Parte 11

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  -No es literal.-dije intentando arreglar el problema anterior.

-Lo dices con demasiado resentimiento.-dijo levantándose de la cama.- Ya, esta bien.-abrió la puerta.

-Freddy.-lo detuve.- Yo creo que deberías ir a vestirte porque ya enseguida saldremos con tu amigo.

-No. Es más, no hagas tu maleta tampoco.-dijo antes de cerrar la puerta.

-Freddy, espera.-corrí tras el. Me cerró la puerta de su habitación en la cara.- Mas respeto.-dije entrando en la habitación.

-Tú siempre me cierras la puerta en la cara.-dijo con enojo.

-Perdona. ¿Si?-dije cruzándome de brazos.- De verdad no lo decía en serio.

-No me importa.-dijo abriendo su armario. Sacó una toalla blanca.- ¿Puedes irte a tu habitación?

-No.-dije firmemente.- Quiero saber dos cosas.

-¿Qué quieres?-dijo cerrando el armario con enojo. Abrí los ojos asustada.- ¿Vas a hablar o te iras?

-¿Por qué no saldremos con tu amigo?-arqueé una ceja.- Y ¿Por qué no tengo que hacer mi maleta?

-No saldremos con Jos pues porque le diré que terminamos.-dijo caminando hasta el baño.- Y no hagas tu maleta porque no iras a Miami, me voy solo.

-No, no, no y no.- detuve la puerta del baño cuando el la iba a cerrar.- Yo voy a ir a Miami contigo quieras o no.-dije demasiado cerca de sus labios.- Y tengo un vestido que nunca en mi vida estrene y me gustaría usarlo esta noche.- terminé de hablar y respire entre cortadamente. Me estaba intimidando.

-No vendrás a Miami y deja tu vestido nuevo para otra ocasión.-dijo acercándose aun mas a mi.

-Si iré a Miami porque ya hice mi maleta y me costó trabajo.-cerré los ojos anhelando que sus labios rozaran los míos.- Aparte tengo ganas de conocer Miami.-mordí mi labio inferior. Me tomó de la cintura.- ¿Me llevaras contigo?

-¿Por qué quieres que me muera?

-No quiero que te mueras.-dije en un hilo de voz.- Solo que me sacas de las casillas y hasta ganas de pegarte me dan.

-Abre los ojos.-me ordenó sensualmente. Le hice caso.- ¿Quieres un beso?

-N...n...no.-dije nerviosamente.

-¿Segura?-rozo sus labios contra los míos. Me tenía dominada.

-Ya, si, segura.-me zafé de sus brazos.- Ve a darte una ducha porque ya mas tarde nos vamos.- y fue lo ultimo que dije antes de salir corriendo hasta mi habitación.

Cerré la puerta y me apoyé de espalda, me dejé caer hasta el suelo y estiré mis piernas.

-¿Qué fue eso?-me dije a mi misma con los ojos bien abiertos.- Por Dios. Tendría que haberle dicho que si quería un beso.- murmuré tocando mis labios.- ¿Qué?-grité. Definitivamente me estoy volviendo loca.- No, no, no, no, no, Freddy, Freddy, Freddy el no me gusta.-intenté convencerme.- Freddy no me gusta, Freddy no me gusta, Freddy no me gusta.- y diciendo eso me metí al baño. Me cerré con llave, tenía miedo a que Freddy entrara. Me di una corta ducha y salí de ahí.

Lo del vestido no era verdad, no tenía nada que estrenar, si no que quería arreglar la estupidez que había dicho.
Aun con la toalla me sequé y planché mi cabello. Maquillé mi rostro naturalmente y me dispuse a buscar algo de ropa linda para usar esta noche.
Me decidí por un vestido corto hasta mas arriba de las rodillas en negro. Me miré al espejo una vez mas mientras me tiraba unas gotas de perfume, y salí de mi habitación tomando mi pequeño bolso.

La Bella y la BestiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora