-Por favor, compórtate.-me dijo desde el auto.
-Freddy, te he dicho que nunca fui mala alumna y no lo seré ahora.-le sonreí apoyándome en su ventanilla.- Te quiero.
-También yo.-sonrió.- Paso por ti a la una.-avisó y besó mis labios.
-Hasta entonces.-dije y me alejé del auto.
Vi como Freddy comenzaba a marcharse y decidí que debía entrar. Acomodé mi bolso en mi hombro y caminé hasta la entrada. La campana no tardó en sonar y todos se movieron para entrar a sus salones. A primera hora me tocaba, geografía y hacía allí iba. Entré al salón y varias miradas se posaron en mí, sonreí levemente y me senté en una banca casi al final.
-Es nueva.-dijo una voz a lo lejos. Se escuchó otro comentario y varias risas se hicieron notar.- No seas bobo, Ian.-le dijo la chica y rió.
Entró el profesor y todos se acomodaron en su lugar. Buscó con la mirada hasta que me vio sentada allí.
-Nueva alumna.-dijo sonriente.- Ven aquí y presentante.-exigió.
Casi temblando, me puse de pie y tomé rumbo al frente de la clase. Todas las miradas se posaron en mí y ninguna parecía ser muy amigable. Tomé aire y sonreí levemente. Susurros se escucharon segundos antes que el profesor decidiera hablar.
-Cuando quieras.-dijo y asentí.
-Me llamo _______ Jarrel.-comencé diciendo.- Tengo dieciséis años y cumplo los diecisiete la semana que viene. Soy de aquí, de Nueva York y comencé a venir aquí, tarde, porque estuve de viaje hasta la semana pasada.
-Oh, genial.-dijo el profesor y me sonrió.- Démosle la bienvenida a _______ Jarrel.-dijo. Sonreí. Algunos aplaudieron y otros solo sonrieron.- Espero que se adapte bien al grupo. Puede tomar asiento.
En silencio me fui hacía mi banca mientras todos me observaban. No podía ser tan extraño que alguien fuera nuevo en un colegio, ¿o si? La puerta se abrió de golpe y un chico con aspecto peligroso, se adentro en la clase.
-Disculpe, no me arrancaba la moto.-dijo y sin escuchar lo que el profesor le decía, buscó un asiento con la mirada.
No por favor, no por favor, Dios, no. No podía ser el único asiento vacío, a mi derecha. Se puso a mi lado y me observó un momento, luego se sentó y acomodó su mochila al costado de la banca.
-Hola.-dijo. Trague saliva antes de responder.- ¿De dónde has salido?
-Soy nueva.-dije secamente y observé al profesor que comenzaba a explicar.
-No me he dado cuenta.-dijo con sarcasmo y una leve sonrisa ocupó mis labios.- ¿Cómo te llamas?-preguntó.
-_______, ¿tú?
-Johan.-dijo. Le sonreí.- Esta bien, puedes prestar atención, no haré que te tengan en detención.-me dijo. Reí levemente y observé la pizarra.
La clase pasó rápida. Johan se dedicó a hacer dibujos en su carpeta y luego me molesto por un momento. El profesor nos dejó salir al receso y aproveché para ir a mi casillero.
-¿Cómo te llamas?-preguntó una voz chillona a mi lado. Cerré la puerta del casillero y la pude ver.
-______.-dije y acomodé mis libros.
-Oh, soy Mady.-sonrió.- Líder del equipo de porristas, ¿te gustaría unirte?-preguntó.
-No, gracias.-le dije y sonreí.- No se me da mucho eso de las piruetas.
-Como digas, muñeca.-dijo y arqueó una ceja.- ¿Sales a bailar?
-Claro.-dije y la observé.
-Entonces supongo que iras a la fiesta de Hanna, este sábado.
ESTÁS LEYENDO
La Bella y la Bestia
Teen FictionQue feo es cuando la persona que más ama es la persona más fría del mundo, Que feo es que le intentes demostrar tu amor y te saque a patadas de su vida. Que feo es que tú seas la pobre indefensa presa de sus castigos y malas costumbres. Vivir con...