-No va a salir corriendo de momento a otro, tómale las manos-dije desde el otro lado de la habitación.
-Me da miedo que se caiga, pero quiero que camine-se quejó frunciendo el ceño.-Vamos, Freddy hazlo caminar.
-Bueno, bueno, pero despacio.
Tomó las dos pequeñas manos y lo tiró hacia arriba para ponerlo de pie. El niño rió dulcemente y dio dos pequeños pasos. Freddy sonrió.
-Vamos con mamá, Austin.
Reí al verlo con tal cara de pánico. Llevábamos dos semanas intentando que el pequeño caminara por lo menos cinco metros y Freddy quería lograrlo hoy, dos días antes del primer cumple años de Austin.
-Solo dos pasos más, campeón-lo alentó.
Austin tropezó con su propio piecito y cayó entre mis brazos. Freddy rió al verlo asustado mientras tironeaba mis cabellos. Me puse de pie con el niño en brazos y besé su mejilla efusivamente.
-Ya va siendo hora de que camines, Austin-le dijo Freddy detrás de mí-. Tus tíos caminaron antes de su primer año.
Austin se cubrió la cara con ambas manos y luego rió entre el hueco que formaban sus suaves y pequeñas manitas. Era un pequeño simpático y el calco de su padre.
-¿Qué es lo gracioso?-preguntó Freddy y el niño se quitó las manos de la cara-. Yo sé que me entiendes, pequeño diablillo-le dijo con una fina voz.
Reí y vi como Austin le tendía los brazos a su padre para que lo tomara. Freddy hizo caso a los pedidos de su hijo y lo tomó en brazos.
-Es que me quieres tanto que no soportas estar sin mí-lo abrazó.
-Ni te creas, Freddy-reí y besé su mejilla-. Vamos a llevarlo a su cuna.
-Puede dormir con nosotros, ______-dijo mientras salíamos de la sala de juegos.
-Freddy, ya te he dicho que no es bueno.
-Pero es que él me ha pedido eso, ¿no que si, Austin?-tocó su pancita y el niño largó una risotada.
-¿Él te lo ha pedido?-pregunté en una risa mientras caminaba de espalda por el pasillo-. ¿Cómo te lo ha dicho?
-Dijo, muy simple; Austin querer dormir con papi.
Reí ante las palabras de Freddy y entré en la habitación de Austin.
-Resulta que ahora el niño habla como cavernícola.
-Es que ya sabes, así hablan los niños pequeños.
-Ni siquiera dice "Mamá" y "Papá", pero pide dormir contigo-dije riendo.
Él me sonrió y luego le dedicó su mirada a Austin.
-¿Qué crees, niño? Para mí, mami debería dormir en la cuna y tú conmigo.
Austin hizo un movimiento de cabeza y él muy anormal de Freddy pensó que había dicho que si.
-Ya, ¿lo ves?
-Freddy, déjalo en la cuna.
-Yo sé que me quieres todo para ti, pero comparte con Austin, él es un pequeño indefenso que necesita que su padre le cuenta historias de piratas.
Arqueé una ceja. Freddy había cambiado tanto después del nacimiento de Austin.
-Yo sé lo que necesitas tú, cariño-me sonrió-. Pero te lo doy cuando quieres-añadió.
Comencé a desarmar la cuna del niño. Estiré los brazos hacia Austin y él me tendió los suyos para que lo tomara en brazos.
-No escuches al grosero de tu padre, déjalo, se comporta como un adolescente con hormonas descontroladas.
-No es cierto, Austin-dijo mi esposo mientras yo arropaba a Austin.
-Si que lo es, cariño-le sonreí a Freddy-. Ahora, cierra esos pequeños ojitos y a descansar.
-Es una noche, ________. Me da ternura abrazarlo para dormir.
Ya me sentía reemplazada y sonaba muy estúpido, pero Freddy hacia que eso sucediera. Le daba más cariño al niño, que a mí. Lo sé, lo sé, mis pensamientos son algo alocados y es medio ilógico que este algo celosa de mi hijo.
-¿Por favor?
Mientras acomodaba la habitación de Austin, seguí hablando con Freddy. Prendí la pequeña lámpara y le puse su móvil musical al pequeño.
-No, Freddy, he dicho no-respondí un tanto enfadada.
Freddy se percató de mi tono de voz y se acercó a ver a Austin que cerraba sus hermosos ojos al compás de la música.
-Hasta mañana, hijo-habló suavemente-. Que descanses.
Y luego de desearle buenas noches a Austin, salió de la habitación.
¡No podía ser posible que se enfadara! Yo tendría que estar enfadada, no él.
¿Pero que clase de estupideces dices, ______?- Me pateé mentalmente-.Freddy y tú, están casados, como dos adultos maduros, con un pequeño y aún así, se la pasan peleando- añadí a mis pensamientos.
Levanté unas ropas del suelo de la habitación y luego observé al niño con su respiración uniforme, había conciliado el sueño. Salí de la habitación y bajé las escaleras para dejar la ropa en la lavandería, la dejé y luego subí a mi habitación.
Freddy estaba tirado boca abajo, con la espalda descubierta y la cama semiabierta. Cerré la puerta de la habitación y encendí el intercomunicador del niño, la música infantil llegó a mis oídos y Freddy murmuró mientras se movía y me daba la espalda.
Lo dejé pasar, era tan infantil que no quería enfrascarme en una estúpida discusión como esas. Caminé hacia el baño y me quité el maquillaje, até mi cabello en una coleta y me quité la ropa para dejarla en el cesto de la ropa sucia. Entré a la habitación, en ropa interior y busqué mi pijama.
-Vas a enfermarte, cúbrete con la manta-le dije mientras apagaba la luz.
Se quejó y cerró sus ojos para luego apagar el televisor. Lo dejé pasar nuevamente, no iba a molestarme con él, por hacerse el enojado conmigo. Entré en la cama y me cubrí con las mantas, cubriendo así, una pierna de Freddy.
Su piel se erizó ante el rose de la tela sobre ella. Me acerqué a él y lo cubrí completamente, pasé una de mis manos por su pecho y él la tomó entre las suyas.
-Abrázame, ________-murmuró.
Sonreí ante su débil voz e hice lo que me pedía, lo abracé. Detrás de su fuerte espalda, mi mano en su mano, mi respiración en su cuello, la seguridad debajo de las sabanas. Entrelacé mis piernas con las suyas y él dio un suspiro.
-¿Estás enojado?-pregunté.
-Tú estás enojada.
-En serio que no lo estoy-respondí en un susurro.
-_______, no sé por qué, pero te comportas como si quisieras llamar la atención, quizá estoy pensando cualquier cosa, pe...
-Es que eso es lo que quiero-lo interrumpí.
Su cuerpo se tensó bajó mis piernas y sentí como luchaba por acomodarse entre mis brazos, sin soltarse de mi agarre. Quité mi mano de la suya y mis piernas de encima de él, dio media vuelta y quedó cara a cara conmigo. Le sonreí levemente en la oscuridad.
-¿Qué has dicho?
-Que quiero llamar tu atención.
-Es que ya la tienes, ¿por qué querrías hacer eso?
-Porque siento que Austin se lleva crédito de todo, que tú lo amas más que a mí, que piensas en pasar más tiempo con él que conmigo.
-¿Sabes que lo que dices es muy estúpido?-preguntó arqueando una ceja.
-Si, pero es lo que siento. ¿No me dijiste que no nunca me cambiarias por nadie?
-_______, es nuestro hijo.
-Y sabes que lo amo, como a ti también te amo, pero, ¿tú a mi me amas?
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La Bella y la Bestia
Teen FictionQue feo es cuando la persona que más ama es la persona más fría del mundo, Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tú seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con...