Ahora Mando Yo (Adrien y tu)-TERMINADA-

Extraño

______ pov's:
Alza su mirada y mi mirada choca con la suya.
No parece el mismo chico de antes, sus ojos esmeraldas reflejan comprensión,  podría decir que se ha suavizado su mirada. Podría ser, realmente no tengo ni idea, pero no es la misma mirada fría, de burla o simplemente podía ser que le molestaba mi presencia.

No sé cuanto tiempo nos quedamos mirando y por alguna razón me quede sin aire, nunca me había fijado que sus ojos verdes quedan a la perfección con su pelo rubio casi parecido al oro.

—¿Ya estas lista?

—Sí.—Me sujeta de la muñeca con fuerza, pero no llega a lastimarme, no ha cambiado su rostro de seriedad la cual en muy pocas ocasiones veo.
Salimos con velocidad y cerramos la puerta, como si tuvieramos prisa.
Llevo la tarjeta de crédito que mi padre me ha dejado, por suerte recuerdo el pin.
Adrien me lleva hasta una moto que antes no había visto, al parecer notó mi asombro.

—Señorita ______, permitame llevarme en mi humilde transporte.

"Humilde una mierda."

Es un moto muy lujosa, negra muy bien cuidada, tiene unos detalles que parecen hechos como si fuera una obra de un tono plateado, es algo muy típico de un Agreste que se de este tipo de lujos.

Él hace una reverencia después de hablar,  mientras sonríe, lo que provoca que me ría.
Se me acerca y me susurra en el oído.

—No dejes que nadie te haga llorar y muchos menos delante de esa persona, estás mucho mejor cuando eres feliz.—Eso provoca que me sonrojara y me quede como piedra, se separa y me mira otra vez.

Su ojos verdes brillan, parece que está viendo algo bonito, pero nada se encuentra a mi lado que sea hermoso así que no entiendo que mira tanto con unos.
Sus hermosos ojos reflejan sinceridad, algo que hasta ayer no había visto pero él me mostró, me hace sentirme feliz y no lo entiendo.
No nos entretenemos más y nos montamos a la moto.

—¿Yo no tengo casco?—Pregunto al ver que el se pone el suyo.

—Sinceramente nunca he llevado a alguien en mi moto así que no tengo, tu solo aferrate fuerte a mí y nada te pasará será muy divertido.—Y él me sonrió, pensaba que mo sabía, la única vez que le vi sonreír fue para coquetar con unas chicas que se encontró en la calle.

Realmente pensaba que podría ser sincera esa sonrisa pero estamos hablando de Adrien Agreste, mi niñero, mujeriego, amante del sexo, de nadie más, es solo él.

Se ha montado en la moto y yo sigo como idiota parada, seré sincera nunca me he montado en una moto.

—Emm—No sé porque digo eso como afirmando a lo que me había dicho anteriormente.

—Vamos, ¿a qué esperas para montarte? No me hagas sacar de mis casillas por favor, tampoco me hagas arrepentirme.—Yo voy hacia él, me monto detrás de el y me resbalo a causa del material del asiento de la moto—¿Acaso no sabes agarrarme de la cintura?—Adrien me mira y toma mis manos, las cuales tengo en mis piernas y las coloca en su cintura.

—Yo...—titubeo.

—No hables así, pareces tonta.—Me imita.

—Pero si tu también.—No termino de hablar porque enciende la moto y nos vamos a toda velocidad, por lo que yo me aferro más fuerte a él,  no quiero probar la carretera ni tampoco verla.

Adrien pov's:

No diré lo que pienso al respecto del incidente con _____ y su hermana si es que así se la puede llamar.

¿Qué clase de hermana la pega y la humilla? Eso es crueldad.

Hay algo en mí que sin razón alguna de rompió al verla llorando. Ella no es mala después de todo solo le cuesta expresar lo que siente.

Realmente sin motivo alguno preferí llevármela lejos de este aire tan denso, un lugar que quizá podría distraerla.
La mande a cambiar de ropa mientra estaba en el sofá, no me di de cuenta cuando había llegado hasta que nos miramos.

"Creo que debería usar ropa más ajustada como la que lleva marca su figura y se le ve bien."

¡No!¡Esos pensamientos tan raros otra vez! Yo solo soy amable por lástima o eso creo.
Pero no entiendo por qué la sonrio y soy amable, no puedo evitarlo, tampoco pude evitar decirle lo que le dije en el oído, aunque me encantó verla tan nerviosa.

Después del rato que estaba en mis pensamientos decidí decirle que se subiera a la moto antes de que perdiera la paciencia.

Cuando se montó detrás mio, resbaló chocando sus pechos contra mi espalda, cosa que me puso tenso y al ver que no sujetaba mi cintura yo mismo debía tomar la iniciativa.
La verdad no la terminé de escuchar por lo nervioso que estaba, además encendí la moto para no sentirme aún peor, realmente me estaba matando sentirla tan cerca mío, creo que esto está acabando mal para mis hormonas alteradísimas.