Capítulo 60

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La primera vez que Minah dijo mi nombre, yo la sostenía en mi regazo durante el desayuno, y grité, asustando a Minho, la grasa del tocino derramándose accidentalmente sobre él.

Respiró con los dientes apretados, tropezando detrás de la estufa y maldijo. Me sentía tan desconsiderado, me disculpé. Estaba molesto, pero cuando se dio la vuelta y sonrió, respiré.

Sentía que mi presencia era una carga para él.

Acostado, me daba cuenta de mi insomnio, y en vez de combatirlo, dejaba que se saliera de la suya porque no era nada en comparación con los sueños.

Eran recuerdos, pero a veces eran reales, y algunas veces falsos. Después de un rato, no podría decir la diferencia entre ellos en un abrir y cerrar de ojos; Tendría que analizar cada detalle, encontrar el juego en mi memoria.

"Sólo dijo 'Minnie' ¿Le has oído?" Le pregunté a Minho, realmente contento, y él apagó las perillas de la estufa, llevando la sartén a la mesa y echó el tocino con sus alimentos complementarios.

"No sobre ese ruido de hiena, no lo hice" Bromeó, consiguiendo un plato junto a mí, pero lo detuve, tocando torpemente su mano.

"No tengo hambre"

Él frunció el ceño. "Eso es imposible. La última vez que comiste fue... ayer por la mañana"

"Simplemente no me siento bien"

Insatisfecho, extendió la mano para sentir mi frente con el dorso, tarareando inusualmente cuando no hubo calor anormal.

Nuestra relación se convirtió impersonal.

El medicamento no funcionó como pensé que sería, no quitaba todo lo malo, no cubría el tratamiento que la etiqueta dijo que lo haría. En todo caso, me hizo sentir peor, más fracasado, más patético.

Lo odiaba, pero deseaba que funcionara tanto que a veces tomaba más de lo necesario, agotando una botella y pasando a la siguiente. Nadie sospechaba jamás; simplemente me veían haciendo lo que tenía que hacer.

Pero nadie me aplaudía. Yo no estaba mejorando, estaba más vacío. Tenía cero apetito, cero autoestima, cero brillo de por vida. La confianza que me había construido Key estaba decayendo.

"¿Puedo darle algo?" Señalé los huevos revueltos que me había preparado.

Minho asintió, hablando con la boca llena. "Pequeñas piezas, cielo"

Rara vez me llamaba así. Ahora sólo era mí aburrido, antiguo nombre, que Dios sabe que lo odiaba. No había nada lindo o ingenioso sobre él, y cuanto más me lo repetía, "Lee Taemin" comenzó a sonar extranjero.

Haciendo caso omiso de todas las punzadas, tiré del plato abandonado y le di a la niña algo de comida sólida, sus encías mordiendo con fuerza mis dedos. Lloriqueando, le pellizque la mejilla, llamándola 'Pequeña cerdita'

"¡Minnie ~!" Ella exclamó, y mis ojos fueron a Minho, quien sonreía ampliamente a su hija, haciendo caras que la hacían reír.

Era el mejor padre; no se podía negar eso. Todo lo que hacía era por Minah, y él cambió mucho para estar allí para ella.

Su oficina en casa estaba acumulando polvo.

¿Era el mejor padrastro? Aunque Key me mataría si dijera que sí, todavía estaba inclinado a decirlo.

Pero a veces me sentía tan enojado con él, y tiraba cosas en mi dormitorio, compraba más jarabe para la tos, más pastillas para el dolor, deseando desesperadamente que me encontrara desmayado y pálido, jodido de mente.

HIJO DE PAPÁ ~ 2MINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora