4. Apesta a Muerto, No Literal.

272 12 0
                                    

La semana pasó bastante rápido y llegó el viernes.

Tuve una terrible semana, no hablé con Lucas, salí mal en muchos exámenes, mi vida era muy loca y bastante complicada.

Salí de la escuela dirigiéndome a mi casa y Lucas me siguió. No le di importancia hasta que comenzó a hablarme.

-Marissa, espera, por favor-dijo tomando mi brazo

-¿Que pasa, Lucas? ¿Qué quieres ahora? -pregunte fría

-¿Quieres que te acompañe?

-No

-¿Te acompaño al trabajo?

-No

-¿Por qué no? -dijo algo frustrado

-Si no aprecias mi trabajo, entonces no debes ir. Solo te estoy obligando a tener una...otra pelea conmigo. Y a enojarte y a hacer una escena y yo ya estoy bastante harta de eso. 

-No me importa una mierda. Yo solo quiero que estés bien, que no te pase nada.

-Estaré bien sin ti, gracias. 

-Por favor, Marissa. ¿Y si te pasa algo? ¿Y si alguien se quiere pasar de listo contigo?

-Entonces yo veré que hago, pero repito, no te meteré en mis problemas.

-¿Cuál es tu maldito problema ahora?

-Tú lo eres, Lucas, punto. Si me pasa algo es muy mi lío, no el tuyo. Así que déjame vivir mi vida como yo quiera. No te metas, por enésima vez. 

-Me meto porque me importas.

-¡Ya decídete!

-¿Cuántas veces te he dicho que me importas? Por eso siempre te pido que me dejes acompañarte. Porque me importas.

-Eres tan hipócrita. Ayer estabas harto de que te metía en mi vida y ahora estás admitiendo que tú quieres seguir así. 

-¿Qué? No, aparte eso no es ser hipócrita ¿Al menos sabes lo que "hipócrita" significa?

No contesté. Di media vuelta y seguí caminando hasta llegar a mi casa. Me da muy igual lo que diga ese imbécil.

Si no me acepta o a mis decisiones, que se vaya muy a la mierda.

Fui a trabajar, algo harta de la vida. Hablé un poco con Gold sobre lo que había pasado en el día y supe que lo que le había dicho a Lucas no fue exactamente lo correcto pero pude defenderme y mantenerme de pie, y yo creo que eso es lo que cuenta.

Dieron las 10 y ambas salimos de los vestidores.

Observé el lugar, había menos personas que normalmente, pero eran hombres adinerados, clientes frecuentes, me daban propinas, les pagaban a las chicas, a Gold y a Heather y bastante bien, cero tacaños.

Vi a Harry, me dirigí hacia él con la intención de pasar un buen rato mientras trabajo. Tal vez coquetearle un poco alegraría mi noche o simplemente me ayudaría a despejar mi mente un rato.

Necesitaba sacar a Lucas de mi cabeza, sus palabras a veces hieren, pero puede que digan la verdad, cuando creo hacer algo bien, llega él y lo arruina y eso es lo que me molesta.

Aunque acepto que fui muy agresiva con las palabras, él se lo merecía.

-Hola -dije posando mis manos sobre la mesa

-Robin. ¿Que tal? -dijo mirándome

-¿Vas a pedir algo, cariño?

-No, solo venía a verte ¿Vas a dejarme solo de nuevo?

-Esta vez no, iré por algunas bebidas y vuelvo. ¿Sí?

Fui de un lado al otro repartiendo bebidas y tomando órdenes. Caminaba rápido, servía perfecto. Simplemente necesitaba estar ocupada para que el tema de Lucas no me afectara ni estuviera en mi casa ahí jodiéndome. 

Veía a Gold, siempre me hacía señas, le encantaba que estuviera con Harry.

Creo que ella cree que es lindo, pero lo que ella no sabe es que es como una serpiente que tiene el corazón frío., esto me recuerda a Paula Abdul, ella era guapa. 

Pero Harry es el tipo de chico que nunca pierde, en nada.

Dieron las 2 y Heather decidió que podía acabar el trabajo ahora, claro, si yo quería. Trabajo muy duro y creo que ya se dio cuenta de eso.

Entré a los vestidores, conté cuánto dinero había ganado hasta ahora. $150. Más que la otra vez y solo me faltaban 2 horas para acabar.

Me cambié y me senté con Harry, tomamos un poco, hablamos bastante bien y me invitó afuera ya que con el sonido y todo eso no era muy agradable charlar.

Hacía un poco de frío asi que entramos juntos a su auto, no era el mismo de hace unos días, este tenía un olor terrible, no olía normal y no olía como el coche del día lluvioso. En realidad apesta a muerto, no literal. Solo que apestaba muy mal.

A Harry no pareció molestarle el olor aunque creo que si lo notó pero yo decidí seguirle el juego, ya estaba un poco mareada, cansada, tomada y seguí ahí hasta quedar completamente dormida.

Pasaron unos minutos y desperté moviendo la cabeza.

-¿Qué ocurre? -preguntó Harry 

-Nada, solo tengo sueño

-Si quieres te llevo a casa

-No, no importa, puedo ir sola

-No, de verdad. Te llevo, no pasa nada.

-Está bien, gracias

-Si quieres pásate para atrás y duerme, cuando lleguemos te despertaré.

Obedecí, salí, me pasé al asiento de atrás y aunque me dio mucha pena, me acomodé como una pequeña niña y dormí. 

HostageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora