Dia 45
Has llegado a mi lugar secreto.
Me viste palido y debil.
Me intentaste auxiliar pese a mis gruñidos y amenazas estúpidamente vagas.
Por pena o algo lo estaras haciendo.
Solo dije unas pocas palabras antes de perder la inconciencia que te pusiste muy roja.
Recuerdo ver al despertar una eriza rosada en mi camilla de hospital.