El trato

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Hola! espero disfruten de este capitulo. Les informo que la letra negra da inicio a un flash back. 
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Eran las 2 de la mañana cuando Hanzo despertó. Se sintió extraño y con frío. Entonces lo notó, nuevamente estaba solo.
Llevaba una semana viviendo aquel comportamiento distante. El vaquero parecía distinto, ya no hablaba mucho, bajaba la mirada de vez en cuando y aquellos cálidos abrazos que eran indispensables en él habían desaparecido. 

Hanzo suspiró con tristeza. Se levantó con una manta y caminó hasta el comedor. 
El cuartel se encontraba en completo silencio a esa hora, salvo por el sonido de unos dedos golpeando suavemente una mesa. Era el castaño, quien iba por su cuarta taza de té, costumbre que aprendió de su pareja y no le venía nada mal. 
—Deberías volver a la cama. —Dijo el Shimada, con el rostro serio mientras se dirigía a Jesse, para colocar la manta en su espalda. —Si quieres relajarte el té convencional no te servirá, puedo darte de los míos. 
—Me doy cuenta, esto solo deja mis dientes amarillos. —Hanzo acarició su cabeza.
—Hay algo raro en ti. ¿Que pasa? —McCree desvió la mirada.
—Estoy cansado, nada grave. —Su pareja se sentó frente a él. 
—¿Por qué te esfuerzas en mentir? —Ambos fijaron su mirada en el otro con tristeza y preocupación, cada uno con su propio motivo. —Mira, se que debió pasar algo en Estados unidos, no me creo que esto sea por el tema del desempeño laboral o la discusión que tuvimos hace días.  
El vaquero entró en pánico cuando escuchó el nombre del país. 
 —Yo...—Pensó mucho antes de hablar. Estaba preocupado por todo, ¿Cómo alguien que en su juventud hizo actos despreciables y lastimó a tanta gente, hoy en día no era capaz de mentir sin sentir culpa? 
—¿Y?  
—Cuando...—Pausó unos segundos— Fui a América, me encontré con una persona que no veía desde que era joven, y cuando hablé con él —Mintió— Volví a recordar aquella parte de mi vida. Pensé en todo lo que hice mal en aquel entonces, todo lo que abandoné.
—El contexto te llevó a eso.
—No. —Sus ojos estaban vidriosos— Habían otras formas de salir del hoyo, hay muchos héroes en la historia mundial que se levantaron sin lastimar a otros. Olvidé cosas más importantes.—No pudo evitar recordar a Jane— mi mamá solía hablarme de los padres fundadores, quizás por eso me gusta la historia de Hamilton, vivió en la miseria cuando sus familiares murieron, pero él logró salir de ahí. Se levantó solo.
—Pero no olvides que en el transcurso se equivocó y lastimó a varios. ¿Te imaginas hubieses elegido mal cuando se te ofreció ser parte de Blackwatch?
—Es cierto pero... 
—No puedes culparte para siempre por todo lo que pasó, lo cual no significa que debes ignorarlo. Me costó bastante aprender la lección, pero como dije antes, el contexto en el que vives aquellos momentos son cruciales, además de que no todas las personas reaccionamos igual. Tu habías perdido hace poco a tu madre y a tu hermana, eras joven, apostaste mal porque querías sobrevivir. Pero mírate —Jesse vio su reflejo en el té— haz llegado tan lejos, tienes gente que te quiere a tu al rededor. Las acciones de tu pasado no te definen.
—Hace un par de años no podría creer que esas palabras salieron de tu boca.
—Si no tocas fondo no aprendes  —Esbozó una leve sonrisa  
—Hanzo
—¿Si?
— Necesitas saber algo —Soltó sin más, como si las palabras de su novio solo hubiesen empeorado la situación —No te conté todo. —El pelinegro se enderezó un poco y frunció el ceño, se imaginó lo peor.
Unos pasos se hicieron presentes en plena conversación. 
—¿Que hacen aquí? —Preguntó Genji sin la parte delantera del casco.
—¿Hicimos mucho ruido? —Mencionó el hermano del menor.
—Un poco, vine por un café en realidad. Oye McCree, necesito hablar contigo de lo que te había mencionado en la tarde ¿Recuerdas? —El cyborg levantó las cejas. 
—No es necesario, ya lo decidí. 
—No no no, yo creo que es bastante necesario seguir hablando —Acentuó exageradamente—de eso. Hanzo, si nos disculpas. —El pelinegro se retiró confundido y algo molesto.
El japonés se restregó los ojos antes de comenzar a pronunciar cualquier palabra.
—¿Eres imbécil? —Dijo sin más. —No ha pasado ni una semana desde que me dijiste que nadie podía saber esto, y mírate.
—No me encontraba bien —Se levantó del asiento con intención de abandonar la conversación. 
—Me hiciste entender tu postura, es cierto que no puedes dar esa información  —Susurró—Menos acá. Cualquiera podría escuchar ¿que carajos te pasa?
—¡Ya te dije! —Gritó en un arranque de ira momentáneo, para luego volver a susurrar—No me encuentro bien. —Guardó silencio unos segundos — Ayer...
—¿Se volvieron a juntar? —El castaño afirmó con la cabeza. 
—Me ofreció hacer algo. —El más bajo se sentó.

