Silence!➷muke [en pausa]

6.

           

Al fin el ultima día de la semana había llegado y no podría sentirse más aliviado. Aún no había logrado conseguir que su vecino callara su espantosa música, pero había hecho un gran avance logrando descubrir como conectar aquellos parlantes que su amigo le había prestado.

Entro a su casa y como era de costumbre Green Day sonaba a alto volumen por la ventana de su habitación. Luke aún estaba pensando en cómo haría para controlarse cuando su encantara vecina Karen y su molesto hijo vinieran a cenar mañana. Tendría que hacer lo posible para evitar arrancar los ojos al teñido.

Se colocó sus audífonos intentando hacer callar Know your enemy, lo cual a Luke le parecía algo irónico. Como sea, tenía que concentrarse y recordar las instrucciones de Calum para colocar uno de sus CDs.

Con un gran éxito logro meter el CD dentro de aquel aparato, los electrodomésticos nunca habían sido su fuerte. Sonrió con orgullo y aprovecho que el teñido no se encontraba en su habitación y selecciono su canción favorita para despues subir el volumen al máximo. Para su buena suerte su madre siempre dormía cuando él llegaba del colegio, además ella tenía el sueño pesado lo cual daba un punto a favor del plan del rubio.

—Yes, I know my enemies... —murmuro una parte de la canción el rubio antes de poner play.

El teñido movía su pie al ritmo de una de sus canciones favoritas. Se encontraba en la sala mientras termina de almorzar, apostaría que el rubio estaría renegando ahora mismo. Sonrió y se dirigió a su cuarto para ver lo que hacía su vecino.

Cuando entro a su habitación vio que el rubio mantenía una sonrisa, algo que le parecía raro a Michael.

Lo miro y despues levanto una ceja intentando pensar que tramaba el rubio, antes de que pudiera hablar Do I Wanna Know?  sonó a todo volumen de la habitación del rubio.

Michael se sorprendió de la cantidad de volumen que tenían los parlantes del rubio, pero lo que más llamo su atención es que Luke hubiera descubierto su debilidad, Artic Monkeys. No soportaba aquella banda, le parecía demasiado Hipster y común, algo que una adolescente de 14 años escucharía. Blanqueo los ojos molesto y le dedico una mirada de odio al rubio. Su vecino no iba ganar.

—Have you got colour in your cheeks? —lo molesto el rubio cantando sobre la música.

—¡Podrías bajarle a esa mierda! —grito el teñido desde su ventana.

—¡Mierda es lo que escuchas tú todos los malditos días! —respondió gritando. —¡Así que ahora te aguantas!

Michael le saco el dedo medio en respuesta.

Punto para Luke. Había logrado adivinar la banda que Michael odiaba y para aumentar su buena suerte era su banda favorita así que tenía todos sus discos.

—Simmer down, pucker up... —continúo cantando.

—¡Rubio es enserio! —grito Michael.

—Uhmm, déjame pensarlo... —miro al teñido a los ojos —; si tú bajas el volumen a tu música tal vez podría pensarlo.

—Ni en tus mejores sueños rubio —contesto Michael molesto.

Él no se daría por vencido tan fácilmente. No era tan solo por bajar el volumen, a él no le gustaba perder. Fácilmente podría haber bajado el volumen la primera vez que el rubio se lo pidió, pero ahora quería ganar esta "pelea" a toda costa.

—Entonces te tendrás que acostumbrar a escuchar Artic Monkeys de lunes a viernes —contesto Luke molesto, no podía creer que el teñido no se rindiera tan fácilmente.

Michael blanqueo los ojos, al menos los sábados ni domingos tendría que soportar al rubio ya que gracias a su mamá, se había enterado que su vecino se la pasaba en la biblioteca los sábados y los domingos iba visitar a su mejor amigo. No podía creer que su madre se llevara mejor con su vecino que él. Ahora que se acuerda, debió haberle preguntado su nombre antes de que se vaya trabajar, de cualquier manera, mañana en la cena se enteraría.

—Ganaste la batalla, pero no la guerra rubio. Tú tan solo espera... —lo amenazo el teñido.

—Uy, qué miedo me das —se burló para despues salir de habitación y encerrarse en el sótano, por fin había encontrado un lugar calmado donde no se escuchaba la música de su vecino. Aunque él odiara el sótano tendría que acostumbrarse y tan solo esperar a que el teñido se cansara de escuchar Artic Monkeys.

Michael vio sus parlantes y sonrió, tenía suerte de que Ashton trabajara en una tienda de música, esto felicitaría más las cosas. Se encerró en el cuarto de su mamá ya que ahí llegaba menos el sonido de la música y planeo el plan perfecto para ganar la "guerra".

Al parecer un par de bandas habían comenzado esta pelea y tal vez también la terminarían.