La Espada Robada de la Guerra (LRX #2)

El Sobrino Preferido

Todo era un caos

Estaban todos en la cubierta hablando de forma ruidosa y gritandose, las armas de algunos estaban desenfundadas y no faltaba quién invadía el espacio personal del otro.

Simplemente se sentía en casa de una forma muy poco tranquilizadora.

En casa cuándo ésto pasaba, estaba felizmente sentado en su trono hecho de piel humana, mirando cómo se desarrollaba la pelea con palomitas entre sus piernas y un buen vino a su lado cortesía de su hermano que le gustaba proporcionar a los dioses la exquisita bebida.

Aquí tenía que estar alejado de todos, soportar el llanto silencioso de la rubia detrás del otro rubio de Apolo, escuchar los gritos de su primo y hermano menor (actual) contra su otro primo y hermano que trataba de defenderse pero no lograba mucho, la magia del embruja habla de la hija de Afrodita que solo estaba caldeando más los ánimos, a la rubia de Atenea tratando de interponerse entre ellos y siendo ignorada completamente lo que la tenía indignada, su sobrino con cosas en la mano creando solo su padre sabe qué de los nervios mirando la pelea con una extraña calma, al parecer no quería interrumpir, su hijo también estaba en el embrollo junto a su prima pero de lado del mayor de sus primos y su hermano menor, por lo que respecta a su otro hijo y al único moreno actual hijo de la cara de búho estaban al lado de él, bueno no al lado pero relativamente cerca mirando con ojos grandes y sin saber qué hacer.

La única ausente había sido directamente colocada en su habitación en un estado de sueño luego de que el mismo la noqueara, nadie se atrevió a seguir a Percy cuando la dejó, en realidad sí y fue eso lo que desencadenó la pelea, Hércules quiso seguirlo junto a Jason que notó que el rubio iba en su misma dirección y la pelea empezó por ellos, Percy se unió inmediatamente después de dejar a su hermana y logró el caos en el que estaban ahora.

Conocía a su primo y el temperamento del demonio que se cargaba, su tío P tenía el mismo carácter, podían estar tranquilos un segundo y al siguiente destruían toda una isla, aunque a veces la cocción de su furia era lenta y progresiva, el mar podía resultar muy paciente y mientras más esperaba más devastador era su venganza, habían razones de sobra del porqué él era su tío favorito.

Harto de la pelea, aunque era extraño viniendo de él y también molesto por la reacción casi enfermiza del menor de sus hijos a bordo, decidió interrumpirla.

- ¡Silencio!

Extrañamente, todos callaron

- Es muy hipócrita de un Dios pedir que no discutan - admitió sabiendo que solo desencadenaría más discusiones - Pero al menos nosotros lo hacemos en la sala del trono donde nadie puede atacarnos de improvisto, les recuerdo que estamos en una misión y al aire libre, son demasiados semidioses juntos y dos Dioses que muchos matarían por destruir o comer

- Por extraño que parezca, el señor Ares tiene razón - cedió Leo

- Puedes llamarme tío, Leo - concedió solo por haberle dado la razón, sería hilarante joder a su hermano con ésto

- Hum - dijo ahogándose con su propia saliva - Sí, sí claro, el tío Ares tiene razón, no lograremos nada así, tenemos que movernos, el despliegue de poder pudo atraer a muchos monstruos y la verdad es que todos merecemos la explicación de porqué ellos están aquí

- Sí tienes razón - cedió la rubia de Atenea - ¿Qué hacen ustedes aquí?

- Rachel le dió una profecía a Daira - contó el hijo de Hades - Por eso tuvimos que venir 

- Y en la profecía decía que tenías que traer al niño - preguntó de forma oscura Percy 

- Suficiente Perseo - cortó él - Primero la calma y luego la profecía preferiblemente con Graciela despierta, ella también querrá oírla