El japones

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El vuelo había durado 7 horas, mucho más de las que el Shimada tenía estimado.
Si había una palabra que pudiese describirlo en aquel momento, era ansioso.Hanzo solo quería ver a McCree tras sus dos meses fuera del continente, ¿Cómo estaría su pareja en aquel momento? lo único que sabía de él era sobre su viaje a estados unidos, un viaje en el que no se pudieron comunicar. 

El avión aterrizó en los cuarteles de suiza, donde estaban hospedados gran parte de los agentes que él conocía. 

Se dispuso a bajar lo más pronto posible para dirigirse a la habitación del vaquero, pero antes de iniciar su búsqueda se encontró con un rostro conocido.

—¡Hermano! —Pronunció Genji con su rostro destapado. 
—¡Oh!, Genji. ¿Sabes si McCree ha vuelto? 
—Acabas de llegar y preguntas por el americano, ¿Y la familia qué? 
—Ok... ¿Cómo estás?
—Bastante bien, Angela y yo hemos estado saliendo estas ultimas semanas y...
—¿Saludarme es una excusa para alardear sobre tu vida amorosa? —Bromeó el mayor.
—Más o menos... ¿Cómo te fue en la misión? 
— Bien 
— ¿Bien?
— Genji, solo es una misión, ¿Por qué finges interés? 
— ¡Son modales!
— Comprendo...con permiso — Mencionó el pelinegro antes de apartar a su hermano del camino. 
Tomó sus cosas y caminó por los pasillos del lugar, a lo lejos sintió un "Hanzo" y decidió ignorarlo.
El Shimada tocó la puerta del castaño en más de una ocasión, pero no obtuvo respuestas. Se paseó por el casino y el salón principal. No había señales de McCree en todo el cuartel. 
Hanzo estaba agotado y tras fracasar en su búsqueda decidió rendirse. Caminó directo hasta su habitación con el rostro serio y con el único deseo de dormir, pero al entrar escuchó algo reventarse y esto lo puso en alerta. 

—¿Un globo? —El asiático se sorprendió al ver el suelo repleto de globos de colores y un pastel en su escritorio. —¿Qué es esto? — Se preguntó sorprendido, no esperaba tal sorpresa. 
— Genji, ¿Sabes en qué momento llegará...? ¡Han!
— ¿Puedes explicarme esto vaquero? — Dijo mientras sonreía y se acercaba a su pareja. McCree por otro lado suspiraba. 
—...Era algo así como una sorpresa, arruinada. Creí que Genji te distraería — Lo tomó por la cintura.
— Lo intentó, pero lo evadí rápido.
— ¿Te habló sobre su relación con Angela?
— ¿Tú que crees? — El suspiro del castaño aumentó de forma intencional, como si tuviera la esperanza de que el cyborg lo escuchara en alguna parte del cuartel   — ¿Entonces...? ¿Qué celebramos? 
— No lo sé... dicen que un tal Hanzo llegó hoy, y que llevaba mucho tiempo sin ver a su novio —El americano besó el cuello de su pareja tiernamente.
— Hmm... ese Hanzo debió extrañarlo mucho — Tomó el rostro de McCree y lo besó. — ¿Cómo estuvo  tu viaje? — Mencionó sin alejarse de sus brazos.
— Bien, aproveché de visitar a unos cuantos amigos.   
— ¿Alguien de quien me debiera poner celoso?
— No hay nadie más guapo que yo entre mis amistades...— El más bajo blanqueó los ojos. 
Su conversación duró horas. Disfrutaron aquella compañía mientras comían pastel y tomaban cierto vino añejo que guardaba Jesse. 
Hanzo llevaba días sin dormir bien, por lo que tomó la decisión más sensata y se durmió junto a McCree.
La noche parecía larga y reconfortante en los brazos de su pareja, pero algo interrumpió el sueño del Shimada. Una conversación susurrante se sentía afuera de la habitación y la ausencia del castaño en la cama se hizo presente. 

—Debes entenderlo, sabías que llegaría hoy. No puedes venir... no creo poder esta semana. Está bien, se discreta. También te quiero — El americano colgó su celular para poder entrar en la habitación, se recostó junto a un Hanzo que fingió no escuchar nada e intentó dormir como si nada hubiese pasado; Hanzo no volvió a dormir. 

La mañana siguiente se sentía fría y solitaria en la pieza del Shimada. Había un vaquero completamente solo en la orilla de la cama:

— Hmm... —  Mencionó intentando despertar. Estiró su mano para alcanzar a su pareja y enseguida notó que no estaba —¿Han...? —Un portazo se sintió atrás de él, era su oriental favorito con el desayuno  —¡ Woah!  

—Duermes como un tronco, ni notaste cuando me levanté.
—En mi defensa eres un ninja
— Punto para ti, cowman. — McCree se sentó para poder comer lo que su pareja le había preparado, parecía feliz pero el silencio de el pelinegro le llamaba la atención.
— ¿Que pasa?
— ...
— ¿Mi amor? 
— Escuché tu conversación con aquella mujer en la madrugada. No quiero sonar celoso ante esta situación, pero  quiero una explicación. ¿Quien es? — El vaquero miró a Hanzo por unos segundos, parecía sorprendido, pero enseguida sonrió.  
— No te conté, pero cuando fui a Estados unidos me encontré con una vieja amiga, me contaba que por estas fechas quería visitarme pero le dije que estarías de vuelta y quería aprovechar mi tiempo contigo. Me llamó a esa hora por la diferencia de horario, creyendo que acá era de día. Lamento si parecía sospechoso, pero solo es una amiga— La explicación del americano era perfecta, calzaba con todo lo que su pareja había escuchado.
— Hmm... — Hanzo se cruzó de brazos — Tiene sentido 

— Je...nunca te había visto celoso, es una faceta muy tierna — Dijo McCree sonriendo. 
—Come tu desayuno —Hanzo esbozó una sonrisa.  


No tan lejos de los cuarteles de suiza se encontraba una mujer visualizando enormes pantallas holograficas, estas tenían códigos y vídeos de cámaras de seguridad;  se visualizaba al vaquero acompañado de otra mujer; se abrazaban. 

— Te tengo.    



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The xxxx pamphlet, have you read this? 

Snowball effectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora