terrible en el estómago y la sola idea de imaginarlo quitándose la vida por culpa suya era indescriptiblemente aterradora. Mikey era solo un niño ante sus ojos, pero el chico que estaba en la biblioteca lucía mucho más maduro, en muchos aspectos. Mikey había crecido en torno al vacío que la muerte de su hermano mayor había dejado en su vida, y eso no podía ser algo bueno. El pobre chico sufría tanto, y él seguía sin poder hacer nada al respecto.

can you see me? ・ frerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora