Mi cumpleaños

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Serian las siete y media de la mañana cuando Macarena llego al kiosko para dejar la prensa del día, ella era mi repartidora desde hacia años, lo fue antes de mi marido, pero a la muerte de el, no solo fue mi repartidora, me enseño, me ayudo y fue una amiga paciente, hoy me explicaba que la furgoneta se había estropeado y que andaba algo pillada de tiempo, así que me sonrió y salió corriendo.
Comencé entonces como todos los dias a contar los diferentes periódicos y a marcar los albaranes, luego las revistas,colecciones, repuse los artículos y deje las cosas preparadas para que mi chica las informatizara cuando viniera , yo eso lo hacia antes a la vieja usanza pero ahora todo pasaba por la caja tonta, lo que entraba lo que salia..todo, pero de eso se ocupaba Zuri, que habia estudiado informática y se le daba muy bien. Ella era lo que quedaba de mi familia, ella y un sobrino que trabajaba en Alemania, en una empresa de programación, fue el quien inicio a Zuri en el mundo de los ordenadores, según él, era intuitiva, rápida y le gustaba ese trabajo mucho, la verdad es que fue siempre sobresaliente en matemáticas, eso lo heredo de su padre que jamas uso una calculadora en el Kiosco, y conseguía que Zuri bien pequeña sumara sin usar los dedos, decía que los dedos eran para comer...
Tras atender a los primeros clientes y dejar todo bien puesto cerre el kiosco para ir a por mi dosis de café al bar de Sebas justo frente a mi en la plaza ahora peatonalizada, y me senté en mi esquina de la barra con esa sonrrisa tonta del perro que espera su hueso.
Sebas se acercó con mi cafe y con su sonrrisa abierta y franca, se habia convertido en mi mejor amigo, siempre lo fue desde que abrió el bar hace ya unos veinte años, pero fue sin duda a partir de la muerte de Ana, su mujer, atropellada enfrente del bar antes de la reforma de la plaza, cuando nos hicimos inseparables, yo adoraba oirle hablar, su cultura era impresionante su forma de razonar sus conocimientos en fin todo, yo le tomaba el pelo y le decia que era una enciclopedia andante, alegraba mis dias malos y amenizaba los buenos, ademas cocinaba de vicio, y yo y mi hija nos acostumbramos pronto a su buena cocina.
Ana, fue sin duda una de mis mejores amigas, mientras nos conocimos lloré con ella más de una vez, cuando murió, me quede impactada, pensé en nuestros hijos, en tantos buenos momentos, pero el destino, me puso a su marido delante, convirtiéndolo en mi mejor apoyo, en mi confidente, en el padre de mi hija, y yo me volqué en su hijo Dilan, aportandole todo el amor que ella hubiera querido darle, cuidándole, nos convertimos en una familia sin papeles, éramos y somos los mejores amigos.
El hijo de Sebas, Dilan fue desde pequeño un chico responsable, estudioso y pese a no tener mas que un año mas que Zuri, cuido de ella cuando iban juntos al colegio, luego cuando decidieron universidad, el fue con ella a mirar donde le convenía mas y se adapto para hacer Sociología cerca de donde ella iba a hacer Informática y programación, sabe Dios que yo me hubiera perdido en el papeleo de las becas y las matriculas, Dilan compagino sus estudios con el estudio del Arabe y el Chino y no cejo hasta conseguir que Zuri obtuviera su titulación de lengua Inglesa, Zuri por su parte era la alegria personificada, le hacia ver la relatividad de las cosas, le calmaba cuando se frustraba, era como decía tantas veces Sebas, una cola de perro que no para de moverse, se compenetraban tan bien...hasta cuando marcho Dilan a Marruecos y luego a Egipto, con las becas de inmersión lingüística, consiguió llevársela con el haciendo que Zuri sacara partido a su capacidad para la informática. Eran el cucú y la mariposa, sin duda....y aun lo son.
Tras la muerte de Ana, Sebas habia comprado el apartamento contiguo al mio encima del bar, eran dos apartamentos antiguos con una gran terraza desde donde se veia gran parte de la ciudad, hacia poco que habíamos hecho la obra del ascensor, y yo aun no me había recuperado económicamente, no dormí en días de pensar en el dineral que tenia que pagar, pero una vez mas Sebas me facilito las cosas, puso mi parte y yo se lo devuelvo religiosamente mes a mes, "así te ahorras los intereses " me dijo serio y solemne.
Pero hoy era un dia especial, era mi cumpleaños y junto al cafe Sebas me dejo un paquetito, me tiro de las orejas me dijo la hora de la comida con los chicos, y se fue a atender a los clientes. Nunca lo dijimos pero los regalos estaban prohibidos, por la economia mia sobre todo que no hubiera podido corresponder, era un trato silencioso, asi que mire el paquete y creo que me puse colorada hasta las orejas, me temblaron las manos al abrirlo, y desee que no fuera un libro.
Según abría mi paquete con el rabillo del ojo vi acercarse a un señor que me pregunto que hacia yo con los periódicos viejos, con los sobrantes, a lo cual respondí de forma automática que los devolvía todas las noches, dejándolos en la jaula que había junto al kiosko. Se me debio de ver la mueca de impaciencia porque cortesmente me dio el buenos dias y desaparecio.
Yo segui con mi labor de abrir el paquetito mientras que suplicaba no fuera un libro de esos que veia leer a Sebas, tochos de historia de política etc que el deboraba muchas veces entre la barra y la caja. Por fin tire fuerte del cordel a modo de lazo y rasge el papel impaciente, me quede seca, la foto era preciosa..yo en mi kiosko con mi eterna sonrrisa...le mire y note un ligero cosquilleo, no sabia que pero era otro, baje la vista y mire de nuevo la foto..la cogi y sali del bar, mire hacia atrás golpeé mi muñeca con el dedo y sonrrei, tenia que volver, la gente aunque sabia donde estaba me esperaba y yo queria salir del bar.
La mañana fue como otras tantas los cotilleos sobre las portadas del corazón algún recuerdo hacia la familia de algún político..revisar reponer..enfin lo habitual, hasta la hora de comer no mire hacia el café de Sebas y cuando lo hice le vi limpiando las mesas de la terraza y haciendome un gesto me indico que era la hora, así que cerre las contraventanas de donde colgaban las revistas y salí por la puerta algo nerviosilla, pero al levantar la vista y ver a los chicos todo se borro de mi mente Zuri tenia una gran bolsa en la mano y yo queria saber que habia..era mi dia!...........

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