Estoy dispuesta a cambiar

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Y aquí es donde quedamos, en aquella sala donde los nervios predominan sobre cualquier sentimiento, pero conmigo hacen la excepción, yo no se que siento, es tan difícil de explicar, es como un vacío que nadie puede llenar, un dolor en el alma que nadie entiende y espero que hasta el día de hoy yo sea la única que lo haya sentido, me alegra de que mis padres me estén acompañando pero no quiero estar con nadie, solo yo y mi soledad que tanto aprecio me tiene, pero bueno, no debo quejarme, solo agradecer que no estoy tan sola como parece.

-Señorita Jones, por favor pasar al consultorio numero 5- para ella era tan normap decir aquellas palabras todos los días, pero en realidad no tenia la mas minima idea de que sentía cada paciente al escuchar su llamado - El doctor Ortiz la esta esperando.

- Ok, ahora me toca ir a mi sola- sus manos estaban sudorosas y las piernas le temblaban demasiado, casi se le hacía difícil caminar

-Segura que quieres ir sola- su madre quería acompañarla pero sabía queda eso ella no lo decidía- si necesitas algo, gritas

- Gracias por acompañarme, de verdad estoy muy nerviosa por hacerlo de nuevo.

- Todo va a salir muy bien, no te preocupes.

Morgan sale de camino al consultorio, antes de llegar casi se tropieza con la muchacha del aseo, pero en vez de solo ignorar lo que paso se disculpa y sigue su camino, esta vez esta dispuesta a cambiar y de verdad quiere hacerlo, es momento de comenzar de cero y con el pie derecho.

Tras pasar un largo rato, Morgan sale del consultorio con una sonrisa de oreja a ojera, ya sabia que debía hacer para lograr todo lo que quería, decidió empezar a cambiar todo desde ese momento.

-Al parecer te fue muy bien - su madre estaba casi tan feliz como ella, hace mucho tiempo no la veía sonreír con tanto entusiasmo- ¿Que te dijo el doctor?

-Lo que dijo no importa mucho, pero desde hoy soy una nueva persona y quiero que mi vida cambie de buena forma - Estaba apunto de estallar de la felicidad, necesitaba hacer algo para no volverse loca - Mamá, necesito ir donde Alice

- Te vas a ir sola o te llevo?

- Llévame, necesito llegar rapido - Necesitaba disculparse y compensarle todo el dolor y preocupación que le había causado. A pesar de toda esa felicidad que tenia no estaba tan tranquila, el echo de haber lastimado a Alice la mataba por dentro lentamente.

-Ok, vamos por el auto - En ese momento haría lo que fuera por ver tan feliz a su hija.

En el auto las dos se fueron cantando y riendo, algo que hace muchos años no hacían. Ambas esperaban que todo pudiera continuar de esa forma, lo cual era bueno para las dos. Al llegar a la casa de Alice, se despidieron con un abrazo lleno de amor y felicidad. Morgan sale corriendo a la puerta y toca el timbre. Abre Alice y sin pensarlo le da un abrazo, al parecer hoy era el día de los abrazos. A pesar de la confusión ella solo la recibió y estaba feliz de verla tan radiante, por un momento pensó en besarla, pero recordó que hasta ahora ninguna familia sabia acerca de lo que ellas tenían.

-Hola, me alegra verte tan feliz - toda su tristeza y preocupación de esfumaron en cuestión de segundos.

-Hola, ¿puedo pasar? - Queria que todo pareciera estar mal y así sorprenderla con la buena noticia.

-Claro! pasa. 

Las dos se dirigieron al cuarto de Alice, donde se sentaron en unos pequeños sillones grises que habían en su habitación, Morgan estaba ansiosa por lo que debía decirle, pero por costumbre le encantaba darle un poco de misterio a cada cosa de su vida, para ella le agregaba un poco de magia a cada momento.

-Entonces... que es lo que te trae hoy a mi casa? - Ya estaba un poco intrigada y ella no era amante del suspenso.

-Acabo de salir de una cita con el psiquiatra- su tono de voz cambio inmediatamente, ya no se escuchaba tan alegre

-Y que te ha dicho?

-Que debo continuar con el tratamiento por tres meses- Ya no lograba aguantar tanta felicidad 

-Entonces que vas a hacer?

-Ya se que debo hacer, necesito ser feliz y estar con las personas que amo- soltó todo en menos de un minuto - Y quiero que estemos juntas por mucho tiempo, de verdad te necesito y soy muy feliz contigo

-Me alegra ver que estas dispuesta a cambiar para ser feliz- se lanza sin pensarlo y por un largo rato se abrazan, hasta que la madre de Alice interrumpe aquel agradable abrazo solo para asegurarse de que no se hubieran  ido sin avisar - Quieres que vayamos a comer algo?

-Bueno, pero yo invito

-A donde vamos?

-Conozco una cafeteria a la cual voy cada vez que necesito pensar y me parece que te gustaría, es un lugar especial y tu una persona especial.

-Mierda, porque dices eso- su rostro había cambiado y ahora tenia una hermosa sonrisa y sus ojos brillaban mas que nunca.

-¿Que hice?

-Ser tan linda conmigo - se acerco a ella y la beso sin importar que las vieran, ya no podía aguantar mas sentir sus labios en los de ella, sentir su cuerpo abrazándola y llenando todos esos vacíos.

-Te amo

-Te amo más. Entonces, ¿nos vamos ya?

-Si.


Ni la muerte podrá separarnosWhere stories live. Discover now