Había pasado una semana desde que el japonés llegó.
Todo parecía normal a simple vista, aunque habían ciertos detalles que llamaban la atención de Hanzo. Cosas que notaba distintas en el ambiente del cuartel. Podía jurar que cada vez que caminaba por los pasillos obtenía una mirada y escuchaba algún susurro de personas ajenas a él.
Ciertamente no tenía la mejor reputación, pero nadie estaba completamente limpio en overwatch. Lo ultimo que quería sentir era paranoia. Había llegado de una misión, estaba libre como para poder disfrutar a su novio, y hablar libremente con sus compañeros. Pero aún existía ese "algo" que lo molestaba. ¿Sentía dudas por Jesse desde esa conversación?... Quizás. Pero decidía creerle por una razón muy simple: McCree era honesto con los suyos.Ese día en particular fue más frío que otros, había presencia de nieve en todos lados, por lo que muchos de los agentes decidieron quedarse en sus habitaciones, a excepción del vaquero. Él Odiaba el frío más que a nadie, estaba familiarizado con los climas cálidos, pero por ese mismo motivo necesitaba ir al comedor por un café, así que se levantó sigilosamente para no despertar a Hanzo, pero no lo consiguió. McCree salió de la pieza mientras el asiático lo escuchaba, asumió que iba a comer o al baño porque no se cambió de ropa. Fue entonces que lo vio, el celular del castaño estaba tirado en el suelo, sin ningún tipo de bloqueo.
—...¿Debería? — Dijo casi susurrando, como si fuera un pensamiento que se escapó. Tomó rápidamente el celular de su pareja y comenzó a leer sus correos. No había nada inusual, todo se veía tan pulcro y libre de sospecha, demasiado para ser de Jesse. Era como si se hubiese dado el tiempo para organizar sus archivos. Era tan sospechoso que ni la bandeja de Spam tenía mensajes. Hanzo suspiró y decidió dejar el celular donde estaba, pero algo se lo impidió, le habían mandado algo, no hace una hora, no ayer, ahora mismo. Notó por el peso del archivo que era un vídeo, y justo cuando lo iba a abrir escuchó unos pasos aproximarse. Apagó el celular y lo dejó en el suelo de forma cautelosa, luego volvió a fingir que dormía.
—Hanzo... —Susurró el más alto, mientras el pelinegro intentaba no parecer nervioso. El vaquero se recostó a su lado y lo abrazó por la cintura —¿Estás despierto? tengo ganas... —Pronunció para comenzar a besarle el cuello.
—¿Hmm? — Intentó lucir adormilado—No quiero.
— Vamos... — Jesse metió su mano bajo el boxer, frotando el miembro de su compañero, mientras los besos bajaban por su espalda.
—McCree...no... — Pronunció gimiendo, cuando este le bajó los pantalones. Se había excitado, ya no había vuelta atrás. Su pareja siempre lo conseguía, era débil cuando se trataba del sexo. Las caricias, los besos y los susurros con su nombre lo tenían vuelto loco. Era imposible que ese hombre no lo amara; que no fuera suyo. —Es imposible... —Un pensamiento se le había vuelto a escapar, normalmente lo controlaba pero últimamente era normal en él.
—¿Que cosa? —Preguntó casi sonriendo.
—¿De verdad me amas? —Su pareja se detuvo en seco, como si no pudiese creer lo que escuchó.
— Estaba literalmente a punto de chupartela. ¿Crees que es un buen momento para preguntar algo así? — Hanzo se subió los pantalones.
—Se que parece un cliché y una situación...distinta. Pero necesito saber si eres completamente honesto conmigo.
—Hmm... —Pronunció suspirando para luego esbozar una sonrisa. —Señor Shimada. Mi nombre es Jesse McCree —Tomó su mano para besarla.
—Si te vas a poner así... —Frunció el ceño.
