-Aquí estamos de nuevo, tu y yo, pense que nunca volveria a verte, han pasado muchos años en los que me alejé de ti por miedo, pero no se a que le tengo miedo. ¿Aun crees que soy demasiado estúpida para vivir en medio de tantas personas buenas? Respondeme con la verdad, ya estoy cansada de que me digan mentiras- su voz temblaba, le era casi imposible aguantar una sola lágrima.
-No entiendo como puedes seguir así, debes pensar en ti- queria alentarla pero sus alientos no eran nada buenos.
-¿Entonces que es lo que debo hacer?-la duda la estaba matando lentamente, su cabeza le decia una cosa y su corazón solo guardaba silencio.
-Sabes donde encontrarme por si necesitas algo y recuerda que aunque sea triste solo me tienes a mi.
-Oye!... quedate un momento más -cada palabra sonaba más triste y ahogada.
-Dale, pero solo por un momento.
Morgan se quedo sentada llorando en aquel viejo y abandonado parque, donde de pequeña jugaba con su amiga. Lucinda siempre estuvo para ella y hasta el momento nadie mas la conocía, solo Morgan podía verla y encontrarse con ella en el momento que más lo necesitaba.
Un minuto antes de irse, Luce dijo algo.
-Sabes que te quiero mucho y me vas a tener por el tiempo que tu quieras- su voz era consoladora y llena de ese amor que es inexplicable.
-Gracias, espero poder verte pronto - una pequeña lagrima broto de sus hermosos ojos, que estaban opacados por esa tristeza que la agobiaba. Lo único que optó por hacer fue regresar a su casa y descansar.
Ella estaba totalmente segura de que era muy difícil escapar de aquello que estaba sintiendo, pero una vez más iba a salir adelante sin importar como se sintiera. Al llegar a casa se dio cuenta de que todos ya estaban descansando, puesto que eran las 2 am y al día siguiente debían continuar la rutina, con mucho cuidado entro y se dirigió a su habitación a tratar de descansar. No pudo consiliar el sueño, cada pensamiento, cada lagrima, solo hacían que fuera más difícil dormir, así que comenzó a escribir.
...
Dime de que forma puedo salir de esto, cada segundo duele más, cada palabra me rompe y me deja echa cenizas, estoy cansada de que las personas crean que por ser delgada tengo un cuerpo lindo y me deba sentir comoda con el, pero no es así, odio cada centímetro de piel, cada hueso que sobresale y me hace ver más cansada de lo que soy, que mi rostro solo tenga la forma de mi craneo, mis ojeras son tan profundas y oscuras como el abismo en el que estoy cayendo, como puedo ignorar cada vez que me dicen '¿como haces para estar tan delgada?' o ' deberias comer más, estas en los huesos', cadauno de esos comentarios también me hacen daño, no me siento bien con lo que soy, pero tampoco se como cambiarlo, estoy dispuesta a acabar con todo este dolor aunque sea egoísta, nadie se ha preocupado por lo que siento y es momento de que haga lo mismo. Quedan pocos días y necesito evitarle el peor sufrimiento a la única persona que no me ha hecho sufrir como todos.
Al terminar de escribir, miro la hora y comenzó a organizar todo para el colegio, ya era hora de salir y no queris llegar tarde y necesitaba ver a Alice.
-Buenos días, madre - su viz nunca habia sonado tan sería y vacia - hoy no voy a desayunar, necesito llegar rápido.
- Estás bien?
-Si, ya me debo ir... adios.
Al llegar al colegio, esta vez no busco a nadie, de verdad necesitaba estar sola, tenia miedo de seguir lastimando a las personas, de seguirse lastimando a si misma. No era justo que una persona pudiera sentirse tan mal. Sin pensarlo se encontro de frente a Alice, ella solo le sonrio y la abrazo fuertemente demostrándole que no estaba tan sola como pensaba, ese fue un abrazo perfecto, nunca lo olvidará.
-Como estas? - no queria llenarla con preguntas, pensaba que si había confianza entre ellas no necesitaba preguntar mucho.
- No se... necesito pensar todo.
-Sabes que me tienes para lo que necesites - necesitaba que todo estuviera claro, no sabía que más decir y solo la beso para dirigirse a clase - te amo, aunque sea muy rápido para decirlo.
- Yo también te amo.
Morgan sale corriendo de nuevo al parque abandonado, de verdad se sentia demasiado sola, no sabia que hacer con su vida, necesitaba escapar antes de que todos vieran sus lágrimas, al llegar al parque vio a Lucinda y eso la calmo un poco, necesitaba tomar una decisión que marcaría su vida.
-Pense que no volverías en días - al ver a Morgan llorando solo sabe que algo esta volviendo a la normalidad entre ella.
- Necesito pedirte un favor... o más bien, un consejo.
- Dime - todo lo que quieras escuchar te lo voy a decir, para eso somos amigas, Lucinda normalmente hablaba sola y después respondía a todo lo que Morgan le dijera.
- Voy a tomar de nuevo los antidepresivos - no estaba nada orgullosa de ello, pero quería pasar un buen tiempo con su novia y ella no merece algo así.
- Que te llevo a tomar esa decisión?.
- No quiero ser tan horrible y arruinarle la vida a todos - en realidad solo lo hago por Alice.
- Eso significa que solo podremos vernos una semana más y ya? - Lucinda ya estaba a punto de llorar, ellas eran muy buenas amigas, pero esto no podia continuar así.
- Hasta que las pastas hagan efecto nos podemos seguir viendo.
- Solo no te olvides de mi, por favor - Su voz sonaba entre cortada y sus ojos estaban totalmente húmedos.
- No lo haré - se dieron un abrazo y Morgan volvió a casa para hablar con sus padres.
En el camino a casa se pregunto porque razón la emocionaba tanto retrasar a un tratamiento en el cual la primera semana debía estar en un hospital, donde la única música que podría escuchar es de yoga, y ya estaba cansada de eso, en ella siempre tenia en efecto contrario. Al pensar que después de esa semana todo iba a estar mejor entre ella y Alice tomo energía y salió corriendo lo mas que pudo a su casa. Al llegar, se dio cuenta de que por primera vez estaban sus padres y posiblemente si le prestarían atención.
- Mamá, papá... necesito decirles algo- quería darle suspenso a la situación, aunque realidad solo quería soltar todo lo mas rápido posible.
- Dime, cariño- su madre responde con una calma inigualable.
-Quiero volver al tratamiento con el psiquiatra, lo necesito y no quiero volver a las cosas que me sucedían antes.
- Esta bien, mañana podemos pedir la cita con el y volver a comenzar - Su padre estaba feliz de la decisión que su hija estaba tomando.
-No, haganlo ahora, aun esta temprano y posiblemente podamos empezarlo mañana - su voz se escuchaba cada vez mas emocionada y llena de alegría.
- Esta bien, tu madre ya va a buscar el teléfono y llamamos, sabemos que no es fácil para ti testamos orgullosos de que quieras volver.
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Ni la muerte podrá separarnos
Teen FictionEste es el momento en el que he decidido que hacer con mi vida, donde doy un gran paso para mi y tomo la decisión de escribir mi propia historia, de dejar mi alma libre y mostrar quien realmente soy, ahora esta historia tiene un nuevo y único autor...