REVENGE. [YoonMin]

XIV. ²

Pov JungKook

Mi mente y cuerpo estaban lo suficientemente concentrados en TaeHyung como para pensar que lo que estaba haciendo estaba mal.

Sus brazos se acomodaron alrededor de mis hombros mientras me besaba y movía sus caderas hacia adelante para crear fricción y excitarnos más.

Aun si yo quería cogerlo ahí mismo, él estaba más excitado y casi necesitado, sabía que aún guardaba un poco de conciencia. O eso quería creer.

Mientras sus manos de metían a mi bóxer, yo lamí mis dedos para meterlos en su entrada. Cuando estaba cerca del clímax fue cuando sentí que ya estaba dilatado.

Me incomodaba de algún modo hacerlo en el baño, pero él se veía tranquilo y eso me hacía continuar.

Me senté en el suelo y le pedí que se sentara en mis muslos, no quería que se ensuciara con el muy poco polvo que había en el suelo.

Cuando se sentó, yo sólo vi como mordía sus labios mientras metía mi pene en su entrada. Estaba atento en cada expresión suya, su ceño fruncido, sus labios que eran mordidos por sus dientes y sus ojos cerrados fuertemente.

Gruñí cuando quería adentrarme aún más, pero sabía que le dolía y sólo tenía que controlarme. Al haber entrado en él sus manos estaban fuertemente sostenidas de mis hombros y su cabeza se inclinó hacia mi pecho buscando mi cuello, abrió las piernas dejando expuesto su miembro erecto y sus rodillas dobladas.

Con esfuerzo mantuvo un ritmo demasiado lento, un ritmo que para mí era bastante estresante y me invitaba a acelerarlo. Pero veía y sabía que para él eso estaba bien. Una vez más me tuve que contener.

Lo tomé de las caderas y aceleré un poco una vez que se veía más calmado.

—¿Te duele? —le pregunté en el oído y gimió.

—S-Sí, pero aún así quiero más —su voz sonaba aguda.

Ustedes sabrán que la voz de TaeHyung es profunda y grave, pero cuando teníamos sexo se volvía aguda, algo que a mí me encendía más.

Jadeé por aire ya que todo se sentía tan caliente.

Con mis pies acomodé mi olvidado suéter en frente de nosotros y con cuidado de no lastimarlo lo acosté arriba de este.

Abrí sus piernas con su permiso, apoyé mis manos abiertas a cada lado de su cabeza y mis rodillas estaban en el suelo, comencé a moverme más rápido observando su rostro.

Cuando comenzó a gemir inconscientemente acomodé mi cabeza a lado de la suya para escucharlo. Su mano izquierda me jalaba el cabello y su otra mano me abrazaba con fuerza del cuello.

Al salir de él un poco y al volver a entrar, sus manos instintivamente se clavaron en mi espalda y su torso se curveó.

—Ahí amor —pidió varias veces con una voz que nunca había escuchado.

Hice caso y aceleré. Gimió y gimió tanto que pensé que se quedaría sin voz.

Me sentí el dios del sexo.

TaeHyung estaba temblando.

Se corrió y al sentir que su interior se apretó en mi pene me vine con él.