Cuentos Cortos

La luz blanca me llama

Miré a la luz, esa tan cegadora luz que me daba paz. La sentía tan cerca pero tan distante, me confunde y me intriga. No puedo evitar darle una mirada, con lo extraña que es. Temo acercarme, pero debo hacerlo, no hay otro camino. Puede ser este mi fin y yo aquí solo, tratando de encontrar una manera de zafarme del destino.

Después de todo, la vida y el destino son como un cuento escrito por un ser superior que quiere vernos caer en el más profundo infierno en vida para revivirnos cuál fénix, como aves que renacemos para volvernos mejores y trabajar unidos por qué cada humano tenga una buena calidad de vida.

A este curioso escritor no le gustan mucho los finales felices, cada vez vemos más muertes y la esperanza de la paz se desvanece con el tiempo. Tan cruel e insensible, pero tan bueno y generoso. ¿Que pretende?

Parece que el autor de esta confusa obra me quiere ver morir, no me quejo, me rodeó de sonrisas y seres queridos, al precio de un final inesperado, y vaya que lo tuvo. No me hubiera esperado ese auto a 180km/h ni ese impacto tan fuerte y estruendoso.

¿De verdad esto es todo? ¿Moriré en este momento, sin haber hecho muchas cosas que tenía en mente, dejando de lado a la hermosa familia que tengo y sin volver a decir una palabra jamás?

Tengo ganas de preguntarle al ser superior que decidió mi hora final: ¿por qué ahora cuando todo me va tan bien? Pero es probable que ni siquiera tenga motivos claros y solo quiere ponerle un poco de drama a su novela.

No creo en la reencarnación, no sé que pasará después de esta potente luz ni sé con exactitud lo que pasó hoy, pero puedo imaginar cómo será mi futuro.

Estoy a tiempo de pensar que quizá hay un Dios que vendrá a juzgarme, tengo tiempo para rezar un Padre Nuestro o un Ave María antes de ir a donde merezco. Puedo arrepentirme en este instante, pero como aprendí hace mucho, no tiene sentido el remordimiento si no puedes arreglar lo que hiciste mal o pedir perdón por tus acciones. Y en este momento de mi vida no me serviría de nada.

Joder... este camino es muy largo, aún hay un débil hilo que no me permite ir tan rápido, una fuerza invisible que quiere que me quede.

Esa fuerza me da más fuerte esta vez, retrocedo un poco pero parece golpearme fuertemente para que no vaya a la luz. Siento una chispa esparcida por todo mi cuerpo y la sensación de estar vivo de nuevo.

Aún veo la luz, pero esta se aleja rápidamente. Otro chispazo seguido de una cuenta regresiva. ¿Qué está pasando? Me pregunto mientras mi vista se hace más borrosa de lo que ya estaba. Puedo sentir otra luz más cercana y la electricidad despertando mis sentidos, permitiéndome oír la celebración de un médico y el ruido repetitivo de la máquina a mi derecha, indicando que mis latidos volvieron.