Latidos

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Camino pesado, el ambiente tenebroso que forman las farolas de esta calle me incomoda. Alumbran poco y hay pocas. Puedo ver claramente el edificio de la acera del frente, pero las ventanas abiertas de este me tienen intranquilo. Paro en seco, creo que vi algo en esa ventana. No pienso acercarme, aunque me llamen cobarde, no me gusta tomar riesgos.
Veo fijamente la farola del frente y lo que hay debajo de ella, solo el suelo de cemento gris cutre, como siempre. Escucho un ruido a mis espaldas, volteo, pero en la semi oscuridad solo veo otra farola apagada. Caminaré un poco más, la tensión me está matando.
Ahora mi camino se hace mucho más largo, siento como cuesta dar cada maldito paso y me pongo nervioso al mirar mi destino. Volteo en un intento de explicar mi desespero, nadie me sigue, nadie esta cerca. Camino más rápido, veo mi hogar al final de la calle, solo debo llegar, entrar y estaré a salvo. Miro a delante, miro a los lados, miro atrás mío. La farola que alumbraba la entrada de ese extraño edificio ahora está apagada. Decidí correr como pueda para "salvar" mi vida.
Llegué.
Saqué la llave con torpeza y rapidez, abrí la puerta y la cerré detrás mío al entrar. Respiro agitadamente y escucho los fuertes latidos de mi corazón. Mi ataque de pánico para lentamente, ignoro la televisión prendida en la sala y me concentro en calmarme. Cuando lo logro, camino a la sala para apagar la TV. Paro en seco y empiezo a sudar frío cuando mis latidos se intensifican junto con los pasos que escucho dentro de mi casa.

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