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Por la mañana del sábado Jimin se encontraba exhausto, no había dejado de pensar en aquel alfa de piel pálida, cabello azabache y mirada profunda y en su jodido aroma. Había tomado dos supresores de calor porque si, su celo se había adelantado, y no quería ni imaginarse el por qué.

Pero era sábado y como tal, sus cachorros se habían despertado más temprano que de costumbre y ya estaban listos para ir a la cafetería, Hoseok lo esperaba en la cocina con un jugo de naranja y galletas.

-Te ves terrible- el característico saludo de gran sonrisa lo recibió en la cocina

-También me alegro de verte Hobie- Jimin se sentó y bebió de su vaso

-Siempre es una alegría verte Jimin ¿Qué sucede contigo? Hoy estas decaído...- una brisa entró por la ventana y Hoseok frunció el ceño aterrorizado- ¡¿estás en celo?!

-Cállate- sentenció sin levantar la mirada- ya tomé dos supresores así que mi aroma no debería molestar a nadie

-Pero soy un alfa, Jimin. ¿Estas seguro de ir a trabajar así? – Hoseok sintió a su lobo removerse con deseo dentro de él, no podía, era Jimin, ¡su amigo! Pero su aroma era tan adictivo, siempre lo había pensado pero ahora que lo percibía tan cerca no pudo evitar que un gruñido saliera de su garganta.

-¡Hoseok! ¿Eso fue un gruñido?- Jimin se puso de pie y se alejó unos pasos.

Hoseok avanzaba hacia él, los ojos oscurecidos de deseo y Jimin pensó que no tenía que haberse tomado su celo tan a la ligera.

-Ve arriba a ponerte supresor en aerosol- murmuró entre gruñidos intentando controlar el deseo que burbujeaba en su vientre bajo impulsándolo a lanzarse sobre el omega para frotarlo con su olor a alfa y tal vez... marcarlo- ahora Jimin

El omega no dudo ni un segundo en subir las escaleras, completamente agitado por la desesperación y vaciar una botella de aerosol sobre su cuerpo. Sentía su corazón querer salir de su pecho, sabía que Hoseok había usado hasta sus últimas fuerzas en mantenerse centrado.

Bajó luego de 15 minutos, cuando su respiración se normalizó y el corazón volvió a su ritmo normal. Tomó a sus cachorros que lo miraban confundidos y los abrigó. Salió para subir al auto sin decir nada, donde Hoseok ya lo esperaba con la pequeña Yoona asegurada a su asiento.

-Lo siento Jimin- murmuró algo incómodo después de un rato- no quise portarme así

-No te preocupes, yo... entiendo

Y no volvieron a pronunciar ninguna palabra hasta llegar a "The Sun"

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-Estaré atrás con los niños, ayudaremos a decorar los pasteles a Jin- sonrió el omega un poco más tranquilo, su aroma se había neutralizado- quédate tranquilo, estaremos bien

-Bien, acomodaremos todo con Jae y pueden salir a la hora de abrir

Jimin llevó a sus niños a la cocina, la parte más divertida de sus sábados era cocinar los muffins con SeokJin para que luego los niños los decoraran con merengue de colores y granas de corazones. Eran los más vendidos del día, había clientes que amaban a los gemelos y llevaban sus creaciones por docenas. El omega disfrutaba orgulloso de esos momentos mientras que Hoseok enseñaba a Yoona a recibir a las personas que ingresaban con un "Buen día, disfrute su visita a The Sun" y la pequeña había adoptado aquella característica sonrisa de su tío.

Por un momento Jimin se permitió fantasear. Esa era la familia que había soñado desde siempre, esa era la manera en la que quería vivir con su alfa, Hoseok se veía tan bien y tan amoroso con sus cachorros que se lamentó de no haberlo conocido un poco antes que a Chanyeol, pero rápidamente esfumó esos pensamientos, lo único bueno de haber estado con aquel alfa irresponsable eran sus tres hijos, que a pesar de todo no se arrepentiría nunca de aquello.

No puedo ser tu omega• YoonMin• Omegaverse•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora