Parte 12

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  -Ah que mal.-dijo Jos como un nene pequeño.- Yo en serio quiero conocer Miami.-hizo un puchero. Freddy ni siquiera lo vio, estaba en su mundo.- ¿Freddy? ¿Puedo?-le tiró un pedazo de durazno.

-¡Jos!-gritó exaltado. La gente se volteó a verlo.- ¿Qué quieres?- agregó avergonzado por su comportamiento.

-Que me lleves a Miami.

-Jos ya basta.-reprochó su novia.- Déjalos en paz, que vallan solos. Ya luego de que se casen, vienen los hijos y todo eso que no te deja tener tiempo a solas con tu pareja.

-De todas maneras por mi no hay problema.-dije al descuido. Freddy volteó a verme. Sonreí.- Es mas pueden venir los dos. ¿No Freddy?

-Ja, ¿Viste? A _______ no le molesta.- sonrió Jos.- ¿Si vamos?-miró a su novia.

Por mi mejor, así no estaría todo el día a solas con Freddy. Aun que lo malo seria que tendríamos que actuar todo el día como noviecitos enamorados. Tampoco quería compartir una habitación con Freddy, así que me salió el tiro por la culata.
El patadon de Freddy bajo la mesa me hizo salir de mis pensamientos.

-Auch.-dije mirándolo con odio. Me miró extrañado.

-¿Qué paso amor?-me sonrió tiernamente. Pedazo de estúpido.

-Nada. ¿Te molestaría acompañarme a tomar aire?-pregunté levantándome de la silla. Se tensó.

-Hmmm... ¿Y si mejor nos quedamos acá?

-Bueno, quédate, yo saldré a tomar aire, me estoy asfixiando aquí adentro.- No iba a irme sin antes aprovechar de tocar sus labios. Lo besé levemente- Ya vuelvo amor.- me sonrió.

Salí al pequeño jardín del lugar y me senté en una hamaca. Vi a Freddy salir de ahí, caminaba hacía mi.
-Hola.-dije sonriente mientras el se sentaba a mi lado.

-Siempre me haces quedar mal.

-¿Por qué?-pregunté arqueando una ceja.-Tu me haces quedar mal a mi cuando ni siquiera me diriges la palabra en toda la noche.

-No, no _____. Yo te hablé y me respondiste mal, para eso ni te sigo hablando.-se tiró sobre el respaldo.

-Aparte Freddy podrías haberme avisado que le mientes a tus amigos sobre lo "nuestro"- hice comillas con los dedos.

-¿De que les miento?-me miró directamente a los ojos.

-De que nuestro viaje es para pasar tiempo a solas, es obvio que tu nunca querrías pasar tiempo a solas conmigo.-dije divertida. Desvió la mirada.- ¿Verdad?

-Ajjamm, verdad.

-Entonces, cuéntame a que vamos. Tengo curiosidad de saber que haremos allí. Aparte ni me has dicho detalles del viaje.

-Bueno cuando lleguemos si quieres dormimos en mi habitación y te cuento todo.-sonrió pícaramente.

-No, gracias.

-Bueno, esta bien, en la tuya, ni drama.- me miró con ternura. No, no era ternura, era deseo. Okey, me esta dando miedo, Leyva me desea en su cama.

-No tampoco. Y no dormiré en ningún lugar que implique que estemos juntos.-dije secamente. Tomó mi mano.

-¿Por qué me odias tanto?

-Es culpa tuya que te odie.-dije quitando mi mano de la suya.- Aparte no estas siendo sincero conmigo.

-¿Por qué no?-preguntó arrugando la nariz.

-Porque no sabia que nos íbamos a pasar un tiempo a solas. Habías dicho que era por trabajo.

-Ehhmm si, es que es por trabajo y luego pasamos una semana juntos. ¿No crees?

-¿Por qué no volvemos cuando termines?-pregunté viendo como él se levantaba de la hamaca.

-En serio, estoy haciendo un esfuerzo por hacer que esto funcione, pero no estas ayudando.- dijo tendiéndome su mano. La tomé y me levante yo también

-De todas maneras no creo que funcione, pero bueno, no pierdes nada con intentarlo.

Entramos al lugar para terminar la noche con los amigos de Freddy.

-Yo tengo sueño.-dije tirándome sobre el sillón.

