La Espada Robada de la Guerra (LRX #2)

No deseo volver

Era increíble como mis poderes no se anulaban a pesar de estar en territorios extraños, pero como bien dicen lo que es tuyo por derecho no te lo pueden quitar.

¿Pero saben qué es más raro?

Que mi familia tiene más mezclas de sangre en nuestras venas que las que hay en la tierra luego de una guerra.

Por los recuerdos de Xena vislumbré el como Eva tuvo un hijo con un romano, el nieto de Xena se metió con una nieta de un Faraón, luego ese hijo con una hija de Frey, luego esa hija y así hasta llegar a mi familia que bueno, luego de 10 generaciones dejaron de ser solo un hijo o hija para ser más de 5 y es ahí donde los dioses empezaron a vigilarnos para saber cuando nacería yo, una pérdida de tiempo total a mi parecer.

En teoría yo no rompo ninguna regla al pasar a Brooklyn y Boston, es más, es por mi sangre y la conexión de mi familia con los dioses de otros panteones que debería de hacer mi traslado.

Aprendí magia egipcia con los Kane, tuve mi reunión con el otro Chase y mi pariente lejano Magnus con el que recorrí Valhalla luego de una pequeña charla con el tuerto y su hijo no puedo vivir sin mi martillo.

Hablando del señor mi martillo es mi vida, se estaba demorando  demasiado, si no fuera porque estaba usando la piel del León de Nemea (al que busqué y maté para quitarlo de mi lista de anotaciones) y que resisto al frío ya me hubiera largado; la tierra de los gigantes, Jotunheim, era la tierra del frío, nieve por doquier y sin nada entretenido para ver o hacer excepto figuras con agua que era como me estaba entreteniendo.

Deberías dedicarte a la escultura - dijo una voz gruesa, muy varonil luego de escucharlo  tocar el suelo llegando al fin

No sería divertido - dije volteando a verle

Thor, hijo de Odín, Dios del rayo estaba vestido como todo un nórdico pero había cambiado desde que lo vi ya hace meses, antes tenía la cabellera roja abundante junto a una barba sobre poblada mal cuidada, para que se hagan una idea han visto esa película de Marvel, ya, Thor no era el rubio, se acuerdan de ese vikingo gordito, bueno así era como se veía la cara de él con toda esa barba y el corpulento cuerpo pero sin la barriga abultada (no de ese tamaño), al menos cuando vine a verlo la primera vez con Magnus era así, pero ahora su aspecto había cambiado totalmente, usaba su apariencia joven, fuerte y musculoso pero menos grueso, con una barba más recortada y su cabello rojo ahora más cuidado.

¿Por qué no lo sería? - preguntó acercándose

Porque lo hago a mi voluntad - dije creando la figura de un dragón de hielo - ves, sólido, líquido, gaseoso - dije mientras manipulaba el agua en esos estados - puedo hacer un perro, gato, un gigante, a Magnus

Ya entendí tu punto - dijo acercándose - no te esfuerzas haciéndolo

Exacto - asentí - eso le quita lo divertido, pero no me citaste aquí solo para ver como me entretenía jugando con mis talentos, a propósito y tus cabras

No, tienes razón - dijo sentándose en una piedra - las mandé a que pastaran no tienen porqué enterarse de nuestra conversación

Me empiezas a asustar - dije parándome frente a él - si no es algo completamente serio y me has hecho perder una cena en el Hotel juro que no tendrás hijos hasta dentro de un siglo

La cara de horror que puso merecía ser enmarcada -

Detesto cuando te metes con eso, pero no, lo que te vengo a decir es de tu interés - dijo volviéndose serio

Habla entonces que no poseo tu tiempo - animé

Mi padre ha estado leyendo sus runas - habló despacio como tanteando terreno lo cual disparó mis alertas - habrá una desestabilización en el mundo