hickeys ☯ lrh (actualizaciones lentas)

13

Me senté en su cama mientras él volvía a salir de la habitación.

"Quítate la camiseta y túmbate boca abajo." me gritó Luke desde alguna parte de la casa. Hice lo que me pidió, y cerré los ojos. Necesitaba seguir relajándome, no podía dejar que los nervios me controlasen otra vez de esa manera. La cama se inclinó hacia la derecha, poniendo en contacto mi piel fría con el calor que Luke desprendía. Un escalofrío recorrió mi espalda ante ese contacto. Dios, era tan sumamente vulnerable a él, y no es una cosa que no me gustase, pero mis sentidos estaban sobreexpuestos siempre, y cualquier cosa, aunque fuese un mínimo roce, provocaba más que el triple lo que cualquier otra persona puede llegar a provocar con un polvo. Sentí que se sentaba sobre mi culo con cada una de las piernas hacia los lados. Sus manos fueron directamente hasta el broche de mi sujetador. Sus manos estaban tan calientes que contrastaban contra mi piel haciéndome suspirar a cada pequeño movimiento que daba. Escuche un bote abrirse, supuse que era crema. Un líquido frío calló directamente sobre mi espalda. Mi piel se erizó y un escalofrío recorrió toda mi columna vertebral.

"Se nota que no tienes mucha experiencia en esto de dar masajes." Le dije.

"¿Por qué lo dices?"

"Las cremas y los aceites se calientan en las manos, no se echan directamente." Dije con una sonrisa en los labios.

"Lo sé. Lo he hecho intencionadamente. Me gusta ver las reacciones de tu cuerpo." volví a cerrar mis ojos, la relajación era en lo que me debía concentrar en estos momentos.

"Luke, sé que te lo he dicho un millón de veces, pero gracias."

Él solo sonrió y siguió con el masaje hasta que me dormí otra vez.

Luke p.o.v

Sentirla debajo, encima, cerca, eso era todo lo que quería, sentirla. Quizá estuviese cayendo poco a poco por ella, pero me daba igual. Los precipicios no eran nada comparado a la adrenalina que sentía cada vez que nos mirábamos y esto es una pequeña parte de lo que ella me puede hacer llegar a sentir. Movía mis manos suavemente por toda su espalda y era como tocar el cielo. Su respiración ya era calmada y se notaba que estaba profundamente dormida.

Jodido Michael, ¿hasta qué punto querría llegar con Altea? ¿Hasta cuándo podría perseguirla y atormentarla? Yo no iba a permitir que ninguna vez más. Cogí mi teléfono y llamé a Calum.

"Necesito tu ayuda"

"Luke, escucha si me vas a pedir algo como lo del otro día, no lo voy a hacer. No quiero que Altea piense mal de mí."

"No, no es nada de eso. Quedamos donde siempre y te cuento." Agarré mi chaqueta y salí casi corriendo de casa. No sabía que iba a hacer cuando estuviese de frente a Michael. Lo iba a enfrentar, sí, pero ¿qué iba a decirle? Con ir dónde él solo le iba a provocar más. Tenía que pagarle con la misma moneda. Conducía distraído, con un rumbo fijo, como si mi vida fuese una película de mal gusto que solo una o dos personas ven, y me había tocado verla. Llegué al bar de siempre, con la misma mala gente dentro. Me acerqué a la barra, necesitaba un trago, de lo que fuese.

"Un tequila, por favor." A la camarera se le abrieron los ojos en cuanto me vio. Pude ver en su mirada el deseo.

"Aquí tiene, son 3 dólares." dejó el chupito al lado de mi mano, intentando rozar la suya con la mía. Calum entró por la puerta y se sentó a mi lado.

"¿Qué ha pasado?"

"Es una historia un poco larga, pero en resumidas cuentas, el que yo pensaba que era el novio de Altea no lo era y él supuestamente, está enamorado de ella, y como me prefirió a mí, pues contrató a unos matones, me pegaron una paliza, y Altea le plantó cara, se fue de la casa en la que vivían juntos, y la está intentando hacer la vida imposible." 

"No sé ni que decir." Los ojos de Calum expresaban su sorpresa. "¿Y qué quieres que hagamos con ese cabronazo?"

"Ese es el problema, que no quiero bajarme a su nivel, pero tengo que hacer algo al respecto." 

"Normal. ¿Y él en que trabaja ahora?"

"Pues no lo sé, pero no le quiero preguntar a Altea." Sería demasiado obvio, y ella no me dejaría hacer absolutamente nada. "Además, creo que Altea realmente no sabe lo que hace él."

"¿Quieres que investigue?"

"Si pudieses hacerme el favor, porque si fuese yo sería demasiado obvio. Parece que tiene a bastante gente detrás suyo. Que es el cabecilla de algo no muy bueno."

"¿Y Altea donde está ahora mismo?"

"La he dejado durmiendo en casa, lo necesitaba, por culpa de ese imbécil la ha dado un ataque de ansiedad." Mierda, la he dejado sola. No había caído en eso. "Vamos, la he dejado sola." 

Salí corriendo del bar, con Calum a mi espalda, abrí el coche y rápidamente, puse rumbo a mi casa.

"Llámala." Saqué mi móvil del bolsillo para dárselo a Calum.

"No me coge. Tendrá el móvil en silencio." dijo intentando quitarle importancia.

"Joder." grité, dándole un golpe al volante. "Llámala de nuevo."

Parecía que todos los semáforos estaban en rojo. No veía la hora de llegar a casa para ver si Altea estaba bien. No me perdonaría nunca si la pasa algo, porque la he dejado sola.

Aparqué como pude, era lo que menos me interesaba en estos momentos. Solo quería saber que ella estaba bien. Y es que no podía verla rota. Cuando la veía en el bar y se la notaba triste, solo quería estar con ella. No sabía el porqué de ese impulso, pero ahí estaba yo, como un inútil detrás de su culo.

"¡Altea!" grité nada más entrar a la casa. No contestaba. Corrí hasta la habitación. Mi respiración estaba agitada, pero ella no estaba. "¡Joder!"

"No está en el resto de la casa." anunció Calum. 

pequeña Altea ¿dónde te has metido?