Cuando fuimos nada

Eres tú

No se si es tú voz o la forma en que me miras lo que me hace regresar de manera inevitable siempre a ti. Quizás sea el sonido de tú risa y como me haces sentir cuando me tomas de la mano.
Cuando te vi por vez primera jamás imaginé que fueses tú quien de pronto llegaría a mi vida para cambiarlo todo. Para mostrarme una parte nueva del amor que yo no conocía. Sólo eras un chico más al cual veía por casualidad de vez en cuando divagando por ahí.
Cuando te conocí en verdad resultaste ser más de lo que esperaba.
Tú curaste mis aburrimientos de Abril y la melancolía del pasado. Transformaste mi forma de ver el mundo, me enseñaste cosas que no sabía y comencé a tomar gusto por cosas que no sabía que podían gustarme; incluso me hiciste romper algunas reglas, porque entonces yo hacia cualquier cosa por ti. Si, siempre estaba dispuesta con tal de verte aunque fuera unos momentos y estar a tú lado sin importarme los riesgos o consecuencias. Nada importaba cuando estaba a tú lado. Todo desaparecía y tan sólo eramos tú y yo.
Siempre me encantó tú forma de pensar y de sentir.
Debajo de toda esa hostilidad eras un chico bueno, noble y gentil.
Amaba con locura la forma en que te ponías nervioso y el brillo de tus ojos al mirarme.
Me gustaba tanto que te preocuparas por mi; por los pequeños detalles, que fueras atento y protector conmigo, que me cuidadaras y me hicieras sentir tan llena y tan segura al estrecharme entre tus brazos.
Me enloquecia la forma en que pasabas tus manos por tú sedoso cabello y que me tomaras por la cintura.
Amaba y amo con locura. Sincera y profundamente cada parte de ti. Y todo va mas allá del exterior. Aprendí a amarte desde lo profundo de tú ser.
Eres tú quien reevoluciona mis neuronas y acelera mis hermonas.
Eres tú quien me hace sentir y me hace soñar.
Me haces sentir que ya no existe gravedad...