Solo Uno

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¡Despierta! - gritó una voz que sonaba lejana - ¡Despierta!

Los ojos le pesaban a pesar de que su cuerpo se sentía ligero. Su cuerpo le respondió, eso era algo; sentía el piso frío, mármol adivinó, una especie de paz la envolvía, al menos nadie la quiere matar pensó, a pesar de eso había cierta hostilidad en el aire.

Graciela - volvió a escuchar la voz que al menos ya tenía nombre, Horus.

¿En qué momento se durmió?

Al fin - exclamó exasperado sosteniendo sus brazos para ponerla en pie - ¿Por qué no abres los ojos?

Los siento pesados - respondió con cansancio, de un momento a otro se sintió muy exhausta

¡Ah no! - exclamó otra voz, ésta vez de mujer - Sabes lo difícil que a sido traerte aquí para que te vayas tan fácilmente

Baja tu volumen Isis - siseo Graciela - Mi cabeza me duele como para escuchar un sermón tuyo

Entonces concéntrate que hay cosas que hablar - respondió irritada la esposa de Osiris

Mis ojos - repitió con cansancio Graciela  - tengo sueño

Hay mucho para hablar como para que te vayas - comentó otra voz, otra mujer menos hostil que la anterior

Ella tiene razón - confirmó la voz de otro hombre, por alguna razón sus voces la hicieron abrir los ojos

Menos mal venciste - comentó con cierto orgullo Horus - alguien te ha estado jalando desde que te traje aquí

¿Qué es tan importante que me durmieron? - cuestionó Graciela entre la curiosidad y el enojo

Los cuatro se miraron algo cautelosos

Ya estabas dormida - habló al fin Isis - Nosotros solo interferimos en tu sueño

Es imposible - dijo con los ojos abiertos como platos

Eso no importa - cortó Sadie - Hay cosas más importantes de qué hablar

Solo cuando la hermana del Faraón llamó su atención, Graciela reparó que se encontraba en la sala del trono de los Dioses Egipcios, Hathor la había arrastrado ahí unas cuantas veces para charlar entre ellas con las ocasionales visitas de Horus y Carter, el lugar seguía siendo magnífico, digno de Dioses nada menos, y mucho más descampado que el griego, con jeroglíficos en las paredes que narraban la historia de ellos; y, obviamente, el trono de Horus se alzaba imponente en el medio.

¿Y qué es eso? - cuestionó Graciela recuperada del asombro inicial

Nico nos mandó un mensaje - empezó Carter alzando una ceja ante el desconcierto de ella - nos recomendó  buscar a cierto amigo nuestro que pusimos en una bola de nieve

¿Setne? - la incredulidad estaba en toda su expresión - Y esa pequeña rata qué tiene que - se detuvo abruptamente mirando a los Dioses Egipcios para una confirmación

Osiris está furioso - comentó Isis

Y papá furioso no es algo bonito - añadió Carter oportunamente

Ningún Dios de la muerte molesto es bonito - rebatió Graciela acordándose de su padre, Hades, que en esos momentos debe de estar furioso con Osiris; de solo pensar en que se estaban reclamando le dio dolor de cabeza, de nuevo

El punto es - terció Sadie incitando a su hermano a que hablara

El maldito se liberó - terminó Carter ganándose una mirada que decía: explica o te sacaré la información a la fuerza - No sabemos cómo, pero lo rastreamos, cuando encontramos la bola de nieve él simplemente ya no estaba

La Espada Robada de la Guerra  (LRX #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora