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El viaje a Gwangju era la excusa perfecta para escapar de la horrible realidad que los atormentaba en Seúl. Al salir de la ciudad hasta los niños habían recuperado la sonrisa en sus rostros, el ambiente en el auto del mayor era armonioso y el aire fresco del campo les devolvía la alegria y la calma que hace días no sentían.

-¿Estas seguro de que no seremos una molestia para tus padres?- preguntó el omega totalmente nervioso por la situación que se aproximaba ¿podrian sus nuevos suegros aceptarlo con sus hijos a pesar de ser de otro alfa?

-Les he hablado de ustedes y están emocionados de conocerlos

-De... ¿Les hablaste de nosotros?

-Por supuesto que si, eres mi pareja ¿no crees que ellos querrían saber cuándo formara una familia? Aunque no esperaba su consentimiento para hacerlo, lo haría de la misma manera si ellos no lo aprobaran

Las mejillas de Jimin se sonrojaron, jamás después de salir de la manada llegó a pensar que tendría otra oportunidad para el amor, nunca imaginó que esto podría suceder de nuevo para él y sobretodo que esa persona amara tanto a sus hijos. Sonrió al saber que Chanyeol solo había sido un camino que debía tomar para conocer a Yoongi, que si las cosas no hubieran pasado de esa manera ellos no se hubieran conocido o tal vez no de esta forma, pero tenía a sus hijos, y un camino que no los incluyera a ellos no valía la pena de ser recorrido. De todas las cosas que pasó en su vida de lo único que no se arrepentía era de ser padre.

Jungkook miraba la carretera pasar y tanta naturaleza le recordaba los días junto a su padre en su antiguo hogar, todo era tan sencillo allí, cuando jugaban sobre la alfombra o las caminatas por el bosque y junto al rio ¿Qué había cambiado? ¿Por qué Jimin ya no quería a Chanyeol? No podía entender eso, sabía que su alfa tenia mal humor a veces pero podría solucionarse si su papi se ponía cariñoso, lo sabía, lo había visto cuando vivian en la manada ¿Era acaso porque estaba con el Sr. Min ahora? Quizás era culpa de ese alfa que no podían volver a ser la familia que eran antes. Era tan feliz junto a su padre que se lamentaba por ese largo tiempo sin verlo, pero había escuchado hablar a Jimin con su tío Hoseok y sabía que pronto pasaría las tardes junto a su papá, eso lo ponía contento aunque  significara que Taehyung no hablara con él, eso lo entristecía ¡pero era su papá! No podía hacerlo a un lado, ni siquiera Jimin tenía derecho a alejarlo de él.

Taehyung por su parte seguía sin hablar con su gemelo, el siempre había protegido a Jungkook de todo, incluso cuando su padre le gritaba a Jimin era Tae quien los cuidaba para que no lo viera hacerlo. Había una situación muy clara en su memoria, con solo cuatro años vio a Jimin llorando sobre un cojín en el sillón de su antigua casa, nunca había visto llorar a su papi y eso hacía que su pequeño lobo aullara con dolor dentro de él, de pronto supo por qué lloraba. Papá no había vuelto a casa aún y ya era muy tarde, hacía varios días pasaba lo mismo. Esa tarde iban a darle una sorpresa en su trabajo con las galletas recién horneadas, pero ¿Por qué su papá besaba a esa mujer en el ascensor? Jimin cubrió sus ojos, pero ya lo había visto. Esa mujer era fea, no se parecía a Jimin y su olor era espantoso, no dulce como el de su papi, sin embargo su alfa la abrazaba y besaba. Taehyung conoció por primera vez lo que era el dolor, lo sentía en el aura de Jimin, era azul y le daban ganas de llorar, pero no un llanto como cuando se raspaba las rodillas por trepar árboles con Jungkook, esas ganas de llorar eran como si hubiera comido una galleta sin masticar y se le hubiera atorado en la garganta y como si unas garras lo rasgaran por dentro del pecho.

El mayor de los cachorros supo que, como Jimin lo había hecho con ellos, él debía cuidar de sus hermanos, tal vez no podría taparle los ojos pero si los llevó a su cuarto y jugó con ellos mientras Chanyeol le gritaba cosas feas a su papi. No podía perdonarle que hiciera eso, Jimin era el mejor papi del mundo. Con cuatro años ya había descubierto que la gente hacia cosas feas para dañar a otros que no se lo merecían, él no sería como Chanyeol, el amaría y cuidaría de Jimin por siempre. Quizás si hubiera dejado que Kookie viera el aura oscura de su padre cuando le gritaba al omega, el menor entendería algunas cosas, pero sufriría y por mucho tiempo el deseo ser lo suficientemente fuerte para no ver nunca más ese halo azul alrededor de Jimin. Por eso estaba muy feliz con Yoongi en su familia, la luz amarilla y rosa que desprendía Jimin cada vez que estaban juntos lo hacía feliz, le daba paz, era como cuando su pancita estaba llena por tomar leche tibia con muffins del tío Jinie y ahora tomara una linda siesta, lo dejaba tranquilo, sabía que con su maestro al lado, no le hacía falta cuidar solo de toda su familia. Su lobito podía descansar un poco más.

No puedo ser tu omega• YoonMin• Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora