Día 9: ¡Oh noche, hermosa noche!

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Regina sabía que el penúltimo día de un crucero era intenso tanto para ella como para los pasajeros: estos últimos querían aprovechar esos últimos días de viaje, a veces con algunos desmanes festivos, jamás graves, pero pocos discretos, forzando al personal a estar atento en todos los frentes.

En cuanto a Regina, pasaba por lo general su mañana de pie delante de un fotógrafo, viendo pasar a cientos y cientos de pasajeros, todos felices y orgullosos de posar al lado de la comandante. Evidentemente, si a veces era aburrido y forzoso, Regina también amaba ese contacto directo con sus pasajeros, viendo reflejada en sus ojos la felicidad de estar en su barco, y a veces por haber encontrado el amor.

Así que ahí estaba ella, inmóvil, tendiendo la mano a cada pasajero, siempre con una sonrisa educada en el rostro, algunas palabras para los habituales que en ese momento reconocía.

Y mientras cientos de personas desfilaban, Regina no esperaba más que a una...Pero cuanto más pasaban los minutos y menos la esperaba, una pareja a la que conocía muy buen se colocó delante de ella, con una gran sonrisa en el rostro.

«Comandante» saludó la joven educadamente

«Ruby. Lan. La travesía toca a su fin...»

«¡Pues sí!»

Las dos jóvenes tomaron posición a cada lado de Regina y posaron durante unos segundos delante del objetivo hasta ver aparecer el flash. Y antes de que Ruby y Lan se alejaran, Regina las retuvo.

«¿Habéis visto a Emma?»

«¿Emma? No, aún no...»

«Gracias» dijo Regina, algo desilusionada por no haber visto a la bella rubia mientras que la fila de pasajeros iba acortándose minuto tras minuto.

Y finalmente, tras dos horas de fotos, Regina vio finalmente el final de la fila, pero aún nada de Emma. Solo quedaban cinco personas que pasaron tan rápido que Regina no se dio cuenta. Cuando todo hubo acabado, estaba agradeciendo al fotógrafo cuando escuchó un grito a lo lejos

«¡Espere!»

Regina se giró y no pudo sino sonreír al ver a Emma llegar corriendo y jadeando hasta ella.

«Emma...»

«Lo siento...No me he despertado»

Regina reviró los ojos y se giró entonces hacia el fotógrafo que comprendió enseguida y asintió antes de volver a sacar su cámara. Regina se colocó y Emma se puso a su lado, deslizado su brazo alrededor de su cintura. Se pegaron la una a la otra y en algunos segundos, el flash apareció y todo había acabado.

Emma se apartó, pero seguía manteniendo su mano en la cadera de la comandante.

«¡Ha sido corto, pero bueno!» dijo irónicamente

«Espero que esta noche sea más largo...» murmuró Regina inclinándose hacia ella

Emma rio y respondió con la misma dulzura

«No tienes idea...»

Regina le sonrió.

«Voy a tener que dejarte, el deber me llama»

«Lo sé. ¿Nos vemos sobre las siete en el salón de baile?»

«Un placer. Buen día, Emma»

«Oh, será estupendo...Pues sé que acabará a tu lado»

Si no estuvieran tan expuestas, en mitad del hall teniendo como testigos a algunos pasajeros y al fotógrafo, Regina y Emma se habrían dejado ir en un gesto tierno, pero sabían que era mejor retroceder para más adelante saltar con más altura, solo tenían que ser pacientes.

Love BoatDonde viven las historias. Descúbrelo ahora