¡Oye, bonita! - noctis

‹Final›

—N-no llo-lores—No era lo mejor que podía decir.

Me miró y se limpió las lágrimas, parecía niño pequeño.

Todo esto me dolía, me partía el alma y sólo por eso me iba a tentar el corazón, lo iba a escuchar.

—Ven—Lo jale. Lo llevé hasta el estacionamiento de la escuela, estaba vacío.

—Perdón—Sollozó.

Noctis me había prometido mucho, me había jurado amor, había hecho mucho por mí y eso nunca iba a dejar de agradecerle, ahora pensaba que "nuestro amor" sólo vivía en mi imaginación, creando historias de lo que podría pasar entre nosotros, de como serían las cosas, lamentablemente sólo era mi imaginación.

—¿Para qué curaste todo en mi si después me ibas a destrozar así, ya viste que me tienes peor a como estaba? y no habló físicamente Noctis, me tienes anhelandote, amándote como idiota.

—No eres una idiota—Sollozó—Yo lo soy, por no haber estado contigo, por no pedirte perdón cuando debí, por no buscarte.

Las lágrimas en su rostro, estaba totalmente mojado. Me dolía verlo así, pero no podía dejar de pensar en que él tenía toda la culpa.

—¿Por qué haces las cosas tan difíciles​ Noctis?—Ahora yo no podía parar de llorar.

—Porque soy un estúpido.

—Por favor contestame si... Si en verdad ¿tú me quisiste alguna vez?, ¿sentías algo por mi?—!o me atreví a mirarlo a los ojos.

Si lo miraba... Volvería a caer.

—Aun lo hago, te lo puedo jurar, pero soy un tonto y no te valore, no te quise como debía... Perdóname, por favor—Su voz se rompió. Un vuelco dió justo en mi pecho.

—¿¡Entonces por qué!?—Le grité—¿Por qué estaba gorda para acostarme contigo, por qué no era una rubia, por qué no tenía un abdomen de modelo, por qué no soy la más inteligente en el mundo, por qué...?—Me caí de rodillas.

Dije lo que había estado ocultando, lo que nunca dije.

—No...—Se agachó y me levanto—Ni siquiera tengo una excusa.

—Te perdono—Lo miré—Lo hago porque algo dentro de mi quiere confiar en tí, porque aún que no seamos nada, quiero seguir contigo, con tu apoyo...

Noctis me abrazó. Nadie, nunca en mi vida me había abrazado tan fuerte, cuando sus brazos tocaron mi cintura, me sentí como antes... Feliz, la desesperación y coraje, se habían esfumado, como si con su amor, hubiera atraído todos mis miedos y frustraciones.

(...)

—¿Entonces aceptas ser mi novia?—Dijo Noctis nervioso. Le sudaban las manos.

—No, no puedo—cerró los ojos fuertemente; rompiendo el corazón de Noctis.

—¿Po-por qu-qué?—Su mirada... Dios.

—Te tengo tanto miedo a que hagas lo mismo, sé que hemos arreglado las cosas... Quiero confiar en tí, pero necesito que me des seguridad a que no me vas a lastimar, no de nuevo—Tome su mano.

—Te prometo, por mi madre, que nunca más te haré llorar, que estaremos juntos, que nadie nos va a separar...

—Te amo...—Lo dije, por fin.

—Te amo, bonita—Me sonrió.

Por fin podía amar a alguien... Porque ya me amó a mi misma.