-A tu habitación.-dijo mientras subía las escaleras.- Si duermes ahí mañana te tendré que despertar temprano para que dejes a las chicas limpiar.

-Aff okey, Freddy, espérame.-grité mientras me sacaba los tacones y los dejaba en el suelo de la sala. Se detuvo al final de la escalera y volteó a verme extrañado.

-¿Por qué quieres que te espere?-miró mientras yo subía las escaleras. Le sonreí.

-Primero porque tu casa me da miedo y segundo porque quiero que me des detalles de el viaje.- llegué hasta donde el estaba.- Pero no dormiremos juntos.

-Okey, okey.-rio.- De todas maneras vamos para mi habitación.-dijo caminando hacía su habitación. Me quede ahí parada.- Vamos.-dijo insitente.- ¿Me tienes miedo?

-La verdad, si.-dije acomodando mi cabello. Rio.- Es que a veces en serio eres demasiado depravado.

-Vamos, ven aquí.-dijo entre risas.- Prometo no hacerte nada. Nada que tu no quieras.-agregó haciendo que me sonrojara.- Vamos ven aquí.- me sonrió. No pude evitar sonreírle.

-Iré a ponerme el pijama.-dije caminando hasta mi habitación. Juro que sentí sus ojos en mi trasero.

Me coloqué el pijama y me hice un rodete porque el calor era insoportable. Me quité el maquillaje y salí de mi habitación. Toqué su puerta dos veces.

-¡Pasa!-gritó desde adentro.

Entre y vi toda la ropa desparramada en la habitación. Él no estaba ahí, de seguro estaba en el baño.
Volteé hasta su mesita de luz y vi un porta retratos donde salía un nene con una nena. Supuse que era Freddy pero no supe quien era la nena a su lado.

-Pronto tu ocuparas ese lugar en mi mesita de luz.- su voz me hizo sobre saltar.

-Ahh no, gracias, esta bien.- Volteé y lo vi en boxers. Me cubrí la cara como nena pequeña.- Cúbrete por favor.

-No tienes porque ponerte asi, es mas, ve acostumbrándote.- se alejó de mi y se tiró en la cama.- Ven aquí.

-¿Sabes? Mejor me voy a mi habitación. En serio, me incomoda tu presencia en boxers.-dije nerviosamente mientras caminaba hasta la puerta. Se levantó y me tomó de la cintura pegándome a su torso desnudo.- No Freddy, no lo hagas por favor.- dije en un hilo de voz. A estas alturas me costaba respirar.

-¿Te quedas?

-Si te cubres.-dije condicionándolo.

-Okey, okey.-me soltó y caminó hasta su armario. Volteé a verlo.- ¿Ahora?-dijo cuando ya tenía unos shorts puestos.

-Ahora si.-sonreí fingidamente. De seguro estaba roja.

-Ven aquí.-hizo una seña con su mano. Nos sentamos en su cama.- ¿Qué querías saber?

-Muchas cosas.-respondí acomodando mis pies sobre la cama.

-¿Cómo por ejemplo?-preguntó con curiosidad.

-¿Cuándo nos vamos?-dije mientras jugaba con el cubrecamas.

-El martes.

-¿En dos días?-levanté mi tono de voz. Sonrió.

-¿Sabes? En verdad no iba a decirte nada, directamente te subiría al avión conmigo pero luego lo pensé bien y recapacité, te pedí que fueras conmigo y aun que se que te niegas en serio quieres estar a solas conmigo.

-En tus sueños Leyva.-reí.- Cuéntame. ¿A que vamos?

-Tengo un asunto que resolver.

-No te creo.-respondí mirándolo.

-¿Ah no?- me miró a los ojos.- Hey, no te estoy mintiendo.

-Como digas.-dije en un cantito.- ¿Qué hare yo mientras tu estés resolviendo ese "asuntito"?

-Te quedaras en el hotel.

-Ni lo pienses.-dije molesta.- Si voy para que me dejes en el hotel, mejor me quedo aquí.

-¿Y que harás aquí?

-Lo mismo de siempre. Nada.

-Te aburrirás más. Porque no me tendrás a mi para pelear.

-Buen punto.-reí.- ¿Por qué les dijiste a Jos y Eleanor que era un viaje para estar a solas?

No se si fue mi imaginación o que pero Freddy estaba rojito.

La Bella y la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora