dos.

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—Que directo—Dijo Prompto al sentarse.

—¿Qué hacen aquí?, es más, Prompto, te dije que ya no me hablaras—Sonrió retando al rubio.

—Yo sólo lo acompaño, hasta a el baño—Dijo Noctis levantando los hombros—Y, a propósito, ¿por qué no dices nada sobre que te acabo de llamar bonita?–La miró.

Que arrogantes eran estos dos.

—Me gusta hacerte compañía–Respondió Prompto rápidamente.

—Porque no me interesa que me llames “bonita”—Miró a Noctis.

—Cualquiera ya se hubiera bajado las bragas—Rió Prompto.

–Pues yo no soy "cualquiera", Noctis–Se levantó los lentes con el dedo de en medio, sí, haciéndoles una seña obscena.

—Eso es verdad Noctis—Dijo Prompto—_______ es una mal humorada pero es muy amable, bueno, cuando hay dinero de por medio—Rió.

—Me haces quedar mal, Prompto—Dijo _______ con ironía para después mirar a Noctis, quien quitaba las verduras de su comida—Damelas—Se las pidió.

—¿Qué te dé?—Sonrió travieso.

—Tus verduras, Noctis—Rió.

—Ah—Respondió cortante pasándole el plató.

—Ten, se te cayó—Fngió recoger algo del suelo.

—¿Qué se me cayó?—Por un momento se alarmó.

—Tu dignidad—Sonrió.

—¡Ohhh, esa fue buena!—Prompto soltó una carcajada.

—¡No festejes!—Noctis fingió enojo.

(...)

Por fin había llegado a su casa, estaba completamente agotada. Sin descartar que cuando Noctis y Prompto la veían, iban a molestarla, las chicas veían a _______ algo molestas, que fastidio. Sin embargo, _______ no pudo evitar mirar a las chicas de vuelta y de nuevo darse cuenta de que ellas eran más delgadas, podían usar la ropa que quisieran sin sentirse avergonzadas, en cambio ella no lo hacía. Nunca.

—¡_______, baja por favor!—Gritó su madre desde la planta baja.

—¡Voy!—Bajo las escaleras y se encontró con su madre quien ponía la mesa para comer—¿Qué pasa mamá?

—Hum, vamos a comer—Dijo dudosa.

Cuando se sentaron a comer ninguna habló. Bueno, no hasta que ______ decidió hacerlo.

—Mamá, hoy hice dos nuevos amigos—Lisa parpadeo un par de veces, hace tanto tiempo que no escuchaba a su hija hablarle así. Lo entendía, su hija recién había cumplido diecisiete años y no era tan fácil.

—¡Muy bien!—Respondió Lisa alegremente.

¡Oye, bonita! - noctisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora