Loveless

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La tristeza crecía en su pecho conforme se internaba en aquel bosque que tanto conocía, aquel sueño era recurrente desde su despertar, cada vez que cerraba sus ojos era transportado a aquel lugar, lleno de luz, pintado de primavera, lleno de la calidez de Kardia.

– Degel – escuchó que la tenue voz de compañero endulzaba sus oídos, aún vivía, se miraron por primera vez en mucho tiempo– No quería que me vieras así – Logró articular el caballero.–Mostrándose frente a él por primera vez con un aspecto demacrado.

– ¿Quién te hizo esto?, ¿cómo pudo alguien herirte así? – Se apresuró a decir mientras trataba de acortara la distancia entre ambos, una sonrisa irónica apareció en los labios de Kardia ante aquellas preguntas.

– Fui yo – Respondió en voz baja

– No lo entiendo, ¿por qué? – Tenía razón, se arrepentiría si no le permitía saberlo, aquello lo salvaría, él lo sabía .

– Porque te amo– Degel palideció, aquella revelación le hizo comprender todo a la vez que lo aturdió.

– No sabía–Susurró

– No quería que lo supieras, lo tenías a él.

–No me abandones.–Suplicó cruzando aquel prado de lirios que ahora adornaba aquel solitario paraje donde Milo siempre aguardaba por ellos.

–No puedo, por favor perdóname. – Con pesadez deslizó su mano en aquella pared invisible que ahora les separaba.

El corazón del caballero de acuario era un mar confuso, tal vez fue temor lo que lo impulsó, tal vez el afecto forjado en tantos años de amistad, gratitud por la deuda que sabía le debía vez algo más, algo que había comenzado en el momento en que miró aquellos ojos más azules que el mismo cielo. Lo besó, en una caricia más profunda de lo que jamás le había prodigado a nadie, en un ruego sin palabras, lo soltó y de pronto se halló suplicándole que volviera al templo con él.

– Te amo mi luna, por favor no te rindas ahora no– Sonrió una última vez y se extinguió frente a sus ojos.

Un grito desagarró el aire en el bosque a las afueras de Rodorio, se podía vislumbrar a un mortal desesperado que aunque respiraba y sollozaba, meciendo su cuerpo que ya estaba muerto en vida.

–Está teniendo una pesadilla–Dijo abrazando con fuerza el frio cuerpo de su padre. –Shh tranquilo–Con cuidado posó su mano en la sudorosa frente mientras susurraba en su idioma madre– De la gracia que se me ha sido entregada llega a él y sálvalo de aquel sueño, por favor haz llegar a él mi voz para que guie su camino hacia la luz–. Susurró depositando un suave beso en la coronilla de Degel todo bajo la atenta mirada de Killian que abrió sus ojos al máximo al ver la tenue luz tan diferente a su cosmos rodear a su amigo que ahora abrazaba con fuerza al aún durmiente caballero.–Shh tranquilo, duerme ahora, y sueña con los que ya no están con nosotros, viaja a aquel lugar donde los sueños se hacen realidad, déjame guiarte al Eden.-

The Snow Queen "Crystal Knight"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora