7. No Hagas Travesuras

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-¿A dónde vamos? -pregunté

-Iremos al club a que renuncies

-¿Renunciar? No, no, nunca.

-¿Por qué no? Ya no tendrás que trabajar, vives conmigo y yo cubro todos tus gastos ya que son mínimos. Y además, pierdes mucho tiempo. El tiempo que podrías gastar en mí.

-Eres tan egoísta, 

-Pero te encanta que yo sea así

Me quedé callada. ¿Tenía razón? Puede ser. Era tan jodidamente egoísta, pero me volvía desquiciadamente loca. De todas las maneras. 

Llegamos al lugar y se estacionó.

-Te esperaré aquí, no tardes o entraré a buscarte -dijo

Azoté la puerta del coche. Entré al lugar y vi a Heather.

-Cariño, ¿Qué haces aquí? -dijo

-Necesito que me ayudes.

-¿Styles? ¿Qué pasa con él?

Yo creo, si Heather adivinó que tengo un problema con él. Que adivine cuál es el problema. Básicamente, le conté lo que pasó y por coas y política del lugar, Heather no tiene la obligación de cuidarnos. 

-De verdad lo siento, Marissa. Quisiera ayudarte, de verdad. 

-Bueno. No importa. ¿Me dejas hacer una llamada? Desde mi celular no puedo

-Claro. Ya sabes cuál usar. 

Me dirigí a los vestidores y tomé el teléfono. Marque un número y esperé

-Contesta, contesta -supliqué

-¿Hola?

-Lucas. Necesito decirte algo

-Dilo

-No puedo ahorita. Necesito que contestes mis llamadas desde mi teléfono, desbloquéalo.

-Solo una. ¿Entendido?

-Sí

Colgué y volví con Heather.

-Heather, Harry me pidió que renunciara. Trataré de volver. ¿Sí?

-Claro, ya sabes que siempre eres bienvenida. Gold te va a extrañar como loca.

-Lo sé, pero no tengo opción. Me despides de las chicas, por favor.

Heather me dio un abrazo.

-Suerte. Llámame cuando necesites algo, no importa la hora -susurró

-Gracias. 

Salí del lugar. Subí al coche de Harry y nos dirigimos a la casa.

-¿Que te dijo? -preguntó

-Las chicas me van a extrañar.

-Déjalas atrás. Tienes una nueva vida.

-Pero eso no significa que tenga que olvidar todo lo que me ha pasado.

-Eso espero que hagas

-No lo haré solo porque tú lo dices

-Te encanta retarme. ¿Sabes algo? Me vuelves loco cuando lo haces. 

Harry siguió conduciendo con su vista al frente, parecía molesto.

Tenía un perfil perfecto, labios delgados y rosados, pestañas largas y una nariz hermosa.

Este chico era realmente atractivo. Lástima que su carácter fuera tan fuerte. Lo amaría si no fuera así.

¿Que demonios estás diciendo, Marissa? Te está empezando a gustar. Te encanta retarlo, él te lo dijo y tú misma lo sabes. Te encanta todo de él. Vamos, no lo puedes ocultar.

Llegamos a la casa y abrió la puerta. Me dejó pasar.

-Voy a salir unos minutos, necesito ir a ver a alguien. No trates nada. No sé cuanto tardaré -dijo

-Está bien.

-No hagas travesuras -dijo como si yo fuera una niña pequeña.

Cerró la puerta con llave y se fue. Yo estaba sola, sola en una casa que era 5 veces más grande que la mía.

Recorrí cada pasillo. Entré a cada habitación. Me perdí varias veces pero no me importó, tenía tiempo.

Pasó 1 hora y media y yo estaba buscando el camino a la habitación con mis cosas, sin tener que tomar el pasillo principal y encontré el cuarto al que se supone que no debía entrar.

Como estaba sola, tomé la perilla de la puerta y la traté de girar pero se quedaba atascada. Estaba cerrada con llave, pero eso no iba a detenerme.

Regresé al pasillo recordando el camino que tenía que tomar para volver a la puerta.

Entré al cuarto donde dormíamos, tenía un escritorio, seguramente escondía la llave en alguno de los cajones.

Busqué y busqué hasta que encontré una llave plateada, la tomé y volví a la puerta.

La inserté y encajó a la perfección. La giré y se escuchó un pequeño clic del otro lado. Esta era la llave correcta.

O tal vez no.

Traté de abrir la puerta y no podía, giré de nuevo la llave y no pude. Me comencé a desesperar, giraba y giraba pero no podía abrir la estúpida puerta.

-¿Que haces?

Una voz muy familiar hizo que mi corazón latiera muy rápido, era Harry. 

Me va a asesinar o algo parecido.

-Nada -contesté

-Parece que quieres entrar a ese cuarto.

-Parece. ¿Cierto? Solo trataba de... probar esta llave. Que encontré en... el... suelo.

-Que bueno. Pero esa no es la llave correcta. -metió su mano al bolsillo de su pantalón. -Es esta.

Harry me mostró una llave. La volvió a meter a su pantalón y se acercó a mí. Me cargó en su hombro como costal y me llevó a la habitación.

Me depositó en la cama y no tuvo nada de cuidado. 

-¿Que te dije sobre entrar a ese cuarto? -preguntó

-No sé y sinceramente no me acuerdo. 

Mentí como una vil rata, una gran rata de alcantarilla. Demonios, yo no era así.

-Mañana ni creas que saldrás, no te llevaré a tu otra casa por cosas, no te compraré galletas de la tienda. Nada. ¿Entendiste?

-¿Por qué te gusta tratarme así? 

-Porque tú me indicas que así es la única manera para lidiar contigo y acabar ganando. 

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