Capítulo 15.

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Desde la semana en que intente hablar con Castiel, se había apartado inclusive aun mas. A veces ni siquiera me miraba a los ojos, sus frialdad me lastimaba, solo que él no lo notaba. Claramente no habíamos hecho el amor, aunque si me dejo abrazarlo, acariciar su cabello, besar su rostro. Pero me contenía. Comenzó a no solamente desaparecer por las tardes sino también días completos. Y cada vez que le exigía explicaciones, él solo las evadía con vagas respuestas.

Llegue a mi casa luego de estar todo el día en la escuela y para mi sorpresa Cas se encontraba tendido en mi cama con unos auriculares puestos. Al verme sonrió tímidamente.

—Oh Dean, quería devolverte esto—me entrega un cassette. Era una cinta con un compilado de mis canciones favoritas de Led Zeppelin.

Negué con la cabeza—Es un regalo, puedes quedártelo.

Él asintió en forma de contestación.

Me senté en mi escritorio dándole la espalda, aquellas fueron las únicas palabras que nos diríamos en todo el día. ¿Cómo llegamos a esto? Mi mente regresó unos cuantos días atrás en mi memoria. En la noche del baile de primavera, nuestra primera vez juntos. Yo... también te amo Dean. ¿Lo dijo solo porque yo lo dije? Por supuesto que no, un momento así nunca se había sentido tan real y maravilloso. Sacudí mi cabeza. Teníamos una conexión. Cas sería incapaz de fingir esos sentimientos por mi, ¿O tal vez si?

—Ven aquí—dijo la profunda y atractiva voz de Castiel. Dando pequeños golpecitos en la cama.

Subí a la cama junto a él. Y por primera vez después de mucho tiempo sus ojos se encontraron con los míos. Lo contemplé unos segundos antes de decir algo; estaba tan enojado con él por todo, quería odiarlo a veces. Pero cuando me miraba con aquella profundidad, me desarmaba, simplemente no podía odiarlo. Haríamos funcionar nuestra relación, pensé. Lo haríamos de alguna forma u otra.

Me gire y su boca encontró la mía. Nos exploramos en un beso apasionado que apartó todos los problemas que había entre nosotros, solo por un momento. Cas movió su lengua, sus manos trabajaron para remover mi camiseta. Las mías lo empujaron levemente hacia atrás apartándolo.

—¿Todo está bien?—pregunté.

Él frunció el ceño—Sí, ¿porque no lo estaría?

—Cas...—murmure—A penas lograr hacer contacto visual conmigo por más de segundos, ya ni siquiera conversamos. Y se que algo está mal contigo, pero tú...—mordí mi labio.—No te das cuenta que me estas haciendo daño.

Se alejó de mí, pero mantuvo su cercanía. Agacho su cabeza para evitar mirarme, sentí mi estómago retorcerse ante su actitud.

Tome su mano. Entrelace nuestros dedos y bese cada nudillo.

—Te amo Cas.

Su manzana de Adán se movió. 

—Te...—Detuve sus palabras con un beso.

—No lo digas solo porque yo lo hago.

Asintió. Aunque le dije que no lo hiciera, dolía de todos modos que no lo haya dicho. 

—¿Que tal si vamos a caminar un rato?—dijo intentando sonar animado.

—Me parece bien.

Caminamos sin ningún rumbo en particular, ambos estábamos sumergidos en nuestros pensamientos, hasta que nos detuvimos en un lugar que reconocí al instante. El bosque en el que Castiel y yo nos conocimos por primera vez. Sonreí con melancolía, recordé que lo único que quería en aquel entonces era que Cas saliera de mi vida, pero ahora estaba haciendo todo lo posible para retenerlo en ella y no perderlo.

How To Live With an Angel (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora