Se solicita empleado

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El día era nublado, con frío pero a pesar de toda la baja y densa niebla que había se podía lograr ver pequeños destellos de Sol.

Wilihath por fin despertó de su profundo sueño, se estiró en su cama, se quito de encima la sabana para levantarse pero el frío y el cansancio lo impidieron, así que volvió a cubrir su cuerpo {Frío, tenía que ser el frío, odio el frío} Dijo él para sus adentros.

Sin pensarlo arrojó la sabana a un lado, se sentó a un lado de su cama y a lo lejos divisó su botas {Todas embarradas de lodo, pero no importa porque les da estilo} pensó, acto seguido, se amarró bien el pantalón de cuero negro, lo mismo hizo con su camisa un poco manchada de sudor, se puso sus brazaletes marrones que llegaban a sus nudillos cubriéndolos por completo, tomó su chaqueta de cuero negro y fue ajustando hebilla por hebilla, tomó su espada junto con su cinturón y lo colocó al rededor de su cintura, finalmente tomó su capa y salió de la habitación.

Recorrió el largo pasillo que estaba adornado con un tapete de color verde y de los lados habían más puertas para albergar a los huéspedes; Al final de este se encontró con unas escaleras las cuales bajó a continuación. 

{Hay demasiada gente para la hora que es} Volvió a pensar al ver a las personas que se encontraban en la taberna " El Burro Borracho ".

Wilihath se dirigió directo a la barra que se encontraba al otro extremo del lugar.

-¡Buenos días!- Saludó alegremente al posadero que se encontraba al otro lado de la barra.

-¿Buenos días?- Preguntó confundido Repicot- Querrás decir "Buenas tardes"

Dijo el posadero el hombre mientras limpiaba con un trapo un tarro de vidrio.

 Era cierto, el joven llegó muy tarde ayer a la posada por lo tanto se durmió tarde, se levantó tarde y por ende había muchas personas.

-Bueno- Dijo Wilihath con tono alegre- En ese caso dame un buen tarro de cerveza acompañado de cordero, cebollas, pan y mantequilla. 

-¡A la orden!- Contestó el posadero.

El Burro Borracho a estado ahí generación tras generación hasta llegar al viejo Repicot. Con su barba de candado, con poco pelo y su gran barriga siempre atendía a los huéspedes con felicidad.  

Wilihath esperaba su comida y mientras lo hacía miraba con atención a los clientes, esperaba ver a alguien que le diera empleo. Habían hombres que se veían sospechosos pero no se trataba de nada, vio a otras personas que susurraban pero cuando se acercaba a ellos para ver que sucedía se alejaban entre risas, también observó a unas chicas demasiado atractivas, para su gusto.

-Aquí lo tiene señor- Dijo Repicto mientras le servía el plato y la cerveza enfrente de él. 

-Gracias- Contestó el joven con un gesto de cortesía levantando la cerveza y dándole un trago. {Que gran forma de iniciar el día} Pensó. Bajó el tarro. 

-¡Tan deliciosa como siempre!- Felicito Wilihath; Repicot rió con alegría.

-Esa es nuestra especialidad- Presumió. Antes de que pudiera irse Wilihath lo jaló del hombro.

-¿No sabes si hay trabajo para mí?- Preguntó él.

-Me temo que no, todo esta tranquilo- 

El muchacho se giró en su propio asiento dando la espalda a la barra, miró a la gente mientras masticaba el pan con mantequilla. Era verdad, todos estaban tranquilos sin ninguna señal de problemas. Nuevamente miró a las damas que le parecían atractivas y del otro lado de la mesa vio a otros hombre que hacían los mismo. 

INCROVAWhere stories live. Discover now