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-¡¡Buenas noticas!!- Hoseok entró dando saltos y gritos cargando a Yoona en sus brazos llenándola de besos mientras los gemelos saltaban a su alrededor alborotados por el eufórico alfa

-¿Qué sucedió?- Jimin salió de la cocina con un delantal y la servilleta en el hombro

-¡¡Tae y Kookie empiezan la escuela la próxima semana!!- Hoseok rió y siguió festejando con la cachorrita en brazos bajo la mirada atónita de los niños y la sonrisa de Jimin

-¿En serio? Eso es genial ¿verdad niños? Digan gracias a tío Hoseok

-Gracias tío Hoseok- bufaron al unísono los gemelos estirando las palabras

-Hey ¿Qué sucede con ustedes? Ya son lo suficientemente grandes para ingresar a la escuela. Todos los cachorros de su edad lo hacen. Vamos sonrían, harán nuevos amigos- el alfa trató de convencerlos

Los gemelos le dieron una mirada de muerte para luego correr a su habitación y encerrarse ahí el resto de la tarde. Taehyung y Jungkook ya tenían seis años, estaban en edad de ser escolarizados. En cambio, Yoona acababa de cumplir los cuatro.

-Se van a vengar de mí- murmuró preocupado Hoseok mientras ayudaba a Jimin a poner la mesa

-Mis bebes no te harán nada, son unos angelitos- refunfuño Jimin cruzando los brazos, siendo tan malditamente tierno que a Hoseok se le contrajo el corazón por el puchero que estaba viendo

-Angelitos de lucifer dirás- rió divertido

Todo estaba bien ahora, todo parecía en equilibrio para su familia, pero lo que para Jimin era paz solo se trataba del ojo del huracán, un huracán que amenaza con arrasar con todo a su paso. Pero aun nadie lo sabía.

🐺

-¡Buen día!- anuncio su llegada a la cafetería

La campanilla de la puerta sonó, a penas cruzar la puerta de entrada un aroma delicioso lo rodeó nublando sus sentidos, café fresco recién molido, jazmín y menta, sintió la penetrante necesidad de inhalarlo con fuerza y mantenerlo en sus pulmones mientras una corriente eléctrica lo paralizaba. Cuando pudo reaccionar recorrió con la mirada el vacío lugar, era una cafetería, era lógico que oliera a café pero el olor era tan embriagador que no podía resistirse.

Entró lentamente a la cocina buscando el origen de aquello pero no pudo ver nada, solo Jaemin, la joven beta que atendía las mesas estaba allí acomodando las masas frescas que ofrecía la casa.

-¿Jaemin? ¿Sientes eso?- Jimin aún aspiraba el aroma en el ambiente

-Oh buen día Jimin, no te escuche llegar. ¿Sentir que?- la chica se acercó a saludarlo con la mirada curiosa.

-Mm, no es nada, no te preocupes- trató de espabilarse y rápidamente se colocó el delantal distintivo de la casa, los había diseñado el mismo para que combinara con el resto de la decoración del lugar. Ya era hora de abrir.

Jimin empezó siendo la mano derecha de Hoseok en la cafetería "The Sun" cuando este recién iniciaba su negocio con una herencia que había recibido por el fallecimiento de su abuelo, lo había invertido todo. Al principio solo eran ellos dos, Hoseok atendía la caja y tomaba los pedidos mientras Jimin los preparaba y los servía, se encargaba del mantenimiento y juntos hacían la limpieza cada día antes de cerrar, mientras tanto en la parte trasera los gemelos veian caricaturas o jugaban en el pequeño armario convertido en un mini salón de juegos solo para que Jimin pudiera tenerlos cerca. Cuando iniciaron, los gemelos tenían cuatro años y la cachorrita solo dos.

Los clientes estaban fascinados por la relación tan cercana que mantenían el alfa y el omega, no podían creer que tan grande vinculo solo era de un par de amigos, pero lo cierto es que ellos eran tan cercanos que se consideraban familia, la única familia que ambos tenían. Hoseok había visto crecer a Yoona y a sus cachorros, aunque no quisiera imaginarlo así, Jimin sabía que ese alfa era como un padre para sus bebes, pero ese pensamiento lo asustaba, así que cuando Taehyung lo bautizó como "Tío Hoseok" el alma le volvió al cuerpo al omega.

No puedo ser tu omega• YoonMin• Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora