Sin saber por qué, levanté la mirada para encontrarme con sus dulces ojos. Me sonrió de costado, acto seguido, me estrechó más entre sus brazos.
-No quise incomodarte.-se disculpó.-No lo has hecho.-dije tragando saliva.- ¿Freddy?
-¿Si?-preguntó acariciando mi cabello.
-¿Tú me quieres?-pregunté. Luego me arrepentí.- No, no respondas a eso.-dije.- ¿Algún día podremos ser pareja normal? No, no, tampoco respondas a eso.-pensé antes de preguntar. Freddy rió.- ¿Crees que alguna vez puedas verme como algo más que a una niña?-pregunté. Creí estar segura de lo que acababa de preguntar pero luego me arrepentí.- No respondas.
-¿Por qué tan insegura?-preguntó y rió.
-Soy así.-alcé los hombros y me acomodé en sus brazos.
-Si te quiero.-me sonrió.- Y creo que capaz, algún día, podremos ser una pareja normal. No te veo como a una niña.-respondió una por una.- Piensas demasiado.-añadió.- Creo que te dejo demasiado sola como para que te hagas esas preguntas.-dijo y negando con la cabeza apoyó su frente sobre la mía.- ¿Tú me quieres?
-S...Si.-titubeé. Me sonrió y dio un corto beso en mis labios.- Más que tú a mí.-añadí.
-¿Qué sabes tú cuánto te quiero yo a ti?-dijo y me guiñó un ojo. Reí.- Es mejor cuando ríes, no cuando lloras.-dijo.
-Gracias.
-¿Por qué?-preguntó alzando una ceja.
-Por todo.-dije e hice una mueca.- Por mantenerme, por cuidarme, por estar conmigo, por mucho, Freddy.
-Gracias a ti.-dijo.
-¿A mi? Lo único que hago en tu vida es fastidiar.
-Te desvaloras mucho, ______.-dijo.- Antes de que tú llegaras a casa, lo único que hacía era dar ordenes y trabajar todo el día.
-¿En serio?-pregunté.
-En serio.
-¿Sabes? Cuando llegué a tu casa, pensé que luego de dos años iba a poder liberarme. Ya sabes, al ser mayor, pensé que me dejarían irme donde yo quisiera.
-Estas loca.-dijo y rió.- ¿Ya estas mejor?-preguntó y besó mi mejilla.
-Claro.-sonreí.
-Genial.-sonrió.- Sabes que cuando necesites hablar, cuentas conmigo.-dijo. Sonreí ante sus palabras.
-Creo que después de todo, no nos llevamos tan mal como al principio, ¿Qué dices?
-Tienes razón.-admitió mientras miraba mis labios.- Puede que algún día nos llevemos mejor que esto y todas las peleas acaben.-sonrió.- De todas maneras, -volvió su vista mis ojos.- me gusta que por lo menos, por día, tengamos un momento así como este.-dijo y su sonrisa se hizo más amplia.- Eres la persona más cercana que tengo.
-Tú también lo eres.-le dije. Besó mis labios cortamente.
-¿Vamos a dormir?-preguntó. Sonreí y me levanté de su regazo. Le tendí la mano y la tomó para ponerse de pie.- ¿Quieres que duerma en el sofá o puedo dormir contigo?-preguntó rascándose la nuca.
-Puedes dormir en la cama, siempre y cuando te comportes.-dije y reí. Me dio media vuelta con la mano que aún sostenía la suya y así me ató a su cuerpo.
-Me gusta comportarme mal.-besó mi cuello.
-Freddy...-lo regañé. Rió.
-Vamos, anímate.-me dijo mientras iba dejando un camino de besos en mi cuello.- No voy a hacerte daño, lo prometo.
ESTÁS LEYENDO
La Bella y la Bestia
Teen FictionQue feo es cuando la persona que más ama es la persona más fría del mundo, Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tú seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con...