1. ¿Sabes Quien Es?

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Todo empezó hace unas semanas en el club. Gold y yo nos estábamos maquillando para trabajar. Gold es bailarina, gana mucho, mucho, mucho dinero de viejos pervertidos, es bastante gracioso si te pones a pensarlo. Además, ella es bastante hermosa. 

Mi atuendo es cero agradable, un vestido pegado, muy corto. Unos tacones, un collar. Terminamos de peinarnos y maquillarnos y salimos. De verdad, me siento como payaso, pero hasta eso, me veo bastante bien. 

El club estaba lleno. Me dirigí a la barra. Tome una charola con tragos y los fui dejando en algunas mesas. Muchos rostros eran conocidos, la mayoría de las chicas ya se habían acostado con esos clientes frecuentes.

Caminé al otro lado del club y vi un chico nuevo. Alto, cabello rizado y castaño, ojos verdes, piernas largas y bellas pero en general, encantador, demasiado encantador.

Las semanas pasaron y él iba, misma mesa, mismos tragos, misma sonrisa.

Pero un día fue diferente, fui con Heather, la dueña del club, Gold me había dicho que quería decirme algo.

-¿Sucede algo, Heather? -pregunté

-¿Que tal ese chico? -dijo señalándolo

-No lo creo -respondí, ya sabía a lo que se refería

-¿Sabes quién es?

Negué con la cabeza. Heather tomó mis hombros y me volteó hacia él.

-Harry. Styles.

-¿Ese que?

-Oh, linda. Yo iría.

-Heather, yo no me acuesto con nadie.

-Tú decides, pero podrías sacar mucho de ese chico. 

-No lo sé. 

Me dirigí hacia él. Estaba muy nerviosa, ni siquiera sabía si me iba a atrever. Cuando pedí el trabajo dejé muy claro que yo no era ninguna especie de prostituta. Suena fuerte, pero es la verdad.

-¿Desea algo?

Me miró, me estaba escaneando con la mirada, pensando lo que todos los hombres piensan.

-Me encantaría saber tu nombre

-...Robin

No le diría mi nombre, además, trabajo en un club, debo tener un nombre "clave" como las otras chicas, excepto Gold, ella es Sabrina Golden-Kinney y siempre le hemos llamado por su apellido. 

-Bueno, Robin, eres una de las chicas más bellas que he visto. Ya sabes, me encantaría...conocerte un poco más  ¿Podemos ir a un lugar más privado?

Me di la vuelta y regrese a la barra. Las horas pasaron y ese chico no dejaba de verme. Dieron las 12, yo debía trabajar hasta las 3. El club solo abre el viernes y el sábado, pero aun solo abriendo 2 días, Heather gana el dinero suficiente para pagarnos, tener un Lamborghini y vivir en una casa que vale más que la de mis padres, la mía y la de las demás chicas, juntas.

Pasaron unos minutos y vi a algunas chicas llevarse a hombres a unas mesas con cortinas y a unos cuartos. Gold y otras chicas se quedaron bailando. Pero las demás no salieron de ahí hasta las 2am con el sujetador lleno de billetes.

Cuando el club cerró, las chicas y yo fuimos a desmaquillarnos y todo eso. Veía que ellas sacaban billetes de todos lados y los contaban. Tenían mucho dinero. Yo conté lo que me habían dado, $100. Nos cambiamos, todas nos vemos muy diferentes, jeans,  vestidos con flores.

Llegué a casa y me senté en el sillón, estaba agotada. Caminar de aquí para allá es cansado, sobre todo cuando lo haces con una charola llena de bebidas que no debes derramar.

Recuerdo cuando comencé a trabajar ahi, un hombre se quería pasar conmigo y le tiré su bebida encima. Buenos tiempos.

Sonó el teléfono. Contesté. Era muy raro que alguien llamara a esta hora

-Hola -dijo la voz del otro lado de la línea

-Lucas. ¿No es muy temprano?

-Si, lo siento, solo quería preguntarte si mañana te acompaño. 

-Como tu quieras

-Paso por ti las 9

-Sí, sí, nos vemos

-Descansa.

-Igual

Colgué. Y dormí.

***

El día paso muy normal. Fui de compras, a comer, etc., etc.

Dieron las 9 y Lucas llegó por mí. Subí a su coche y se dirigió al club, se estacionó en el lado de los empleados y bajamos, él no podía pasar al vestidor así que se quedó en una mesa.

-¿Quién es ese chico? ¿Es tu novio? -preguntó Gold

-No, solo es un amigo

-Es lindo

-Ñe -mostré indiferencia

Esta vez me puse algo menos provocativo. Un top de tirantes negro abajo de una playera negra casi transparente. Unos pantalones negros, unos tacones y me hice el cabello en una coleta alta y lacia.

Salí, el Club estaba lleno y apenas eran las 10:10, tome una charola y me acerqué a Lucas.

-¿Quieres pedir algo? -pregunté

-No, gracias, estoy bien.

-Bueno, si necesitas algo me dices.

Me dirigí a la barra, me dieron unas bebidas y las repartí por todo el lugar.

Cuando fui a entregarle su bebida a ese chico de cabello rizado, algo muy extraño pasó.

-Gracias, Robin -dijo él, sonriendo y mostrando sus hoyuelos

Me di la vuelta, pero antes que de pudiera caminar de vuelta a la barra, sentí las manos de alguien en mi cintura, su cabeza se recargó en mi hombro y me susurró al oído.

-Podría dar todo lo que tengo, para ir a alguna habitación contigo.

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