El Encuentro

Capítulo 4 Otro Narrador

Cuando me despierto la realidad me golpea de nuevo al ver que estoy en el mismo sótano que hace dos meses.
Está oscuro y lleno de escombros por el suelo, parece que se puede llegar a derrumbar en cuestión de minutos, pero no lo hace. Aguanta, y ya no sé que es peor.
No he visto en que estado se encuentra el resto del edificio porque me vendaron los ojos al venir aquí pero diría que la casa es pequeña y vieja ya que parce que no la han reformado nunca.

Veo que ya es de día por una rendija que hay en una ventana cubierta de una lona de color negro en la parte de fyera, he intentado con todas mis fuerzas abrirla, pero de nada ha servido. Sigo aquí.
Es más, he pasado aquí tanto tiempo que ya he contado todos los ladrillos desgastados de las paredes del sótano.

Me duelen las muñecas, me han vuelto a esposar, entonces querrán más información pienso aterrada, cada vez que esto sucede yo termino congelada, ardiendo, o herida. Aunque esta vez no sé de qué quieren la información. Antes me habían preguntado acerca de Rose, mi mejor amiga, y Josh mi hermano mayor, antes de que los padres de Rose me raptaran vi que mis propios padres murieron asesinado por los de mi mejor amiga. Intenté huir, recuerdo que tenía mucho miedo me escapé de casa pero ellos me capturaron igualmente. En estos últimos cuatro meses han pasado muchas cosas. Recuerdo que hace seis meses Rose se fue de viaje y no volvió, supongo que se lo ordenaron sus padres, a mí me entró una depresión terrible debido que Rose había sido mi única amiga, los demás piensan que soy una friki, rarita y diversos motes más, tampoco es que a mi ellos me cayeran mucho mejor pues cuando estaba con Rose, ella y yo no parábamos de insultarlos a sus espaldas. También recuerdo que un día como cualquier otro vinieron los padres de mi amiga, y mis padres y yo les habíamos recibido bien, yo estaba feliz, porque pensaba que Rose estaba en la ciudad pero me equivoqué, y metí la pata al preguntar por ella. Porque al instante sus padres nos atacaron, jamás podría haberme imaginado eso, sus padres y los míos siempre habían estado unidos, o al menos eso era lo que yo creía. En definitiva, vi como Judith y Bob(los padres de Rose) asesinaban a los míos. Ese día estaba conmocionada, intenté llamar a Josh pero no me cogía el teléfono. Recordar ese día era como despertar de una pesadilla y saber que había ocurrido de verdad.

Y de repente escucho unos pasos que se dirigen hasta el sótano. Se abre la puerta con un chirrido que hace que me piten los oídos. Y entra por la puerta Judith con cara de estar muy enfadada.

Genial—pienso sarcásticamente.

—Dime donde está. O juro que te descuartizo.—Al escuchar lo que me acababa de decir me estremezco, esa idea hacia solo un año ni se me había ocurrido, hace solo doce meses pensaba que viviría una vida genial junto a mi familia y a mi amiga, pero ahora las dos cosas habían desaparecido, ahora vivía en un infierno. Y lo peor es que no tengo ni idea de lo que habla.
—¿Donde esta quién?—pregunto un poco vacilante, he descubierto que si no hago las cosas como Judith y Bob quieren terminaré mal y sé que no están de broma, cuando me amenazan con matarme. Al principio yo pensaba que sí que era todo una broma, pues los padres de Rose siempre estaban bromeando, pero ahora ya había descubierto yo que no, todo era una estúpida farsa que se habían montado Rose y sus padres. Cuando me raptaron pensaba que ella sabía esto y me enfadé mucho con ella aunque no estuviera aquí. Luego al cabo de que fueran pasando los días me di cuenta de que no, ella no sabía nada de esto, me sentí muy mal por haber pensado que ella sabría que sus padres me habían raptado, cuando no fue así. Es decir, sí, ellos mataron a mis padres y me torturan a mí pero Rose no es responsable de esto, Dios, la hecho tanto de menos.

—Sabes perfectamente de quien estoy hablando— me continua diciendo—y como no me digas donde se encuentra te mataré lenta y dolorosamente.

Una imagen se me cruza por la mente, era horrible en ella estaba yo tirada en el suelo, ensangrentada y con los ojos blancos como la cal y sin vida.

—Es que, no se de quien estás hablando.—digo con un deje de miedo en mi voz, me costaba hablar, además tengo miedo a Judith. Y lo que digo es verdad, ¿cómo quiere que sepa donde estan su hija, mi hermano y toda esa gente (que ni siquiera se quienes son) por la que me ha preguntado, si llevo aquí encerrada e incomunicada mucho tiempo.

ESTA GENTE ESTÁ CHALADA.

Me preparo para sufrir, levanto lo que puedo mis brazos e intento cubrirme el cuerpo con ellos, son delgaduchos y muy pálidos, antes yo ya estaba muy delgada pero ahora desde que me raptaron, parece que esté anoréxica, si es que no lo estoy.
Da un paso adelante con la cara roja por la ira. No sé cómo una persona a la que creía conocer puede haber fingido tanto, me pregunto si también fingiría delante de Rose o si ella la conocía realmente.

—¡Estoy hablando de mi hija! lo sabes perfectamente—se acerca todavía más y me pega una patada a la cabeza. Aunque esto no es nada en los últimos meses me han estado maltratando, me han obligado a meterme en una bañera de agua hirviendo, me ha dado palizas el padre de Rose, y me han echado agua fría con una manguera a presión, no me dan apenas nada de comer ni de beber y ahora me han pegado una patada en mi cabeza. Me deja aturdida y no tardo en desmayarme. Nunca debí enfadarla, ni a ella, ni a Bob el imbécil de su marido.
Pero es verdad, no tengo ni idea de donde estará. Pero por su bien, espero que lejos.