Eran las 8 de la mañana cuando el celular de McCree sonó. Para suerte de él se había despertado a las 7 para una revisión medica general, por lo que ya estaba desocupado.
Jesse notó los 5 mensajes de voz, todos con interferencia y la voz de una mujer agitada. 
—¡Me dispararon! ¡Maldita sea, me dispararon! ven cuanto antes al hotel y ¡trae cosas medicas! 
—La desesperación asustó al vaquero de inmediato. Fue corriendo a la enfermería y tomó uno de los kits médicos.
Salió del cuartel hecho una bala y llegó al hotel en menos de 15 minutos. Subió las escaleras y entró a la pieza. Allí estaba, tirada en el suelo con el rostro pálido.
—¡¿Cómo pasó esto?! —Pronunció mientras se inclinaba a su lado. 
—Fui a la empresa Libesa, para robar, era la primera vez que iba. Lo logré pero cuando salí un guardia fue corriendo hasta mi y... ¡MIERDA! —Se quejó golpeando el suelo. 
—Maldición, te dispararon en el abdomen, tenemos que ir al hospital 
—¡NO! Trajiste ese kit contigo, necesito que me ayudes. El hospital verá mis papeles, y estoy muyyy manchada McCree. —Lo miró con una mirada desquiciada, no parecía la mujer calmada que acostumbraba a ver. 
—Cariño, te diré esto de una forma sencilla. No soy doctor, y todo lo que sé lo he aprendido a la mala o viendo dr house. ¿Estás segura que quieres confiar en mi? —Ella afirmó. 
El americano fue lo más rápido que pudo al baño. Limpió la bañera con alcohol, y quitó las cortinas. Volvió al living para buscar a Jane y ponerla adentro de la bañera, lavó sus manos de forma minuciosa y luego puso yodo al rededor de la herida.  
—¿Estás lista? 
— Deja de preguntarme. —Sonrió agotada. 
Jesse metió sus dedos dentro de la herida y palpó los órganos en su interior, buscando algo roto o fuera de lo normal. Todo parecía en orden. Llegó a la bala con dificultad y fue entonces que tomó unas pinzas y la sacó con éxito. 
—Ay vaquero, eres mi héroe. 
—No cantes victoria aún, tengo que corchetear. —Tomó un aparato liviano con el que Jesse no estaba muy familiarizado. Presionó en el abdomen y terminó el proceso.
Jane gritó.  
 
Cuando todo había terminado y esta seguía en la tina, el castaño notó los riesgos de conseguir tanto dinero en tan pocas semanas. Sabía que ella era buena en su trabajo por toda la planificación que realizaba.
—Necesito ayuda
—Te la acabo de dar, y creo haberlo hecho bien. 
—Me refiero al pago. No creo poder hacerlo sola, necesito más tiempo.
—Pero no lo tienes, lo siento, pero no puedo hacer mucho. 
—Si puedes —Ambos se miraron. Ella parecía preparada para lo que iba a ofrecer. Como si hubiese pensado en "eso" hace meses.  
—No.
—Si me ayudas a robar físicamente 
—Se enderezó — podríamos tener todo antes de fin de mes. 

—No haremos de Bonnie y Clyde querida. 
—Entonces me verás muerta antes de pagar. 
—Hablemos con Sombra o algo, ¿eran amigas o no?     
—¡McCree!  —Gritó —Escucha bien, no hay más posibilidades. Voy a morir a este ritmo, elige bien. —Dijo con el ceño fruncido.
—No quiero más problemas —Lavó sus manos, se acomodó el sombrero y salió por la puerta de entrada, dejando a la mujer completamente sola en el baño. El castaño creyó escuchar un grito cuando se encontraba en las escaleras del edificio. 

La bola de nieve estaba creciendo, y cuando lo golpeara, nadie vendría a ayudarlo. 

—Noo... esto... la verdad hemos hecho cosas peores, no es tan grave si lo haces con cuidado.

—No voy a robar nada. 
—¿Y dejarás que muera? 
—No, no quiero. ¿Cómo carajo me metí en esta mierda? hubiese sido mejor que no me contactara. Las cosas iban mejor cuando la creía muerta. —Las palabras marcaron un silencio en el lugar. Genji tosió. 

—Bueno...como ex cadáver, puedo asegurarte que sus deseos de verte y demostrarte que estaba viva, eran grandes. Lo malo es que no tomó un buen camino —Tosió otra vez —como yo. 

—Deja de presumir, zombie. 
—Pero ¿Sabes? el problema es que no hay otra solución para esto, deberás robar con ella. Pero no en un par de empresas pequeñas, deben ir a lo grande y planificarlo bien. Jesse McCree, te ayudaré. 
—¿Qué? ¿Cómo se te ocurre? no meteré a más personas en esto. 
—Ya tengo la suficiente culpa por saber y no avisar a las autoridades.  —El castaño lo miró y se puso a pensar. Ambos llevaban tiempo siendo colegas, mejores amigos y actualmente su cuñado. El tenía razón, era la forma más rápida de tener el dinero.  
—¿Y cual es tu idea para que no nos pillen? hipotéticamente si aceptamos el trato. 
—Cosplay, McCree. Cosplay. 
El estadounidense levantó la ceja sin entender lo que tramaba el japonés, pero se sentía aliviado, quizás todo estaría bien. 
—¿Aún quieres ese café? —Sonrió. 
Mientras tanto, Hanzo seguía en la habitación. Esperando al vaquero, esperando la verdad, esperando entender porqué su hermano interrumpió su conversación. Pero se cansó. Lo había decidido, no preguntaría más, investigaría por su cuenta. 




Snowball effectDonde viven las historias. Descúbrelo ahora