El hotel que Sebas había reservado era una especie de casa rural a las afueras de la capital, aunque su denominación era Hotel la Ría, supongo que por que estaba en el nacimiento de esta, recordaba mas a una casona de esas que salen en fotos, a pie de montaña, repletas de bosques y prados verdes, la fachada en piedra y madera de tejados muy caídos y esa ventana redonda justo en el ángulo superior, me hicieron recordar esas casas Suizas que yo veía en las revistas del kiosco, al entrar lo primero que veías era una gran estancia con una preciosa chimenea rodeada de sofás, que te invitaban a recostarte y yo me imagine a Sebas con su libro y yo con mi café viendo crepitar la leña, también se encontraba allí el comedor, unas mesitas coquetas colocadas frente a una barra de madera con un cartel que exponía los horarios de las diferentes comidas y a la derecha justo al pie de unas preciosa escaleras, estaba la encargada con una sonrisa amigable que nos preguntó el nombre de la reserva, Sebas se adelantó y nos indicó que le seguiríamos, estaba emocionada, mire a Zuri y a Dilan y seguimos a Sebas, nos alojábamos en la última planta, todo era precioso y cuando Sebas abrió la puerta de la habitación me puse nerviosa, Y la suya? No hubo tiempo, la ventana redonda estaba frente a mi, debajo, una cama enorme, a la derecha una puerta que daba a su habitación que según explicaba estaban comunicadas, el baño, el súper baño, mi baño, estaba a la izquierda y era de revista...daba pena usarlo, y al mirar a los chicos vi un brillo en sus ojos que no había visto antes, Sebas me miro y como leyendo mi mente me dijo, es para usarlo, vale? Soltó mis cosas y se fue a su habitación con los chicos, Ma! Grito Zuri, es como la tuya, jo Sebas! Que detalle! Y como un murmullo les oí hablar sin parar, mientras yo estaba mirándolo todo, cerré la puerta del baño , y me senté en el borde del jacuzzi, estaba alucinada, si, esa es la palabra, desde la salida del metro donde nos recogieron, hasta el hotel , sabia, intuía que algo estaban tramando, luego pensé que era para darme un respiro por lo que habíamos ido Zuri y yo solas, ahora simplemente no sabia llegar a ninguna conclusión y mientras yo estaba dandole vueltas a mis pensamientos oí a Zuri y a Dilan diciéndome hasta mañana, ni un beso de buenas noches..Jesus que prisas!....
Serian las ocho de la tarde cuando Sebas llamó a mi habitación, prepárate anda, cenamos a las nueve y media y podemos tomar algo antes de cenar, sí? Si,si, conteste, aquí en el hotel? Si, aquí mismo, así charlamos un poco, quieres? Mas que contestar me perdí en un millón de gestos y gesticulaciones, bien, dijo, doy por hecho que te parece bien. Te esperare abajo, sí?
Me tome mi tiempo, me metí en ese precioso jacuzzi, y creo que dormite un poco pues de repente vi en mi reloj de pulsera que eran ya la nueve pasadas, casi me mato al salir de la preciosa bañera, quite el tapón, y mientras el agua se iba yo me prepare un poco, menos mal que no había mojado el pelo sino ...ni queriendo.
Abrí mi maletita, y saqué un vestido azul marino, con cuello de barco y ceñido hasta la cintura donde cogía algo de volumen imitando a los vestidos de los cincuenta, nunca me lo llegue a poner, lo compré en un impulso hacia tiempo por catàlogo, tenia una sobre falda con copitos que se movían a mi paso alegres y me daban un aspecto fresco que yo adoraba, nunca me atreví a ponérmelo pero hoy si, mis manoletinas suaves del mismo color me dieron una imagen delicada y bonita en el espejo, peine mi melena y me vi guapa como hacia tiempo que no me veía, me puse un poco de rímel y como la cenicienta salí corriendo por la puerta, al llegar al salón vi a Sebas sentado en uno de los sofás, tenia una copa de vino en la mano, y según me acercaba a él se levanto y se quedo mirándome como las bacas al tren, me quede de pie ante él, y lo observé, tan alto, tan atlético, que bien le quedaba el traje! Cincuenta y tres años y estaba hecho un galán de cine, el carraspeo del barman nos saco a los dos del mutismo, íbamos a tomar algo? Una copa de blanco, el mismo que estoy tomando yo, contesto Sebas, y luego me indico el sofá, toma asiento, aquí se esta bien, te gusta?
Antes de que contestara apareció el señor con mi copa de vino, y cuando se alejó Sebas propuso un brindis, por los chicos dijo, tú también estarás contenta, no? Se veía venir, pero para mi a sido un alivio ver confirmarse la situación, Zuri es sin duda su otra cara de la moneda, se complementan de tal manera que no podía ser de otra forma, aunque nunca hable de esto con Dilan, no en ese contexto, siempre tuve la esperanza de que el día de hoy llegara.
Tome un sorbo de vino tal que casi acabo la copa, el lo sabia? Pero, cuando? Ah! Claro! Ellos lo hablaron cuando fueron con el coche a por las maletas..como Zuri y yo en el metro, lo tenían preparado y estaba claro que como yo estaba empanada con mis reflexiones Zuri espero hasta el último momento, por que yo no le deje hablar casi durante el recorrido...jo! Yo quería, necesitaba hablar con ella, decirla que era un sueño que era feliz que.....y yo que pensé que era soló cosa de ella...
Pasamos a cenar sin que yo dijera casi nada, solo asentía y escuchaba a Sebas, el me narró con detalle, las vicisitudes que atravesó Dilan cuando tuvo que ir a Marruecos etc para llevar a Zuri sin que ésta se sintiera forzada o controlada, sin que lo viera como una figura paternal..en fin, por lo visto Dilan llevaba mucho tiempo ya rumiando la manera de acercarse mas a Zuri , de enamorarla, de hacerla su compañera...así que al venir a la capital Dilan no solo le había ofrecido compartir piso e inquietudes, le había expuesto a Zuri la situación, se abrió con ella, en su primer día en la capital, y Zuri , mi chica, mi niña, había dicho Sí. Mi maravilloso sueño se había hecho realidad, pero estaba tan preocupada con mis miedos que no vi lo que tenia delante de mis ojos, ni olerlo!
Comer lo que se dice comer no comí nada, pero beber, creo que yo sola me bebí una botella de ese buen vino blanco que Sebas solicito me vertía en la copa, así llegamos a los postres..y nos levantamos de la mesa, por un momento me sentí ridícula, nos acercamos a la chimenea y compartimos el sofá de dos plazas, y hay llego el ordago a la grande! Algo tan banal como coger unas manos, tan común como mirarse a los ojos, desato en mi un sinfín de tics que Sebas supo interpretar sin duda mejor que yo, tomo mi barbilla y tímidamente rozo mis labios, se que me miro, pero yo no le vi, estaba en si..y si no se? Y si se me ha olvidado? Y si no le gusto? Y sí, se acabo de golpe, cuando escuche a Sebas susurrarme, yo también llevo mucho, mucho esperándote, dime si he llegado a mi estación, dime, Raquel, he llegado a casa?
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EL KIOSKO
MaceraSi hay algo en ti tarde o temprano exigirá salir, no importa cuanto hayas conseguido contenerlo...