¿Que es lo que te muestra el espejo?¿Que es lo que deseas ver? Quizás una historia jamas contada guardada recelosamente en sus ahora perdidos fragmentos, pero ahora cada fragmento de aquel espejo cuenta una historia nueva una que nos lleva a un fi...
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Las flores del jardín del universo abrían sus pétalos en la noche más larga en la fría Siberia . La ciudad bajo las faldas del castillo de cristal celebraba el día en que se desplegaban y dejaban ver su inmaculado color blanco; en parte, porque las flores de la muerte eran el primer y ultimo lugar donde reposaba el alma.
Aquel día, el día del ritual de los renacidos, Antares sudaba dentro de la Yurta mientras esperaba a que el resto de las almas fueran guiadas al camino de flores hacia el Edén, el sentiría aquella energía al abrirse las puertas de aquel lugar donde solo los muertos podían entrar y el cual los vivos solo soñaban con llegar,. Los ojos le empezaron a picar por culpa del espeso humo, allí dentro, las piedras de quemar inmóviles parecían bultos negros antes de que la fricción las encendiera y lanzaran chispas de distintos colores, dependiendo de la sustancia con la que las hubieran espolvoreado, las piedras de quemar se rozaron y adquirieron un brillo de color rojo sangre, ellas estaban allí no para calentar ni para iluminar nada, sino que se suponía que eran un recordatorio del sacrificio que se debía de pagar al realizar la unión de dos mundos incompatibles; como si no bastara con el zumbido que le recorría el cuerpo a Antares por los lamentos de las almas que eran desechadas de aquel anhelado lugar, la fuerte corriente de energía que empezaba a fluir a través de la tierra dieron el aviso tan esperado, las luces brillaban en lo alto del cielo anunciando la esperada hora. Si los habitantes de la tierra creían que el Edén no era más que cuentos de ancianos de la remota Siberia, era porque nunca lo habían pisado.
La mano derecha de la reina , Alcor, asomó su peluda cabeza en la pequeña abertura de la estructura.
—¿Ya estás listo, Antares?
—Si —repuso.
—¿Has visto algo interesante hoy? —le preguntó viendo la mitad de la piedra del collar del caballero de acuario dentro de los llamas de la hoguera.
—Degel recibió algo que no merecía, un premio demasiado grande, ni siquiera la felicidad le pertenece, la justicia en esta vida castiga a la gente como él y premia a los otros, él no creía en la justicia de la vida pensó que podía domarla a su favor, se equivocó, yo me aseguraré que la vida le quite todo eso que mas anhela, no pararé hasta que pierda todo, la vida es así te cobra todo, volverá a donde inicio, tiene y tendrá lo que se merece.
—¿Aún duele tanto?—preguntó Alcor.
—Si, su sufrimiento no es ni la quinta parte de lo que yo sufrí, comprendí que este mundo es cruel, uno regido por los dioses, la muerte, la guerra, conspiraciones, sangre y desolación, muchos años han pasado y aún puedo sentir aquel dolor recorrer mi cuerpo, pero lo que no te mata te da fortaleza—dijo girando sus manos para contemplar el par de cuervos tatuados en su muñecas.
— Aunque fuiste puesto en el abismo de la desesperación, un lugar semejante al infierno... ¿Qué elegiste, Antares? —preguntó. —¿Morir o Vivir?"