REVENGE. [YoonMin]

III.

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Un rápido movimiento en mi cama me hizo sobresaltar.

Abrí los ojos, con un poco de esfuerzo. Miré el reloj y los números verdes dictaban las 3:27 a.m.

Yo confundido, fruncí el ceño y ví que YoonGi ya no estaba a mi lado. Tallé mis ojos y prendí la lámpara. Tuve que levantarme con los ojos entrecerrados, me puse las pantuflas y caminé fuera de la habitación.

Todo estaba oscuro, menos una habitación, el baño.

Caminé hacia esa dirección y golpeé la puerta cuando estaba frente a ésta.

—¿YoonGi, estás ahí?

Me asusté cuando al otro lado de la puerta escuché que alguien vomitaba.

—¿YoonGi, estás bien?. Tonto, me estás asustando.

Ví que la puerta no tenía seguro y la abrí.

YoonGi estaba hincado frente al retrete. Él pronto había tirado de la cadena.

—Oye... ¿Qué ocurre? —me acerqué a él, me hinqué a su lado y comencé a acariciar su espalda.

—J-JiMin. Y-Ya han pasado tres veces.

—¿Qué cosa?

—Ayer en mi casa, vomité. Luego hoy en el instituto y ahora mismo.

—¿Y te duele algo? —él me miró y negó. Pude ver que sus ojos estaban cristalinos debido al esfuerzo que hizo—. Está bien... Le diré a mi mamá que te dé algo y desp-

—No, no la despiertes, debe estar cansada. S-Sólo vayamos a dormir. —dijo y apretó sus labios.

Yo, no muy convencido, asentí.

Le ayudé a levantarse y lo llevé a la cocina para darle un vaso con agua. Cuando se lo terminó, yo bebí un poco de jugo de naranja de la nevera y él fue al baño una vez más para cepillarse los dientes.

Cuando bebí mi vaso con jugo, fui a mi habitación y YoonGi ya estaba ahí, dentro de mi cama, tallándose los ojos con ayuda de sus manos.

—¿Seguro qué estás bien?

—Sí, JiMin. —me dijo con la voz entrecortada.

Oh, vamos... No quiero que llore.
Q

ue yo también lo haré.

Me quité mis pantuflas y me metí a la cama con él. Cuando estaba cerca de él, ahora él me abrazó; parecía un niño pequeño buscando que lo mimen. Sonreí y le acaricié su cabello... Como toda buena madre.

Sigo preguntándome ¿porqué su cabello siempre huele a chocolate o frambuesa? Yo quiero el champú que usa.

—¿Park?

—¿Hm?

—¿Crees que tu mamá me deje quedarme mañana, aquí, en tu casa?