Silence!➷muke [en pausa]

7.

Se levantó algo fastidiado gracias a la luz que se filtraba por su venta. Hace un tiempo que había botado sus antiguas cortinas, gracias a que estas tenían unos dibujos de Toy Story los cuales le parecían demasiado infantil para un chico de 18 años. Y, ahora se tendría que ver obligado a comprar unas nuevas cuanto antes, no soportaba que el sol lo levantara los fines de semana y tampoco soportaba que su vecino pudiera verlo cada vez que quisiera para molestarlo.

Se levantó de su cama y dio un pequeño saltito al sentir lo frio que se encontraba el suelo. Soltó un bostezo y despues se dirigió a su armario a buscar algo que ponerse. Se pasaría el resto de la tarde en la biblioteca repasando los últimos temas de esta semana, y llegaría más tarde para ayudar a su mamá con la cena. Aunque suponía que la ayuda de su padre sería suficiente, pero igual le gustaba ayudar a su madre en la cocina así que no le molestaba.

El padre de Luke trabajaba de secretario en una importante compañía, no era un puesto muy importante, pero bastaba para ayudar con las cuentas en casa. El trabajo de su padre lo hacía estar ausente en su casa de lunes a viernes hasta altas horas de la noche, por lo cual Luke solo lo veía algunas veces en las mañanas y los fines de semana.

Eligio lo primero que encontró en el armario, unos simples skinny jeans negros y una camisa a cuadros roja, (según sus amigos de Luke para ser gay no se vestía con mucho estilo, lo cual a Luke le parecía algo estúpido). Empezó por quitarse la camiseta con la cual había dormido para poder ponerse su camisa cuando de repente escucho un silbido provenir de la ventana.

—¿Quién diría que tendría un espectáculo a estas horas de la mañana? —dijo el teñido sarcástico mientras se encontraba apoyado en el marco de la ventana.

Las mejillas del rubio se tiñeron por completo de rojo al igual que el resto de su cara, se había olvidado de su maldito vecino.

—Maldición —murmuro Luke manteniendo la mirada en el piso sin atreverse a mirar al chico por la vergüenza.

—Hey, no hay de qué avergonzarse rubio, no hay nada que tengas que no haya visto ya —le respondió Michael para despues guiñarle un ojo.

Intentaba taparse la mayor parte de su pecho con su camisa y a la vez intentando evitar la mirada del teñido. Mordió su labio y pensó en que decir, pero se había quedado sin palabras.

Nunca había estado realmente orgulloso de su cuerpo, no era de las personas que se fijaban de las calorías de cada cosa que metían a su estómago porque realmente no le importaba para nada cuidar su físico. Por esta razón evitaba quitarse la camiseta frente a otras personas, hasta para ir a nadar. Aunque a decir verdad Luke no tenía un mal cuerpo, su contextura era realmente delgada por lo cual no ganaba mucho peso cuando comía, pero aun así evitaba que alguien más lo viera.

—Si como sea, ahora podrías darte la espalda que intento cambiarme —prácticamente suplico el rubio.

Michael lo miro con curiosidad, no entendía la razón por la cual el chico que hace un día era realmente desafiante y terco ahora se encontraba avergonzado porque alguien viera su cuerpo, pero decidió no meterse. A fin de cuentas, él y el chico ni siquiera eran amigos, solo pasaban su tiempo insultándose y escuchando música a alto volumen para molestarse entre ellos.

—Como quieras lindo, aunque me hubiera gustado seguir viendo tu hermoso cuerpo —lo alago Michael para después darse la vuelta y tapar sus ojos para que el rubio se diera cuenta que no intentaría espiarlo.

—Gracias supongo —susurro Luke pensando que el teñido no lo escucharía.

Termino de abotonarse su camisa a cuadros y soltó un suspiro aliviado. Ahora solo faltaba ponerse sus skinny jeans lo cual ya haría en el baño, no pensaba arriesgarse a que su vecino intentara espiarlo, aunque por una extraña razón confiaba en que el chico de cabellos de colores jamás se atrevería a hacerlo si le molestaba.

—Puedes voltear.

Michael volteo y le sonrió al chico para despues volver a apoyarse en la ventana.

—Entonces supongo que no veremos en unas horas rubio.

—Si supongo, tendré que evitar querer asesinar en plena cena —dijo Luke con sarcasmo.

Michael soltó una risa, había vuelto el chico que siempre lo desafiaba.

—Opino lo mismo, aunque yo de ti cuidaría mis discos —comento el teñido.

—Ni te atrevas.

—Ya lo veremos, aunque lo único bueno de esto es que podre saber tu nombre lindo —dijo Michael y chasqueo la lengua.

Luke blanqueo los ojos al escuchar el apodo.

—Igual yo, aunque déjame decirte que tiene cara de Esteban.

—¿Esteban? ¿De verdad rubio? —pregunto ofendido.

Luke se rio al ver la cara de Michael para que despues el teñido hiciera un puchero.

—Me tengo que ir, nos vemos teñido —se despidió el rubio mientras recogía sus pantalones que había dejado en el piso.

—Hasta más tarde rubio —se despidió Michael.

Luke salió de su habitación con una sonrisa en el rostro que parecía imposible de disimular. Al darse cuenta que lo tonto que lucía sacudió su cabeza intentado borrarla.

Despues de todo era su molesto vecino con el que había hablado, con el cual no podía pasar ni cinco minutos sin pelar. ¿Verdad?