Ahora Mando Yo (Adrien y tu)-TERMINADA-

Hey.

_____ pov's:

—Oye.—Dice Adrien rompiendo el silencio incomodó.

—¿Qué quieres?

—Para la próxima respondeme mejor.

—Pues no seas tan arrogante.

"Arrogante es, pero creo que no viene al caso, ¿verdad?

—Acaso, ¿estás nerviosa?

—No digas gilipolleces.—Y es mundial como se nota mi nerviosismo, empiezo a decir tonterías cuando estoy así.

—Vamos no me mientas.

"Que pesado."

—Piérdete.—Sin mirarlo y sigo con mi camino hacia un parque porque simplemente Jeff no para de morderme.
Yo acelero mi paso y Adrien también el suyo.

—Enana, ¿qué te pasa?

——¿Qué que me pasa?—Paro de un solo—¿Qué que mierdas me pasa? Sabes te conportas de una forma con mis compañeros, de otra forma cuando estoy con mis hermanas después todavía el doble de distinto cuando estoy sola contigo, solamente llevas aquí 2 malditos días, he hecho el esfuerzo de entenderte porque JAMÁS había tenido un niñero como en esas película o en las historias clichés de Wattpad y tampoco pienso vivirlas, simplemente quiero entenderte pero no—alargo esa última o—al señorito no le da la gana de dejar de ser un bipolar de mierda. Y ya no se que pensar solo te diré una última cosa para que te vuelvas a tu vida de niño rico, si piensas volver mi mundo o mi casa al revés con chicas o fiestas es mejor que te vayas porque no lo permitiré.—Lo miré desafiante y él empezó a reír con descaro.

Adrien pov's:
"¿Acaso cree que me intimidó?"
Soy yo el que esta aquí, por lo tanto yo soy el que manda.

Me reí como si no existiera un mañana fue muy gracioso lo que dijo, ¿verdad?

—¿Qué es lo que tanto te causa gracia?

—Lo que dices.—Mis palabras no paran de salir entre cortadas por las risas.

—Pierdete gilipollas.—Dijo molesta y se fue.

Yo simplemente la vi como se marchaba y caminaba sin rumbo.
Ahora tenia más razones para hacerle la vida imposible.

Además no soy como los chicos de las historias clichés. Lo hago solo por fastidiar, nunca tuve hermanos o hermanas menores así que esta sería una oportunidad para hacer lo que quiero, ser el líder y sentirme como un hermano mayor.

Las horas pasaban y empezó a oscurecer, en un momento me vino una oleada de recuerdos con melancolía.
Estaba solo en las calles así que no me preocupo llorar mientras caminaba.

Desde la muerte de mamá, apenas era un niño que no sabía defenderme solo, aquello me afecto lo suficiente para convertirme en suicida, fue por eso que tengo las marcas en mi muñeca. Con más tiempo me convertí en el chico que soy ahora. El modelo, popular, marioneta de su padre, chico mimado y mujeriego.
Sé que si mamá no se hubiese nunca ido en ese coche que luego chocó, yo nunca me hubiese convertido en el chico que soy. Hubiese sido quizá como ella, hubiese aprendido a apreciar lo que tenía, ayudar a los demás, ser algo bueno en esta vida.

Llego a casa, tengo los ojos rojos de tanto llorar y aun me salen pequeñas lágrimas.

—¿Qué te pasa?—Pregunta Melina, la hermana más pequeña.

—Nada.—Sonrío como si nada y eso me recuerda a mi anterior yo, aunque pienso que no he logrado cambiar.

—Ir a dormir que es tarde.—Interrumpe ______.

—¿Puedo ver la tele 5 minutos?

—Melina es tarde tira a dormir ¡ya!—Recalca esa última palabra y al irse Melina la sigue Irene.

Solo queda ______ que estaba por marcharse.

—Buenas noches-digo y ella se para a la mitad de las escaleras, parece sorprendida y me mira.

—Emm sí, buenas noches.—Se va y yo me tiro al sofá, que es en este momento es mi "cama", me duermo al lado del cachorro.

Tengo insomnio, es imposible de encontrar la forma de conciliar el sueño.  Las luces están apagadas y todo en silencio, abro la puerta del salón dispuesto a subir a ver que hacen las "niñas".

La habitación de _____ e Irene es la 1° que me pilla de paso a si que entro con sigilo, escucho leves sollozos que enseguida parecen disminuir con mi entrada, me adentro cada vez más al dormitorio, observo todo con el mínimo detalle.

Y la mayor de las hermanas es la única que está de espaldas y tapada de pies a cabeza con una fina manta.

—¿Oye estas bien?—Susurro, y ella parece aguantar la respiración—Sé que estas despierta.

—Déjame, no me pasa nada, vete a hacer tus cosas.—Dice con la voz algo entre cortada.

—Encima que quiero ayudarte , ¿así me lo agradeces?—Nuestra conversación consiste en tonos en modo susurro y parace como si estuviéramos hablando de un secreto.

—No te estoy pidiendo nada 'baka', déjame en paz y vete.

—Oye estoy delgado para ser una vaca.

—Es una palabra en japonés.—Ríe un poco.

—¿Me vas a dar la espalda aún?—Ella deja de reír y suspira con pesadez.

—Vete, es tarde, tengo sueño y estoy cansada.

—Me estoy portando bien por una vez en la vida—La chica se gira y con el pequeño resplandor que desprende la lámpara de noche puedo notar su nariz roja que está reteniendo sus mocos.

—¿Happy?

—Mucho.—Sonrió de una forma algo exagerada.

—Ahora vete.—Hace una mueca.

—¿Por qué llorabas?—_________ se incorpora de la cama.

—Que me dejes ya, te lo suplico, además no tengo nada que hablar eres un desconocido para mi y por más de que vayas a mi instituto no cambia nada.—Vuelve a acostarse y sigo interrogandola hasta que ella se tapa los oídos, deja de moverse, su respiración es normal y entonces sé que se quedó dormida.

Me tocó marcharme resignado, no sin antes verificar que Melina estuviera dormida y pasar por la cocina tomándome un vaso de leche caliente que me había servido para dormirme profundamente. Después de todo mañana sería otro día.