— ¡Tu iniciaste, así que espera! —Reanudó— Mi nombre es Jesse McCree, y le juro que no soy el tipo de hombre que engañaría a alguien tan apuesto como usted. Tendría que ser estúpido para hacer tal acto. Y bueno, a pesar de que llevemos unos cuantos varios años de relación y mi deseo carnal aumente cada vez que lo veo desnudo o usando ropa interior, veo que tiene desconfianza hacia mi palabra, por lo que la reafirmaré sin pelos en la lengua: Señor, no tengo dinero, estudios superiores o algún tipo de legado. Perdí la mayor parte de mi vida en bares de mala muerte, conociendo y haciendo cosas de las que no estoy orgulloso. Pero si hubo algo digno dentro de mis creencias, fue la lealtad hacia las personas que amo. Por eso, Hanzo, mi vida. Te amo. Eres lo mejor que me ha pasado, deseo pasar todos los años que me quedan contigo, y juro que nunca te engañaré... — Dijo mirándolo fijamente, para al final tomar una gran cantidad de aire. —O Genji me cortaría los testículos probablemente. — El japonés cubrió su rostro por unos segundos y se puso a reír. —¡Tu risa me está ofendiendo!
—Tienes que dejar de ver Hamilton. —Lo abrazó.
— Ahora...¿Podemos? — El asiático comenzó a frotar el paquete de su pareja
—¿Tú que crees? —Sonrió. El castaño se le puso encima para besarle, cuando justo llamaron a la puerta.
—¿McCree? — Pronunció una suave voz femenina desde el otro lado. Era Mercy. —Winston te solicita en su oficina, dice que es urgente.— Ah... ¿No podrá esperar unos 10 min?
— O una hora... —Interrumpió el Shimada, a lo que se sonrojó inmediatamente desviando la mirada.
— Sabes como son las cosas Jesse. —Su voz era firme, luego se marchó.
— Ve, lo haremos cuando vuelvas.— Ni siquiera sé para que me llama, ¿Será por todo el porn... — Tocio — Será por algo que hice mal en algún informe —Se comenzó a arreglar la ropa para luego irse.
El norteamericano estaba un poco molesto, Winston no le presentaba mayor problema, pero quería tener sexo con su japonés, y posponer ese tipo de cosas era algo que le molestaba.
Entró sin más a la habitación intentando hacer rápido "el tramite" pero para su sorpresa el jefe no estaba.
—McCree... McCree — Pronunció apareciendo delante de él. Mientras la puerta se cerraba de golpe, completamente hackeada.
—¿Cómo entraste? —Habló nervioso
— Fue difícil, pero no un reto.
— Deja de alardear, ¿Que haces aquí?
— Me debes mucho, partiendo por dinero y mis antecedentes. Pero para suerte tuya, al entrar aquí pude meterme en el sistema. Quien lo diría... tenían mi nombre, y el de mis... padres. Pero ya fueron borrados.
— Sabes bien que no te debo nada, es ella la que hizo el trato contigo, yo no la he vuelto a ver hace meses así que no es mi problema. — Sombra chasqueó los dedos y apareció un holograma en la pared, donde se veía el vídeo de la cámara de seguridad de ellos dos hablando y abrasándose. Era de hace pocas semanas.
— Puedes mentirle a tu novio, a mi no. Ella es lista, se sabe esconder, me ha sido difícil encontrarla. Se que es la que me debe el dinero, pero vaquero...este es tu problema desde el minuto que la conociste. —Jesse se acercó a su rostro con el ceño fruncido.
— No te daré NA-DA. — Sombra sonrió.
— No estoy preguntando, tienes tres opciones. La primera: Eres buena persona y pagas tú. La segunda: Eres alguien firme y vas con ella a decirle que me pague. La tercera: No haces nada, y este vídeo será reproducido y enviado a cada persona dentro de este cuartel, mostrando los datos completos de ella. Porque se quién es, se que no solo se oculta de mi. ¿Que le parecería todo esto a don Shimada? —Se burló.
— Hija de puta.— Solicitaron un servicio y yo cumplí. Ustedes son los hijos de puta. Tienen un mes. —Desapareció dejando la puerta abierta nuevamente.
—Mierda.
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Hola, aún existo asdjasjdlakj
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Snowball effect
FanfictionEl ninja vuelve a casa tras dos meses en misiones. Algo ha cambiado y Hanzo lo está notando, la gente lo observa, murmuran cosas sobre su relación con McCree ¿Por qué ahora ? ¿Qué sucedió durante los dos meses que no estuvo? ¿Qué oculta el vaquero...