Reconstruyendo el alma

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Pasaban los días y poco a poco iba recuperando la confianza que había perdido, aun sentía que había algo inconcluso, extrañaba algo de él, no sabía qué, y tenía miedo el averiguarlo.

Decidí dejar que el tiempo pase y solo curen las heridas, una noche el mismo sueño de siempre, aquel joven, aquel ascensor que me volvía dejar fuera de él, porque no lo entendía, no quería salir, quería conocerlo, ¿saber quién era?¿porque lo soñaba?.

Al dia siguiente como siempre salí a trabajar, cuando estaba en el autobús, llego un mensaje al celular, no le preste atencion hasta luego de un rato, era un número nuevo no lo tenía registrado, no sabía quién era ni lo que quería, lo unico que decia en el era:

hola¡

A que loca persona se le ocurre mandar un mensaje con el único propósito de decir HOLA, aun temerosa de quien podría ser le respondí, HOLA ¿QUIEN ERES?

Espere la respuesta por horas que nunca llegó, incluso olvide el asunto, la vida seguía no le tome importancia a lo que pasaba, hasta que cierto día muy cerca de donde trabajaba lo vi, estaba parado ahí en una esquina antes de llegar, me gusto verlo, me acerque a hablar con él y lo cuando me aproximaba una sensación extraña por mi cuerpo tenía nervios, alegría, asombro, eran muchas emociones juntas, cuando estuve frente a él, solo lo mire, lo tome por la cintura y lo abraze, sentí tanta tranquilidad al estar en sus brazos que no importaba el tiempo que estuvimos juntos, parecía no pasar los minutos, solo fueron instantes que por una extraña razón era tan especial.

Al soltarnos lo único que pude decir fue

¿Que haces aqui?

Me miró y con esa gran sonrisa que lo caracterizaba me dijo:

Vine por ti... a verte, ya no se nada de ti, ¿ porque te alejaste de nosotros?

No pude responder porque la llamada de mi jefe en el celular anunciaba que ya era demasiado tarde, nos despedimos, y le dije que me gustaría volverlo a ver , no quedamos en fechas, ni lugares, solo dijo que nos volveríamos a ver muy pronto.

El dia pasaba lento y yo aun pensaba en lo muy sorprendida que estaba, ¿cómo había llegado hasta ahí?, porque dijo ¿nosotros? acaso aun no sabia lo que había ocurrido con Juan, acaso no era su mejor amigo, era extraño, solo sabía que su visita me alegraba mucho y por una extraña razón no dejaba de pensar en el.

Todo el camino de regreso a casa, pensaba en él y cada cierto tiempo volteaba a ver si quisas estaba por ahi esperandome como en la mañana. Aquella noche, me eché a la cama muy temprano con las ganas de tener aquel sueño con la gran duda si esta vez si podría comunicarme con él, al dormir el mismo sueño de siempre:

Era un día soleado como cualquiera, iba apurada hacia el trabajo, el mismo ascensor y ahí estaba él, el joven de hermosos ojos el cual nunca había visto, pero esta vez el recorrido en el ascensor duró más que otros días, quise hablarle pero no pude solo lo miraba, tenía unos ojos tan lindos sentía que ya lo conocía, que en algún lado lo había visto, al bajar del ascensor voltee hacia él y una gran fuerza que salía de mi interior, que me decía que regrese hacia él, fue así como comencé a caminar hacia él, pero de pronto el ascensor empezó a cerrarse, no era cierto no podía irce no, corrí, esta vez logre detener el ascensor, por fin pude entrar y estar frente a él pero fue tan grande la impresión que desperté.

Al despertar intente volver a dormir nuevamente, no lo logre, mientras me duchaba el celular sonaba insistentemente, no pude contestar, al salir revise de que se trataba y era aquel número desconocido que me había escrito días antes.

Me quede muy anciosa de saber quien era, asi que decidi llamar no perdía nada, marque:

hola, ¿porque no me contestaste?, mientras lo escuchaba hablar y trataba de reconocer la voz, mi corazón se aceleraba cada vez más, hasta que porfin pude reconocer, era Esteban.

HOLA¡¡¡¡¡.... eras tu, como conseguiste mi número, me sorprendes...

El solo se rió, y dijo que le gustaba sorprenderme, tuve tiempo de contarle lo que había sucedido con Juan y que habíamos decidido separarnos, no pidió más explicación, se conformó con solo eso y al finalizar solo dijo:

Sabes que no importa si que no estés con el no te libraras de mi, eres muy divertida, quiero conocerte más.

Aquella llamada me dejo de muy buen humor, tanto que la sonrisa que dejó dibujada duró hasta un par de días. luego de unas semanas volvió a llamar, y no paro, todos los días hablábamos de lo que no había sucedió, de cosas buenas de cosas malas, de todo, no había día que no habláramos.

Por más que habláramos todos los dias sentia que aun no lo conocia del todo, tambien tenia dudas sobre si Juan sabía que Esteban se había vuelto mi amigo.

Decidimos vernos, encontramos el día adecuado, la hora exacta, solo faltaba que llegue el dia.

Pasaron unos días hasta que era momento de verlo y por una extraña razón estaba muy nerviosa como si fuera la primera vez que lo vería, busque en el armario la ropa más bonita, mientras pintaba mis ojos solo pensaba en el, en lo que hablamos, en lo que le diría, tenia que preguntar por Juan era definitivo, me ponía los zapatos y lastima que no pensé caminar tanto.

Al llegar al lugar no está ahí, lo llame y dijo que estaba cerca que tuvo un inconveniente que si lo podía esperar, así lo hice lo espere ... demoró casi una hora en llegar, pero no me importaba porque me moría de ganas de verlo, al verlo corri a abrazarlo como ya era costumbre, aquella tarde estaba dispuesta a conocerlo más a fondo y aclarar cosas que daban vueltas por mi cabeza, él propuso ir a caminar lo tome del brazo y le dije ¡VAMOS¡

Mientras caminábamos él me iba explicando lo que sucedía a nuestro alrededor, yo lo miraba y lo escuchaba, ya había pasado por ahí muchas veces pero nunca había visto desde esa perspectiva, me parecía muy interesante lo que decía y así fue como descubrí que era un joven muy inteligente y hábil, me parecía tan interesante todo, cuando después de mucho caminar ya estaba cansada buscamos un lugar donde descansar y poder conversar.

Me arme de valor y pregunte por Juan:

¿Qué sabes de Juan?¿El sabe que eres mi amigo?

No lo sabe, y creo que no debe enterarse porque se que no le gustara la idea,

pero eres mi amigo, no tiene nada de malo por que enojarse

si, es cierto pero recuerda que el es mi mejor amigo, que pasamos muchas juntos, no me gustaría que se enoje.

Estaba confundida pero acepte porque no quería ocasionar problemas además era lo más correcto en ese entonces, conversamos de muchas cosas, también supe que había algunos que le costaba mucho hablar de ellos pero trataba de hacerlo, de un momento a otro regreso a mi la confianza que había perdido, por fin era yo, la misma de siempre que sonreía y soñaba, había recuperado aquella que era y estaba muy feliz.

De regreso a casa no paraba de sonreír y de recordar todo lo que habíamos hablado, al llegar a casa ya era demasiado tarde casi medianoche, decidí ir directo a la ducha y descansar.  

¿UN SUEÑO? ... NO ¡¡REALIDAD¡¡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora